Domingo, 25 de Septiembre de 2011 00:00
Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Guanajay, Artemisa, 25 de septiembre de 2011, (PD) Me cuentan amigos ya
viejos que antes del triunfo de la revolución castrista, existía en Cuba
el Organismo de Regulación de Precios y Comercios (ORPA), que establecía
importes legalmente establecidos para el manejo y altdesenvolvimiento de
la vida productiva cubana. En aquellos tiempos, cada centavo valía y el
respeto al cliente era factor obligado en todos los comercios del país.
Hago este recordatorio debido al aumento excesivo y desenfrenado que ha
tenido el transporte en la actual provincia de Artemisa, donde la
población depende casi absolutamente de los camiones y camionetas
particulares.
Estos camioneros al garete de porque sí suben el precio del pasaje cada
vez que se les antoja. En menos de tres meses, su precio se ha
multiplicado. Este constante abuso se produce sin que autoridad alguna
se digne siquiera a dar una explicación razonable al respecto.
Existe una tarifa de precio por kilometraje, que ha sido violada. Era
obligado mostrarla, pero ya no existe. Es un modo de poder explotar más
al pasajero, donde sólo vale lo que diga el camionero.
Al implantarse el sistema tributario, los pocos inspectores que existían
se escudaron en él para ver qué provecho podían sacar a base del soborno
y la desvergüenza. El jefe de transporte también tiene parte en la
repartición del pastel. Dejan que los tiburones se bañen a su antojo, en
fin de cuenta, ellos también se salpican, ¡y vaya de qué manera!
No pagan derecho de vía. Sólo la contribución acordada. Trabajan con
talonario de una terminal estatal, en este caso de Artemisa o Guanajay y
adquieren el combustible por la izquierda, a siete pesos moneda nacional
el litro.
A esta situación se han referido en varias ocasiones periodistas del
oficialista periódico Granma y de otros medios de la prensa radial y
escrita, pero sin el valor de emplazar al régimen por esta situación, y
sin que hasta el momento el Ministerio de Transporte, entidad
representativa del gobierno, haya hecho algo a favor de la ciudadanía,
esa que cada día ve encarecerse más el costo de vida, de por sí ya
bastante cara.
Nada justifica el vandalismo sobre ruedas. Los propietarios tienen
derechos, pero tiene que existir un orden y un respeto cuando se presta
un servicio público.
La responsabilidad en el desajuste del transporte en la provincia
Artemisa no recae precisamente en los propietarios de estos incómodos
medios de transporte. Ellos sólo aprovechan la brecha para lucrar. Los
verdaderos responsables, con su irresponsabilidad, son tanto el gobierno
local como el central, que no se dignan en asignar a esta cenicienta al
occidente de la capital siquiera la mitad del transporte que necesita,
para dar al menos, una mínima comodidad a los ciudadanos y aliviar en
algo sus bolsillos.
El egocentrismo parasitario de los dirigentes, lejos de unir,
desarticula el bienestar y los valores ciudadanos. Cada cubano debe ser
tomado en cuenta. No todos tenemos el privilegio de tener un carro
particular o del estado a nuestra disposición, aun cuando no se rinda
servicio social alguno.
Un régimen incapaz de solucionar algo tan sencillo y necesario para la
mayoría de los cubanos como es el transporte público, que demuestra su
impotencia ante problemas cruciales y de urgencia para la ciudadanía, no
tiene justificación alguna para permanecer en el poder.
http://primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/2318-camiones-al-garete
No comments:
Post a Comment