Las fantasías sexuales de los cubanos
¿Qué prácticas componen el imaginario sexual de quienes habitan la Isla?
Miércoles, febrero 15, 2017 | Ana León y Augusto César San Martín
LA HABANA, Cuba.- El escritor Mario Vargas Llosa afirmó en una ocasión,
refiriéndose a su novela Pantaleón y las visitadoras: "el erotismo es la
manera de dignificar el sexo a través de la fantasía y la cultura". La
sexualidad es, en términos generales, un tema complejo. Entenderla y
aceptarla de una forma abierta implica una dosis elevada de
autoconocimiento, así como la capacidad de desprenderse de prejuicios
antológicos.
Erróneamente, muchas personas consideran que hablar de sexualidad
equivale a referirse al acto sexual concreto, omitiendo preludios,
juegos y expectativas que enriquecen, más que el acto en sí, la
intimidad de la pareja. En Cuba, donde el sexo ha sido siempre un tabú
-pese al alarde de los cubanos respecto al tamaño, sabrosura y
movimiento-, hay una cultura bastante limitada en cuanto a lo que se
entiende como fantasías sexuales, y una notable reticencia, por parte de
las mujeres, a hablar de las mismas.
Ello no quiere decir que los cubanos no tengan fantasías ni estén
dispuestos a ponerlas en práctica en un ámbito privado; pero sin duda
resulta difícil hacerlo en un país donde no existen determinadas
infraestructuras orientadas a sugerir y satisfacer placeres poco
convencionales, en una sociedad que no es mojigata en extremo, pero sí
carente de información y recursos.
Todos los entrevistados por el equipo de CubaNet están de acuerdo en que
las fantasías sexuales representan un estímulo para la pareja y una
garantía de mantener viva la pasión, siempre amenazada por la rutina.
Sin embargo, la mayoría solo menciona los "tríos" como alternativa
predilecta. Ciertamente, la mayoría de los hombres sueña con la
intimidad en medio de dos mujeres; sin embargo, numerosos estudios han
demostrado que antes de intervenir, les gusta mirar.
Los cubanos, paradójicamente, no consideran el voyeurismo, ni la
sumisión. Además de los tríos, la fantasía más recurrente para los
hombres es el mito del "harén", con mujeres por doquier, todas a su
disposición. Es llamativo que tanto los tríos como las orgías son
paradigmas centrales en las películas pornográficas, un producto que
marca significativamente el imaginario sexual del sujeto cubano. Puede
afirmarse con certeza que en Cuba se consume más pornografía que cine
erótico, y a partir de este postulado puede entenderse por qué las
fantasías sexuales de los isleños tienden siempre a lo directo.
Las féminas aportaron un poco más de variedad, aunque la falta de
imaginación es latente. Entre sus fantasías más comunes también
sobresale el trío, siempre con dos hombres. Algunas aseguran
categóricamente que les gustaría; otras lo suponen, y los hombres están
convencidos de que sentirse poseída por dos o más compañeros sexuales es
el sueño de cualquier mujer. Un estereotipo derivado de las películas porno.
El rol de dominatriz, el uso de disfraces y hacer el amor con ropa son
fantasías que les parecen igualmente interesantes. A muchas les gustaría
disfrazarse, pero en un país donde apenas están cubiertas las
necesidades básicas es prácticamente imposible comprar un disfraz de
pantera, colegiala, meretriz o lo que sea. Las pocas sex shop que
existen son clandestinas y exhiben un rango de productos bastante caros
y limitados.
La fantasía sexual, como cualquier otra libertad individual, se ha visto
muy coartada en Cuba. La sola mención del tema descoloca a los
insulares. Hay mujeres que ni siquiera saben explicar qué entienden por
ese término. A la hora de conversar sobre algo tan natural y necesario
como el sexo responden con imprecisión y desconocimiento. Es
comprensible que la natalidad en Cuba esté disminuyendo por otros
factores, además de la insalvable situación económica.
Aquí se habla mucho de sexo, es cierto. Hombres y mujeres emplean para
ello un tono desafiante y lenguaje soez, siempre subrayando lo obvio. El
mito del cubano como fuente inagotable de placer proviene de la
equívoca noción de que presumir abiertamente en cada esquina es
indicador de una vida sexual saludable y sustanciosa. Paradójicamente,
la cultura sexual más osada y delirante de todo el planeta pertenece a
individuos conocidos por su excesivo orden y recato: los japoneses.
Aunque en Cuba todo el mundo domine el ABC de la cuestión, lo cierto es
que el imaginario popular está más conectado a la idea de "rápido y
furioso" que al imperio de los sentidos. Hay demasiada prisa para
andarse con preludios; prejuicios que se creían a punto de desaparecer
permanecen arraigados, y la falta de información es un "strike cantao"
incluso para los amantes más fogosos.
Toda la inventiva del cubano está en función de poner la comida en la
mesa. Se trabaja tanto por tan poco que cada vez disminuyen más los
momentos de que dispone la pareja para re-conocerse en la intimidad.
Durante el escaso tiempo libre hombres y mujeres languidecen frente a
las telenovelas, construyendo otras fantasías que delatan carencias más
inmediatas: una buena casa, comida en abundancia, un carro, ropa de
marca, buenos productos para el cabello y mucha plata para mantener todo
eso.
Video:
https://youtu.be/hzykLQ5QEBc
Source: Las fantasías sexuales de los cubanos | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/cuales-son-las-fantasias-sexuales-de-los-cubanos/
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