Honor a quien honor merece
MARTHA BEATRIZ ROQUE CABELLO | La Habana | 31 de Agosto de 2016 - 18:36
CEST.
Desde el pasado 20 de julio el disidente Guillermo Fariñas, al que todos
conocemos por "Coco", decidió ponerse en huelga de hambre y sed, debido
a los malos tratos y golpes sufridos durante un arresto arbitrario, que
son extensivos al resto de los opositores. Las demandas que hace al
régimen, muchos las consideran inalcanzables, debido a que el sistema ha
demostrado que no tiene ningún respeto por la vida de los que disienten.
Él considera que esta forma de protesta es la única que le permitirá dar
a conocer sus requerimientos, pues en Cuba no tiene otra manera, por el
caso omiso que hace la dictadura a lo que se le dice.
Hay que considerar que un ayuno prolongado tiene riesgo de muerte o de
daños permanentes para las personas en huelga de hambre; de eventos
anteriores él tiene reflejado en su organismo deterioros irreversibles,
algunos apreciables a la vista, como que no le crece pelo en el cuerpo.
Aunque por lo general, las personas no desean morir, hay algunas como
Coco que están preparadas para hacerlo con el fin de lograr sus
objetivos; es por eso que todos estamos tan preocupados.
No han sido pocas las acciones del régimen para desprestigiar a Fariñas,
ha utilizado internet con el fin de circular testimonios y documentos
sobre supuestas enfermedades siquiátricas que limitan su capacidad
mental, para no considerarlo en huelga de hambre por falta de juicio.
El régimen intervenido sus teléfonos y, con carácter de burla, oficiales
de la Seguridad del Estado han respondido las llamadas diciendo que Coco
toma jugo por las noches y que su mamá Alicia Hernández, le prepara
"sopitas" para alimentarlo. Se han hecho pasar por disidentes de la
provincia de Villa Clara donde reside Fariñas y en tono sarcástico
contestan que la familia no está en la casa y ni siquiera se preocupa
por él. Las personas que no conocen el actuar bajo y sucio de la policía
política caen en estas trampas.
Después de haberse denunciado la situación antes expuesta, el régimen
decidió no permitir que reciba llamadas por alguno de los teléfonos que
tienen habilitados al respecto, incluyendo los fijos. Cuando usted marca
cualquiera de ellos se demora la respuesta, pues la comunicación va a un
centro donde se decide si se permite o no tener contacto con el
huelguista. De esta forma la selección deja pensar, sobre todo a los
extranjeros no vinculados con las atrocidades de este tipo que hace la
dictadura, que los que no podemos comunicarnos es por otro motivo y no
porque esté tomado el teléfono.
Esta es una de las facilidades que tiene la gerontocracia para controlar
la oposición, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) está a
su completa disposición. Es por eso que muchos de los opositores no
tienen acceso al servicio Nauta ni a pasar algún twitter desde sus
celulares. En mi caso particular han llegado al extremo de no permitir
que utilice el servicio de mensajes telefónicos (sms) para comunicarme
con los diplomáticos acreditados en el país y brindarles información al
respecto. No obstante, cuando se pasa un mensaje lo cobran, aunque no
llegue a su destino.
Lo que tiene de beneficioso para Fariñas todas estas restricciones
telefónicas es que muestran al mundo la verdadera cara de la dictadura;
recuerdan el momento que, en la conferencia de prensa de Obama y Raúl
Castro, este último dijo: "Dénme una lista de presos políticos y los
suelto esta noche"; para la comunidad internacional quedó claro que no
existe nada más que un poder en el país.
Por otra parte, está la situación con los médicos que se supone deben
atenderlo, de acuerdo a los principios éticos establecidos y el
compromiso que se supone tienen con su profesión. No obstante, esto no
ha ocurrido así.
Aunque diariamente asiste una doctora a la casa de Fariñas y le hace una
evaluación de los parámetros vitales, no se tiene confianza en lo que
ella dice porque no se pueden comprobar en sus medios y al parecer la
pesa que lleva —que es visible a todos los que están en el lugar— no
está en buenas condiciones, por lo que un día rebaja de peso y el otro
aumenta.
Claro, todos sabemos que para los médicos cubanos es muy difícil guardar
el equilibrio de doble lealtad, al paciente y al régimen, porque puede
crear un conflicto entre su fidelidad al empleador todopoderoso y su
compromiso con el juramento hipocrático, que lo convierte en un código
de respeto hacia el paciente.
Todos sabemos que el profesional al que escojan para atenderlo, ya sea
en la casa o en el hospital, no puede tener independencia clínica. Ese
médico, que se supone permanezca objetivo en sus evaluaciones, va a
permitir que terceros influyan en su opinión médica y, tras ser
presionado, estará dispuesto a transgredir los principios éticos. Es un
problema de alternativa de supervivencia: o Fariñas o la carrera que
estudió y con la cual es probable mantiene o ayuda a mantener a su familia.
En internet aparece un video donde la médico que lo atiende es filmada
en la calle, frente a las oficinas de la Seguridad del Estado de Villa
Clara, por un supuesto periodista de Cubanacán Press, agencia de prensa
independiente que hace mucho tiempo desapareció. Todo el que haya visto
el video sabe que no aparece quien hace las preguntas porque es un
oficial de la Seguridad del Estado; sin embargo, las respuestas muestran
el irrespeto a la confidencialidad de los resultados médicos de la
huelga de hambre por parte de la doctora en cuestión.
Fariñas ha estado ingresado tres veces durante estos 42 días, solo lo
han llevado al hospital cuando ha estado inconsciente y después ha sido
regresado a la casa. Quien haya podido ver fotos de su estancia en
Observaciones del Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro pudo
constatar que la camilla donde le pasan los sueros está incluso sin
sábanas, servicio que no ofrece el hospital. Como Coco tiene el torso
descubierto debido al calor, hace contacto directo con el forro de la
camilla, sin saberse quien estuvo antes ahí y qué enfermedad le puede
transmitir a un hombre que tiene tan baja las defensas. Esos son los
servicios médicos del país.
A pesar de que diplomáticos de algunos países lo han visitado, e incluso
la Iglesia Católica, y que se puede intuir de ello las conversaciones
que se tienen acerca de este asunto con el régimen, no se ha encontrado
solución alguna al respecto, porque la dictadura no oye nada que le sea
desfavorable; así se ha comportado durante estos 57 años.
Fariñas no debe morir, todos los que le conocemos le pedimos que deje la
huelga; pero este hombre que tiene un gran honor, al menos ha conseguido
que el mundo retome la conciencia de cómo se vive en Cuba: con una
violación constante de los Derechos Humanos. Hasta ahora su sacrificio
no ha sido en vano; pero lo necesitamos vivo para que mantenga su
coraje. Nadie le podrá cuestionar algo porque deje la huelga. Ni
siquiera el régimen ha tenido las agallas de hablar de forma pública del
problema; debe estar sangrando por la herida.
Source: Honor a quien honor merece | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1472661392_24993.html
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