Thursday, May 11, 2017

Escuelas privadas de automovilismo, las que mueven Cuba

Escuelas privadas de automovilismo, las que mueven Cuba
El sector por cuenta propia asume otra tarea que el Estado no alcanza a
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Jueves, mayo 11, 2017 | Ernesto Aquino

La Habana, Cuba.- La capacitación de choferes es otra de las actividades
laborales que el sector privado está asumiendo con responsabilidad y
profesionalismo, a pesar de las dificultades materiales y el poco
reconocimiento estatal a su labor pedagógica.

Uno de los instructores entrevistados, de 37 años y 18 de experiencia
como chofer, que prefirió no revelar su identidad, opina que "las
escuelas privadas de automovilismo atienden más del 50 por ciento de la
demanda de ciudadanos interesados en obtener su licencia de conducción".

"Las escasas escuelas estatales no pueden absorber la creciente demanda
de ciudadanos interesados en capacitarse para obtener su licencia de
conducción y tienen que acudir a la enseñanza privada, que está
demostrando mucha seriedad y profesionalismo", añade.

"Profesionalismo y seriedad son virtudes imprescindibles" que
caracterizan los cursos que imparte el instructor de automovilismo
Alfredo Benítez Navarro, de 60 años y 35 de experiencia como chofer,
quien además es licenciado en Educación Superior, en la especialidad de
Física y Astronomía, y Máster en Administración de Negocios.

Benítez Navarro, con un promedio de 250 alumnos por año (20 mensuales),
considera que "nuestra labor como instructores de Educación Vial y
Conducción es, sobre todo, de prevención. Objetivamente, nosotros
salvamos vidas. Porque nuestros cursos son también de concientización y
responsabilidad humana. Ser responsable en la vía es el resultado de ser
responsable en otras áreas del comportamiento".

"Siempre se trata de comportamiento responsable cuando interactuamos con
los demás. Por esa razón, los instructores de automovilismo consideramos
que hemos logrado nuestro objetivo, aun cuando, a través del curso, el
alumno descubre que no está preparado para asumir la responsabilidad de
conducir un vehículo; porque esa actitud, cuando menos, lo convierte en
un peatón responsable, lo que vale tanto como un chofer bien entrenado",
continúa Benítez Navarro.

Otros entrevistados, además de compartir lo expresado por el profesor,
insistieron en señalar la falta de reconocimiento a su labor por parte
de las autoridades de la Dirección de Tránsito y destacaron aspectos
"más puntuales a la hora de hablar de responsabilidades en la ocurrencia
de accidentes".

Tal es el caso de los capacitadores Ana Ibis Galán García y su esposo
Víctor Ibáñez Castro, quienes han logrado habilitar, "con las
condiciones necesarias y mucho sacrificio", su escuela de automovilismo
ubicada en la avenida Acosta número 256 A, entre Juan Bruno Zayas y
Cortina, en el municipio Diez de Octubre, La Habana.

Ana Ibis Galán, de 49 años y licenciada en Educación en la especialidad
de Ciencias Sociales, Licenciada en Derecho y poseedora de un diplomado
en Periodismo, se ocupa de "impartir la parte teórica, porque Víctor
pasa mucho tiempo en la calle enseñando la parte práctica, aunque
siempre trabajamos como un equipo, apoyándonos uno al otro".

Para ella "es muy decepcionante que las autoridades del Gobierno nos
vean sólo como unos cuentapropistas más, tratando de mejorar nuestra
economía; sobre todo porque, posiblemente, somos los únicos privados que
trabajan en estrecha relación con el Ministerio del Interior, a través
de la Dirección Nacional de Tránsito".

"Y somos muy disciplinados y celosos con el cumplimiento de las
orientaciones que recibimos en los cursos metodológicos", destacó Víctor
Ibáñez, de 56 años, electricista automotriz que durante dos décadas se
desempeñó como Instructor en la Escuela de Automovilismo TRAMOS, ubicada
en Calzada e I, en el Vedado, municipio habanero de Plaza de la Revolución.

"Además, nuestro profesionalismo y rectitud moral están fuera de
discusión. A través de nuestro trabajo no sólo creamos choferes más
conscientes y capacitados, sino también mejores ciudadanos. Y no le
pedimos nada al Estado. Todo nuestro trabajo lo realizamos con recursos
propios", añade.

Para exigir hay que cumplir

El sector laboral privado está constantemente sometido al acoso de las
inspecciones estatales. La exigencia, en el cumplimiento de las normas
establecidas, puede llegar hasta lo insoportable, sobre todo para los
propietarios de negocios que no ceden al chantaje de no pocos
inspectores corruptos.

Para los propietarios de escuelas privadas de automovilismo las cosas no
son diferentes. Víctor Ibáñez, quien usa su propio vehículo (un
Volkswagen Sedán) para las clases prácticas, ven en las inspecciones
periódicas un problema porque "el auto tiene que estar en óptimas
condiciones técnicas, y el Estado no provee ningún recurso, por lo que
los mantenimientos se vuelven muy costosos. Sobre todo para un auto como
el mío, que está en función del entrenamiento práctico".

Sin embargo, la calidad de la infraestructura vial y las señales de
tránsito, en la mayoría de las calles, brillan por su ausencia. Todos
los entrevistados coincidieron en afirmar que "uno de los problemas
neurálgicos que está afectando la disciplina de los conductores y los
vehículos, es la falta y el deterioro de la infraestructura vial. El
estado físico de las calles es bastante lamentable, por las roturas,
irregularidades en su superficie, la falta de señalizaciones y el
deterioro de las existentes".

"En sentido general, el deterioro de las vías es significativo; pero lo
inconcebible es el estado deplorable de las calles y las señalizaciones
en las áreas donde se realizan los exámenes prácticos, sobre todo en el
área de Luyanó, en el municipio Diez de Octubre y en el área de Guanabacoa".

"Es muy estresante para los aspirantes a obtener la licencia de
conducción que se examinan, enfrentarse a su examen práctico conduciendo
por calles que no reúnen las mínimas condiciones, y donde muchas veces
hasta faltan las señalizaciones; eso, sin hablar del tiempo que los
hacen esperar (a veces hasta 4 horas) para realizarle el examen", dice
por su parte Ana.

Queda mucha historia que contar sobre el tema de las dificultades que
agravan el complejo y polémico problema del tránsito automovilístico y
peatonal, y los esfuerzos, sacrificios y aciertos de los capacitadores
privados.

Pero lo que se evidencia en la práctica, cada vez con menos dudas, es
que si cada día hay mejores choferes y menos accidentes esto se debe, en
buena medida, a la labor profesional y entrega humana de los profesores
de escuelas privadas de automovilismo.

Source: Escuelas privadas de automovilismo, las que mueven Cuba
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