Thursday, March 27, 2008

A CAMISA QUITADA, DAR EL PRIMER PASO

A CAMISA QUITADA, DAR EL PRIMER PASO
2008-03-25.
Dr. Darsi Ferrer

La Habana, 22 de marzo de 2008.- La lucha pacífica en contra del
totalitarismo en Cuba implica enormes esfuerzos. Tal sacrificio
representa para muchos ser víctimas de represión policial, condenas a
prisión, expulsión del trabajo, destierro, ostracismo, incluso la muerte.

Los resultados logrados hasta ahora son mínimos si tomamos en cuenta las
aspiraciones de tan difícil empeño. Ni siquiera se consigue convertirnos
en fuerza política representativa de la sociedad. La población a pesar
de su creciente descontento con el sistema aún no se identifica con
nuestras propuestas.

Sobran razones para reevaluar nuestra labor. En algo debemos estar fallando.

Diversos actores externos se ocupan de mediar en la búsqueda de
soluciones a la problemática nacional, mediante los métodos que creen
convenientes. Ejemplo de ello lo representan España y el Vaticano con su
fórmula de acercamiento y de diálogo constructivo. Por otro lado están
EE.UU. y la República Checa con la opción de presionar y de aislar al
régimen.

En lo que para otros inmiscuirse en la situación cubana significa un
compromiso moral o una cuestión ética, descontando los posibles
intereses económicos o políticos, para el pueblo representa seguir
encadenado, oprimido, sin esperanzas, o alcanzar la libertad, tener
derecho a una vida digna, y a oportunidades de progreso.

El hecho de ser las víctimas directas de un sistema fracasado y
excluyente nos convierte en los principales responsables de nuestro
destino. Un buen comienzo a la hora de replantear nuestra situación
sería buscar hasta dónde somos culpables de que nuestra labor no avance
como aspiramos.

Para muchos una justificación es que no contamos con espacios ni medios
para influir en amplios sectores de la sociedad. Sin embargo, si la
oposición fuera reconocida por este tipo de gobierno la mayoría nos
dedicáramos a vivir tranquilamente y a desarrollar nuestras profesiones
en un marco democrático, sin necesidad de entregarnos a los asuntos
políticos.

En menor o mayor medida insistimos en la estrategia de lanzar un
proyecto del que estamos seguros, e intentamos convencer a los demás, de
que es la solución para los cubanos. Cuando no progresa entonces
aparecemos con otro proyecto el que vuelve a ser la solución.

Increíblemente ese fue el mismo método utilizado por los actuales
gobernantes. Ellos se presentaron con el Mesías que traería el paraíso
y, por el contrario, han convertido la bella Isla en un gulag y a los
cubanos en entes que sobreviven en la miseria.

Una parte importante del trabajo que realizamos se orienta a buscar
impacto en el exterior, mientras muchos de los proyectos lanzados desde
el exterior consisten en recetas totalmente alejadas de la realidad interna.

¿Por qué no empezar por preguntarnos qué es lo que realmente quiere el
pueblo? O quizás intentar comprender, ¿Qué es lo que NO quiere,
valorando que sobrevive en condiciones extremas?

El aumento de los reclamos y de la inconformidad popular a nivel
prácticamente generalizado, como se ve públicamente en las calles,
transportes, centros de trabajo, universidades, demuestra que los
cubanos no quieren seguir como están y poco a poco crece la exigencia
por cambiar el rumbo de la situación que se sufre.

Es hora para la oposición de romper viejos esquemas. Se puede aprender
de los errores. Hay que dar el primer paso en función de cambiar nuestra
estrategia. Somos parte indiscutible de la sociedad, por lo que no
debemos continuar aislados, se impone el vínculo con la población para
llegar a constituirnos en fuerza política, en alternativa.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=14602

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