Cuando pasado y presente se entrecruzan en Cuba
Por Alexandre GROSBOIS
AFP 10 de abril de 2017
En la Cuba de Raúl Castro, parece que el reloj se detuvo en los años 60.
Las reformas emprendidas hace una década lograron cambiar el paisaje
cubano, pero sin imponer un nuevo ritmo a la isla.
Frente a los edificios en ruinas del centro de La Habana, una escena
típica: jugadores de dominó sentados en la acera bajo la mirada de
residentes asomados a sus balcones, apenas perturbados por el ruido de
los motores de los clásicos autos estadounidenses de los años 50 y de
los Ladas de la época soviética.
Esta visión indolente y anticuada de la vida cubana, que termina
atrapando a los turistas, es asociada con frecuencia al sistema
comunista, en una isla donde "hacer colas" devino un arte de vida y la
burocracia una fatalidad.
"Vivimos en cámara lenta, por ser isla, por ser Caribe y por todo lo que
el tempo del socialismo nos ha legado, porque aquí el tiempo no es oro,
muy pocas personas producen algo para sí mismas", explica a la AFP la
escritora cubana Wendy Guerra.
"No hay horario, no hay rituales, no hay que llegar nunca a ninguna
parte con urgencia. No hay tráfico y los problemas de transporte nos han
hecho oficialmente impuntuales", añade esta escritora de 46 años, que
reside en Cuba, donde se publica muy poco su obra.
En su novela "Todos se van", la heroína termina congelada en el Malecón,
la famosa costanera habanera, "en la inmovilidad de Cuba".
"El subconsciente de todo cubano es un salón de espera, nos han enseñado
a esperar y no nos dimos cuenta", comenta Alejandro Campins, un pintor
que ha hecho del letargo cubano uno de sus temas favoritos.
Hacer colas "es parte de la idiosincrasia. Aquí para todo es un problema
acceder con facilidad a ciertas cuestiones: un servicio, la
alimentación", confirma Daniel Ríos, un agente portuario de 36 años, que
hacía una larga fila en el centro de La Habana.
- El tiempo se acelera -
Este sentimiento de letargo y el ambiente anticuado son fuente de
inspiración para escritores, pintores y otros artistas locales.
"Venir a Cuba es un viaje al pasado. El tiempo aquí no corre", explica
Dagoberto Rodríguez, del famoso colectivo Los Carpinteros, que viven y
trabajan entre La Habana y Madrid.
En 2012, estos artistas hicieron una performance que dio que hablar:
pusieron a un grupo de danza a bailar de espaldas en una céntrica
avenida habanera, simbolizando el viaje permanente al pasado de los cubanos.
Pero para una parte de los cubanos, las cosas comenzaron a evolucionar
tras la llegada de Raúl Castro a la presidencia en 2008.
Bajo su gobierno, Cuba emprendió una transformación: cada día llegan más
turistas, las zonas wifi florecen y los restaurantes y hoteles privados
-antes prohibidos- ahora saltan a la vista.
"El tiempo se ha acelerado en Cuba como resultado de la reforma
económica", sostiene Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de
Texas Rio Grande Valley, que también advierte sobre "una mejor
interacción con el resto del mundo gracias a los avances tecnológicos".
Pequeños negocios privados, viajes, compra-venta de casas y autos: las
reformas permitieron una ligera emancipación que, conjugada con un
espectacular deshielo diplomático con Estados Unidos, logró modificar la
percepción de Cuba en el exterior.
- En otra dimensión -
Actualmente, algunos consideran que el país se "abrió". Pero, aunque los
jóvenes cubanos se sienten cada vez más atraídos por la zonas wifi,
muchos juzgan los avances alcanzados como superficiales.
"El tiempo puede estar moviéndose rápidamente según los estándares
cubanos, pero no para los estándares del resto del mundo", opina Michael
Shifter, presidente de Diálogo Interamericano.
"Para la mayoría de los cubanos, la vida sigue igual", apunta.
De hecho, casi seis décadas después del triunfo de la revolución, un
Castro sigue en el poder, la oposición amordazada, el embargo
estadounidense en vigor y la economía de la isla, que el Estado controla
en un 80%, no logra los niveles de inversión extranjera necesarios.
"Es muy difícil de entender para las corporaciones extranjeras porque
aquí el tiempo es mucho más largo que lo que suele ser. Un contrato que
en un país lleva tres meses, seis meses, aquí se puede demorar un año,
dos años", declaró a la AFP Charles Ferrer, representante en Cuba del
grupo finlandés Nokia.
El economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de
Colombia, lamenta que Cuba esté "en una dimensión de tiempo diferente",
y también le preocupa que las reformas no se han realizado "con la
velocidad y el alcance previstos".
Raúl Castro lo ha dejado claro: las reformas se implementarán "sin prisa
pero sin pausa". El general de 85 años se comprometió a dejar el poder
en febrero próximo. Quizá para entonces le habrá faltado tiempo para
completar los cambios.
Source: Cuando pasado y presente se entrecruzan en Cuba -
https://es.noticias.yahoo.com/cuando-pasado-y-presente-se-entrecruzan-en-cuba-152246758.html
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