La Habana renace en proyecto de FIU
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
* video VIDEO/ Nicolás Quintana - Proyecto Habana
El Malecón de La Habana, Patrimonio de la Humanidad desde 1982, podría
acoger en el futuro siete sitios de reunión pública que permitirían
modernizar la populosa avenida protegiendo a la vez sus tradiciones urbanas.
Las ideas de reconstrucción de los siete kilómetros del Malecón habanero
--desde el Castillo de la Punta hasta la desembocadura del río
Almendares-- conforman el último escalón de "La Habana y sus paisajes'',
un estudio para el rescate arquitectónico de la capital cubana bajo los
auspicios de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), en Miami.
El proyecto encargado al prominente arquitecto cubano Nicolás Quintana,
profesor de FIU, está listo para convertirse en un voluminoso compendio
de textos, fotos, ilustraciones, mapas e imágenes virtuales, después de
más de tres años de labor de unos 40 especialistas, entre académicos,
investigadores y estudiantes.
Los dos tomos del libro de casi 500 páginas --primero saldrá la edición
en inglés y luego en español-- deberán publicarse a finales del año
entrante, cuando también se planea una exposición en FIU con las 32
maquetas de La Habana del futuro, 28 minutos de ''recorridos virtuales''
por escenarios habaneros, y un simposio dedicado al tema, en noviembre
del 2008.
La pasada semana Quintana puso el punto final a una historia de La
Habana en 38,000 palabras que le obligó a consumir incontables
madrugadas, y evaluó las 12 maquetas de la reanimación del Malecón,
realizadas por un grupo de alumnos de Diseño.
"Lo que hemos hecho es buscar siete 'recodos' o puntos de reunión que
permitan al transeúnte y al vecino disfrutar del Malecón como el gran
ícono urbano que es y debe seguir siendo en el futuro'', explicó
Quitana, de 82 años. "Las facilidades de estos recodos variarán de
acuerdo a los intereses de cada comunidad''.
Los puntos del Malecón seleccionados como potenciales espacios de
confluencia popular son los puntos de intersección del litoral con las
avenidas Prado, Belascoaín, Galiano, La Rampa (calle 23), Línea, Calle G
y Paseo.
Quintana considera que esta concepción permitirá al Malecón seguir
funcionando como ''un gran sofá de La Habana'', donde las personas
asistan a socializar, tomarse un helado o visitar una biblioteca.
Iniciado en el 2004 con un presupuesto de $325,000, el proyecto fue
concebido como un estudio "omnicomprensivo y multidisciplinario'' sobre
las necesidades para rescatar La Habana de sus ruinas sin afectar sus
valores arquitectónicos e identidad urbanística. El donativo para la
investigación fue concedido por los urbanizadores cubanoamericanos
Sergio Pino y Anthony Seijas.
"La radicalización de reconstruirlo todo puede ser tan peligrosa como la
destrucción actual'', comentó Quintana, considerado uno de los artífices
del movimiento arquitectónico moderno que floreció en Cuba a mediados
del pasado siglo. "Una inversión inmobiliaria sin control puede destruir
los valores que hacen de La Habana un paradigma urbano invaluable''.
El arquitecto insiste en que la investigación proveerá "un prontuario de
sugerencias, no las soluciones definitivas'' para rescatar y proteger La
Habana una vez que se produzcan cambios democráticos en la isla.
"Este será un indiscutible documento de consulta, pero no pretendemos
imponerle nuestra visión a los arquitectos y urbanizadores que van a
asumir la revitalización de la ciudad'', indicó.
El estudio físico y las tipologías arquitectónicas de La Habana se
sustentan en la revisión de los planos geodésicos de la ciudad y de
información de satélite, complementada con fotos recientes de las
fachadas de edificaciones y de manzanas completas de municipios
habaneros. Para los datos históricos han sido revisadas copias de los
Archivos de Indias, la Biblioteca Nacional de Cuba y la Universidad de
La Habana, enviadas por colaboradores anónimos desde la isla.
Aunque al lanzar el proyecto sus promotores aclararon que estaban
abiertos a la colaboración de profesores, arquitectos e individuos a
título personal, pero de las instituciones gubernamentales cubanas,
nunca se imaginaron la respuesta fundamental que tendrían de personas
residentes en la isla.
"La cooperación de gente de Cuba ha sido conmovedora'', manifestó
Quintana, que abandonó la isla en 1960 y nunca ha retornado a su país
natal. "Más de 500 fotografías nos han enviado por diferentes vías, a
veces mediante un e-mail desconocido, en un CD puesto en el correo,
mucha gente ofreciéndose para colaborar... Realmente la disposición de
mis compatriotas me tiene muy emocionado y me ha dado más razones para
impulsar este estudio''.
Sólo para crear las maquetas del Malecón, Quintana recibió todas las
fotos, edificio por edificio, de las construcciones que bordean el
litoral habanero desde La Habana Vieja hasta el túnel del Almendares.
Los promotores de "La Habana y sus paisajes'' admiten que las
autoridades cubanas han reaccionado al proyecto desde un principio.
En noviembre, la Universidad de Alicante, España, anunció que la Oficina
del Historiador de la Ciudad de La Habana, había dado el visto bueno a
dos propuestas para modernizar el Malecón, a partir de 55 diseños
presentados en un taller de construcción de esa entidad docente. Las
propuestas contemplan la apertura y acceso al mar para bañistas, además
de la instalación de vestuarios, y aguarda por financiamiento y apoyo
del gobierno provincial de la capital.
Al mismo tiempo, entre los temas que se discuten previamente al VII
Congreso de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba
(UNEAC) --convocado para el próximo año-- figura "El caso crítico de la
ciudad capital'', que está siendo analizado por un panel de expertos.
Un borrador emitido sobre el asunto por ocho reconocidos estudiosos
asegura que "el deterioro acumulado por décadas pone a la ciudad en un
estado de peligro inminente y en muchos casos irreversible''.
"El deterioro de la imagen urbana y en especial del paisaje de la calle
y las condiciones infrahumanas de la vivienda, está indisolublemente
acompañado por el deterioro de los valores cívicos y patrones de
conducta civilizada'', agrega el texto, que indica que ya están
presentes en la urbe habanera los síntomas del "desplome lento, agónico
y cada vez más acelerado''.
Las conclusiones de los estudios complementarios del proyecto de FIU no
pierden de vista la situación demográfica, social y económica de los
habaneros, y calculan en $10,000 millones el monto necesario sólo para
cubrir el atraso de 250,000 viviendas que arrastra la capital cubana,
así como unos $1,100 millones para recuperar la infraestructura de agua,
electricidad y alcantarillado.
"Nosotros no hemos ocultado la información de nuestro estudio'', precisó
Quintana. ''Sólo nos hemos negado a colaborar con los destructores del
patrimonio cubano, porque este es un proyecto para desarrollar en
libertad, y percibo que así lo sienten muchos jóvenes que nos han
ayudado desde Cuba''.
wcancio@elnuevoherald.com
http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/134800.html
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