Exiliados opinan que el mensaje de Castro no abre expectativas de
cambios en la Isla
* La carta confirma que 'la era de Castro está llegando rápidamente
a su fin', según expertos
Agencias
miércoles 19 de diciembre de 2007 11:51:00
Fidel Castro busca mantener centrada la atención en su figura, creen
dirigentes del exilio, que no vislumbran cambios en la Isla en su nuevo
mensaje, en el que dice que su deber es no "aferrarse" al poder y no
"obstruir el paso" a las nuevas generaciones, reportó AFP.
El mensaje de Castro, el primero en 17 meses alejado del poder por
enfermedad, no abre expectativas de cambio en la Isla, que seguirá bajo
el control de las mismas figuras que hoy conducen el régimen, según
organizaciones de la oposición.
"Este mensaje es otro capítulo de esta telenovela sobre Fidel Castro,
que sirve para mantener la atención sobre lo que dice o recomienda, pero
que no aporta nada nuevo en la situación cubana", dijo a la AFP Omar
López, director de Derechos Humanos de la Fundación Nacional
Cubano-Americana (FNCA).
"Los cambios en Cuba se van a producir independientemente de la voluntad
o las promesas de Fidel Castro", opinó López.
"La oposición debe aprovechar esta pérdida de brújula del régimen para
continuar ofreciendo soluciones concretas, que es lo que espera la
población", consideró.
El nuevo mensaje fue difundido la noche del lunes en la televisión
oficialista y publicado este martes en los diarios Granma y Juventud
Rebelde.
"Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el
paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo
modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir", dijo
Castro en la misiva.
"La gente en Cuba no cree que Fidel Castro va a dejar de intervenir
mientras viva", dijo Eduardo Perez Bengochea, del opositor Unidad
Liberal de la República de Cuba, a la AFP.
"Castro puede delegar, porque no está en condiciones de reasumir las
funciones, pero sigue siendo el orientador", agregó.
Por su parte, en declaraciones a Europa Press, el coordinador de la
plataforma Cuba Democracia ¡Ya!, Rigoberto Carceller, consideró "una
pena que el señor Castro no haya tomado una decisión, no forzado por la
biología humana, sino que hubiera sido capaz de escuchar los reclamos
del pueblo cubano durante 50 años".
"La nación cubana lleva más de medio siglo padeciendo de tiranía, la
última, la de Fidel Castro", añadió Carceller, quien aseguró que hay
"muchos cubanos" que están dispuestos a "tomar las riendas del poder y
encauzar la nación para todos los cubanos, inclusive para los comunistas".
Hay numerosos "líderes en La Habana reclamando durante muchos años que
se les consulte, que se les cite para entre todos encauzar a la nación
cubana. Creo que no habría ni que mirar al exilio, porque los líderes de
la transición residen en la misma capital cubana", apuntó y citó como
indispensables a Elizardo Sánchez, Oswaldo Payá o Vladimiro Roca.
En la misma cuerda, el representante de la Fundación Hispano-Cubana
Orlando Fondevila calificó este martes las afirmaciones de "un cinismo
inaudito". Tras casi cincuenta años "en el poder a sangre y fuego", que
ahora diga "que no tiene intenciones de perpetuarse en el poder, sólo
los tontos en el mundo pueden hablar de eso como algo importante", según
Europa Press.
Fondevila señaló que lo más importante es reconocer "que tiene una
difícil situación interna". El opositor añadió que su eventual
"desaparición" producirá un "vacío de liderazgo, porque él se ha
impuesto como líder, pero no hay nadie con popularidad, prestigio ni
nada, como para poder mantener aquello. Esa es la impresión que a
nosotros nos da", dijo.
"Más pronto que tarde se tendrán que producir cambios significativos" en
la Isla, pues "todos los escenarios son posibles" y todo depende de "las
decisiones que asuman los dirigentes. Nosotros quisiéramos que se
produzca el cambio a una sociedad abierta y democrática de una manera lo
menos dolorosa posible", concluyó.
En tanto, en declaraciones al diario español El País, Carlos Payá,
hermano de Oswaldo y representante en Europa del Movimiento Cristiano
Liberación, indicó: "Fidel puede decir lo que quiera. ¿Sus palabras son
síntoma de algo? Tal vez. El problema es el régimen. La situación real
no ha cambiado".
Para la pedagoga Marta Frayde, fundadora del Comité Cubano Pro Derechos
Humanos, "Fidel tiene un gran poder de simulación que le ha permitido
mantenerse en el poder". "Se ha dado cuenta de que le ha llegado su
hora, y quiere dejar las cosas bien amarradas. Lo que tiene que haber es
una rectificación de los errores políticos y económicos que han
cometido, y que nos han causado tantos años de sufrimiento. Y esa
rectificación no se ve por ninguna parte".
Desde La Habana, el economista opositor Oscar Espinosa Chepe cree que
"cambios sustanciales no ha habido, es cierto. Pero se están dando
movimientos inéditos".
"En su discurso del pasado 26 de julio, Raúl Castro se comprometió con
una serie de reformas, y si no las hace sería suicida. Dentro del
partido hay mucha presión. Un dirigente hablaba este fin de semana en
Juventud Rebelde de la necesidad del cambio agrario y entregar tierras a
los campesinos. Estamos en una situación desesperada de desabastecimiento".
Según Chepe, el cambio económico es la antesala de la democratización y
la derrota de la reforma constitucional de Hugo Chávez es otro factor
que preocupa a la cúpula.
"Todo es muy sutil. Pero Fidel se acabó. No aparece por ningún lado. Las
fotos están retocadas. Está muy mal de salud. El problema es que
mientras esté respirando, seguirá tratando de influir en la política.
Además, tiene un grupo de colaboradores, los talibanes, cuyo poder
depende de que Fidel siga influyendo", explica.
Para el periodista Carlos Alberto Montaner, presidente de la Unión
Liberal Cubana, existe un contrasentido en que Fidel sugiera una
retirada cuando ha aceptado su postulación para las elecciones de enero.
"En últimos 16 meses, Raúl le ha presentado en tres ocasiones reformas
que él ha rechazado", dijo el opositor, quien prevé un "cambio
acelerado" tras la muerte de Castro. "Cuando cambia el Estado, las
instituciones cambian. Esos Estados totalitarios son teatros, donde cada
uno ejecuta su papel. Los cuadros están desmoralizados. Hay 50 Adolfo
Suárez que esperan su momento".
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