Sin carta del comité
Oscar Mario González
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Aunque luzca poco creíble en
la escuela de artes y oficios llamada "Felicidad", ubicada en la esquina
de Reina y Gervasio se puede matricular y adquirir un oficio sin carta
de recomendación del Comité de Defensa de la Revolución.
Para el lector no avezado en la cotidianidad cubana hay que explicarle
que sin una carta del Comité de Defensa de la cuadra de residencia, el
ciudadano no puede dirigirse a casi ninguna entidad nacional en pos de
algún servicio de relativa envergadura.
Esto parece ir cediendo terreno pero de manera muy lenta. Hoy día los
Joven Clubes (escuelas de computación) tampoco exigen cartas del comité
pero las solicitudes de ingreso están sujetas a una selección y las
escuelas de idiomas exigen que el solicitante esté laboralmente activo y
en base a ello establecer la selección.
La escuela "Felicidad", en tal sentido, es una felicidad. Eso si sus
servicios no son gratuitos y a mi modo de ver es lo mejor de todo. Lo
digo luego de medio siglo viviendo de gratuitas miserias. Al respecto la
escuela es bien clara según dos avisos que cuelgan de la puerta del
centro y que copio textualmente sin modificaciones.
Primer aviso: "Una vez comenzado el curso no se hace devolución
financiera alguna".
Segundo aviso: "De existir atraso en el pago se dará de baja
automáticamente".
Los cursos tienen una duración de 3 meses y durante el mismo se efectúan
tres pagos. El primero de 60 pesos moneda nacional en el momento de la
matrícula; el siguiente al comienzo del segundo mes por otros 60 y el
tercero de 75, que además de la cuota mensual incluye los gastos de
fotos y diploma. El
monto total o el valor del curso es de l95 pesos normales, 8.12 pesos
convertibles (chavitos) ó 9.74 dólares. No nos dejemos guiar por el
monto pues en términos relativos representa un mes de salario para un
trabajador normal.
La escuela oferta once especialidades que van desde peluquería integral,
barbería, masaje, modelaje de pasarela, hasta estudio de mercado y
gestión de ventas, con clases los sábados y domingos de 9 a l2 del día y
de 1 a 4 de la tarde.
Para las clases prácticas o entrenamientos se utiliza un método muy
original y beneficioso para el bolsillo, inserto en un cartel donde se
lee: "Pelados de todo tipo, afeitado y masaje facial. Totalmente gratis.
Jueves y domingo. 9 am. a 4 pm".
Dos sentimientos reconfortantes me embargaron luego de mi incursión por
los predios de la escuela de artes y oficios Felicidad. Uno, que para
beneficiarse de sus servicios hace omisión de la carta del comité;
otro, porque esta asentada en el edificio del antiguo convento de la
Orden de las Madres Reparadoras, amplia edificación que también cobija a
un hogar de ancianos.
A diferencia de las instalaciones del antiguo seminario Buen Pastor
de Arroyo Arenas convertido en unidad militar; del colegio jesuita Belén
transformado en escuela castrense, o del edificio de la Orden Maristas
destinado a cuartel de la policía política, el viejo caserón de Reina y
Gervasio ha tenido un
destino más noble y más a tono con la intención cristiana con que fue
concebido. En el lugar, felizmente, la maldad no ha levantado cabeza.
Allí se enseñan oficios de gran demanda sin importar la filiación
política ni la provincia de residencia de los solicitantes. Además,
viven sus últimos días esos seres de avanzada edad tal vez olvidados de
todos, incluso de sus más cercanos familiares. Entre sus paredes, que
resuman amor cristiano, seguro está presente aquel cuya piadosa entrega
no distinguió entre ricos y pobres, entre buenos y malos y, mucho menos
entre "revolucionarios" y desafectos.
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