Cubanos escaparon y demandaron en Miami
Notimex
MIAMI - El gobierno de Cuba ofreció trabajadores esclavos para pagar sus
deudas externas, según una demanda interpuesta en 2006 por tres cubanos
que escaparon de un astillero de Curazao y donde el gerente era un
sobrino de Fidel Castro.
Los explotaban
El diario The Miami Herald publicó parte del contenido de nuevos
documentos que se agregan a la querella, la cual explica que cada
trabajador cubano recibía dos overoles, un par de botas, un casco y
alimentos, según la dificultad de su labor.
"El trabajo de arreglar los barcos de cruceros estadunidenses que
llegaban a un dique seco de Curazao estaba valorado en $6.90 la hora",
informó el periódico.
Aclaró que "los 108 cubanos que trabajaban doble turno en una empresa
conjunta entre el gobierno cubano y la empresa Curacao Drydock Company
no recibían su dinero, sino que este se dedicaba a amortizar la deuda
oficial del gobierno de la isla con la empresa".
El rotativo señaló que la demanda presentada en una corte de Miami por
los trabajadores, sigue su curso, pero la revisión de nuevos documentos
"ofrece un vistazo poco común a los términos laborales secretos entre el
gobierno cubano y las firmas con que hace negocios".
"Los documentos parecen ser una prueba por escrito de que esas empresas
conjuntas a veces incluyen trabajo no retribuido", añadió. "En lugar de
un salario, los hombres recibieron dinero para comprar alimentos y unos
$18", agregó.
Tres escaparon
Tres hombres lograron escapar de lo que sus abogados calificaron de
"campo de trabajo forzado" en Willemstad, Curazao, y presentaron la
demanda en el tribunal federal de distrito en Miami, alegando que el
gobierno cubano los ofreció "como trabajadores esclavos para pagar sus
deudas".
Alberto Justo Rodríguez, Fernando Alonso Hernández y Luis Alberto
Casanova Toledo -que ahora viven en la zona de la Bahía de Tampa-
demandaron a Curacao Drydock Company alegando que los obligó a trabajar
contra su voluntad mientras agentes cubanos los vigilaban constantemente.
"Su jefe en el dique seco en Curazao era un sobrino de Fidel Castro",
según el diario local.
Curacao Drydock Company alega en los documentos judiciales que son
falsas las imputaciones de que obligara a los empleados a trabajar 112
horas semanales en condiciones por debajo de lo normal.
La compañía reconoció que no le pagaba a los cubanos contratados y que
los gerentes retenían los pasaportes de los trabajadores "para guardarlos".
Sobrino de Fidel
"Debido a la deuda significativa que La Habana tiene, por concepto de
reparación de barcos, con la empresa acusada, el dinero que el acusado
de otra forma pagaría al astillero de La Habana por el suministro de
obreros temporales cubanos se resta de la deuda que tiene con el
astillero", expresó el abogado de la compañía en un documento del tribunal.
La demanda fue presentada gracias a las leyes que permiten a los
extranjeros presentar demandas civiles en tribunales federales cuando
una ley internacional se viola de manera flagrante.
The Miami Herald indicó que "no estaba claro" cuánto debía el gobierno
cubano a la compañía de Curazao por los trabajos de reparación de barcos.
El documento del tribunal que responde a la demanda añadió que los
trabajadores recibían un estipendio y beneficios adicionales.
Los contratos de empleo muestran que los trabajadores debían recibir
$1,500 mensuales, pero ellos dicen que sólo recibían $1.16 diarios para
comida, que debían gastar en la tienda de la compañía.
Los documentos señalan además que el gerente de producción del dique era
Jesús Bequer Soto Del Valle, sobrino de la esposa de Castro, Dalia Soto
Del Valle. Según los expedientes el trabajo de Bequer terminó en abril
de 2007 y posteriormente demandó a la compañía.
El diario señaló que sin detallar la causa de la demanda, los
expedientes indican que la compañía le pagó a Bequer $125 mil que fueron
depositados en su cuenta bancaria, sin detallar dónde está el banco.
Represalias
En la demanda los abogados alegan que el gobierno cubano y Curacao
Drydock Company formaron la empresa conjunta para reparar barcos como
una forma de eludir el embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba.
El embargo impide que los barcos que atraquen en Cuba regresen a un
puerto estadunidense durante los seis meses siguientes.
Como Cuba no tiene instalaciones para reparar barcos de crucero, buques
cisterna y otros, la segunda mayor compañía de diques secos del mundo
formó una empresa conjunta con mano de obra cubana.
Los abogados de los querellantes aseguran además que La Habana ha tomado
represalias contra los familiares de los ex trabajadores que siguen en
la isla, negándoles a sus hijos acceso a guarderías y la universidad y
que turbas organizadas por el gobierno han realizado protestas frente a
sus viviendas.
http://www.univision.com/content/content.jhtml?chid=3&schid=181&secid=197&cid=1602389
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