Sunday, May 14, 2017

Otro día de madre(s)

Otro día de madre(s)
Pocas fechas hay tan buenas en Cuba para medir la escasez
Domingo, mayo 14, 2017 | Pedro Manuel González Reinoso

VILLA CLARA, Cuba.- Buscar esta semana y no encontrar por lado alguno un
regalo útil, hermoso, y sobre todo importante; que sea costeable y que
la buena (y la mangrina) mamá agradezca sin poner caritas ni amenazar
con dejar al núcleo familiar hambriento en ascuas sobre la mesa, es, por
designio celestial, "tarea de todos".

Para comenzar, desaparecieron hace mucho de muchos lados (no sabemos si
del Reparto Siboney o 5ta y 42 también) las chucherías y las golosinas
que encantarían a mujeres sencillas hartas desde su fundación del
cotidiano "cocinaíto" ―fueran baratas o caras―, las galleticas dulces de
importación y las saladas irrompibles de producción nacional, ¡los
helados! que no se divisan ―ni en divisas― desde la última glaciación, y
la leche (en polvo), postremo recurso para el humilde que consiguió los
dineros con que hacer rumiar estas vacas flacas de la sequía, se perdió
el brillo del papel aluminado y ahora vienen ―cuando vienen las muy
cabronas― en unas bolsas ocre e inmirables que invitan a desterrarlas
inmediatamente de enfrente. Porque si las concedes, las das como
presente a tu peor amiga/mejor enemiga, habrás de rescatar al decorador
empírico que todos tenemos dentro, camuflando aunque sea con bolígrafo
tan pálida envoltura.

Indagar en ―los demás lados que falte― dónde han quedado regados los
vestigios del otrora "buen gusto" del pueblo de Cuba a la hora de
adquirir cacharros con los que conferirse momentánea felicidad, e
inmunizar a otros con la extraviada nobleza del trato recíproco más las
buenas costumbres que hicieron de este país sitio encomiable, solidario
con donaire, constituye pues otro reto inenarrable.

Los antagonistas de moda: cuentapropistas y las tiendas, lo mismo en
"divisas" que en pesos "cubanos (escindidos artificialmente por la
"autoridad", como si ambos no fueran igual de inservibles en su papel de
moneda baldía en una nación atrofiada) andan desesperados por vender y
vender… hasta la frivolidad. Y lo consiguen, no obstante, pues contamos
con un pueblo enérgico y viril que llora… cuando le pasan la cuenta.

Moñas ridículas de flores de artificio que claman por dedicaciones post
mortem, yesos absurdamente supra coloreados con animales
místicos/mixtos, artículos inconexos de la peor bisutería de
hojalata/plástico/incomodidad, bolsas de celofán convoyadas con aseos
personales escogidos por gente ducha en no bañarse y perfumarse, cintas
y lazos alegóricos de algún desfile rococó en plena parada militar, y
alguna bebida edulcorante con maíces saltarines en las brasas incluidos
que evocan a la familia Borgia (¿arsénico y encajes?), te aturden
indiscriminadamente de un tirón en estas fechas vulgares, y te derrotan
como un mequetrefe en el acto pueril de contemplarlos.

Las horrendas postales floridas que oferta Correos de Cuba para
felicitar a nuestras progenitoras con nuevas arborescencias
antiecológicas prohijadas por tijeras y cizallas, prometen llegar el
mismo día a sus destinatarias (y destinatarios, aclaro, porque hay
hombres que se sienten tremendamente madres) o tal vez lleguen, olorosas
a cartero jadeante de pedalear y mustias ya en el fondo del jolongo
manoseado, pero dos pisos más arriba o tres cuadras más allá, y al día
siguiente sean dadas, no el maternal domingo. Así alguien las confunda
bajo nombre homologado en dirección errada. O el jerarca del CDR
encargado en distribuirlas por subordinación zonal, equivoque los rumbos
de la cartulina tras haber bebido un tin la víspera (en la cadena
"Rumbos" precisamente, ya que vino un pariente "de afuera" y no precisó
echar mano esta vez al esmirriado fondo del comité destinado a coronar
cuando se muere un combatiente).

Nada, que este domingo haremos todos los nacidos ―y los que están por
nacer― una gran cadena de oración por nuestras viejitas alicaídas,
timoratas y desprovistas del regalo decoroso/decorado que merecen,
elevando al ser supremo nuestras mundanas plegarias, para que los años
que resten por vivir aquí debajo nos sean mejores, pasables e impere la
lógica dinámica en los días sobre la irracionalidad estatuida.

Para que se acabe por resolución moral ―y humanitaria― el kitsch que
enseñorea nuestras almas sin escrúpulos, garbo ni permiso, y en el
nombre de todos los tiempos futuros de la patria hoy desflorada e
hiperbólica. Así sea, amén.

Source: Otro día de madre(s) CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/otro-dia-de-madres/

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