2007-12-11. Página personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente
Ciudad de la Eterna Primavera, otoño de 2007.- Ya señalamos que entre
1820 y 1868 se reorganizaran los reformistas que tratarán de Cuba
continúe bajo la protección de la España liberal, sus conspiraciones no
llegan más allá de anémicas victorias. Todos los intentos para alcanzar
la emancipación van a fracasar, como la revuelta de J. Antonio Aponte,
que los españoles reprimen en 1812.
Indudablemente que no es posible hablar de las guerras por la
independencia de Cuba, sin tener en cuenta las actividades
conspirativas, para bien o mal, de los defensores del anexionismo.
De modo que los anexionistas no renunciaran a la idea de intentar una
intervención de Estados Unidos y ser un estado de la unión; y los
independentistas no descansaran hasta el 10 de octubre, cuando Carlos
Manuel de Céspedes, en el ingenio azucarero de su propiedad, "La
Demajagua", libera a sus esclavos y lanza el grito de "Viva Cuba Libre",
de esta manera comienza la "Guerra de los Diez Años".
Ciertamente que las primeras cuatro décadas del siglo XIX, estarán
estremecidas por las disímiles corrientes políticas. En estos años, los
anexionistas criollos generan algunas manifestaciones que por su
naturaleza no pasarán de ser aisladas y sin mayores consecuencias. Sin
embargo, en el período 1845 a 1855, una dinámica corriente anexionista,
interna y con ayuda desde el extranjero organizó conspiraciones contra
las autoridades españolas en la isla.
En 1843, Joaquín de Agüero y Agüero, libera a ocho esclavos de su
propiedad, alegando que lo hacía "por cuestión de conciencia y para dar
el ejemplo". En su momento, es un tañido episodio relevante y
patriótico, y que influirá en las ulteriores generaciones de
revolucionarios camagüeyanos. El mejor ejemplo de esta asimilación por
los camagüeyanos se explica en la propuesta que se hace en la "Asamblea
de Guáimaro" en el sentido de se adoptara la "bandera de la estrella
solitaria", que Agüero había enarbolado.
Gaspar Betancourt Cisneros (El Lugareño), Miguel Teurbe Tolón y otros
conspiradores, patrocinan el establecimiento de una Junta Cubana
Anexionista en la ciudad de Nueva Cork. También, se crean sociedades en
La Habana, Trinidad, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Hacia 1848,
Cisneros Betancourt publica el folleto "Ideas sobre la incorporación de
Cuba a los Estados Unidos", que se va a constituir en la fundamental
contribución teórica a la corriente anexionista.
A pesar de estos esfuerzos, las autoridades descubren en 1848, en Las
Villas, la Conspiración de la Mina de la Rosa o de Manicaragua. Su jefe
era el venezolano de nacimiento Narciso López, que tenía estrechos
vínculos con el Club de La Habana, y quien después del fracaso de la
conspiración escapa a territorio estadounidense.
Una nueva expedición se organiza en Nueva Orleáns, por Narciso López,
que la integran, al igual que la anterior, norteamericanos. El 19 de
mayo de 1950, desembarca en la bahía de Cárdenas ―cerca a la actual
costa de Varadero―. Allí iza la bandera diseñada por Teurbe Tolón ―hoy
es la enseña cubana―. Esta expedición fracasa al no tener apoyo de la
población, y después de algunas horas de desembarco se reembarca a la
tripulación y regresan a Norteamérica. La última expedición, también
integrada por norteamericanos asalariados y organizada por López,
desembarca al año siguiente en las costas de Pinar del Río. Las fuerzas
militares españolas capturan a los expedicionarios y 50 resultaran
fusilados. El 1 de septiembre de 1851, Narciso López murió en garrote en
La Habana.
Dos alzamientos armados, se producen ese propio año (1851). Uno
encabezado por Joaquín de Agüero y Agüero, el 4 de julio, próximo a
Puerto Príncipe (hoy Camagüey), y el otro dirigido por Isidoro
Armenteros, el 24 de julio, cerca de la ciudad de Trinidad, en Las
Villas. Las dos conspiraciones anexionistas fracasan y, ejecutados los
dos jefes y cinco de sus colaboradores.
En 1852, ejecutan al tipógrafo Eduardo Faccioso por imprimir en La
Habana el periódico clandestino "La Voz del Pueblo Cubano", de la
llamada Conspiración de Vuelta Abajo, que intentaba un levantamiento en
la zona de Candelaria, Pinar del Río". Participan en este nuevo intento
participan Francisco de Frías (Conde de Pozos Dulces) ―años después
director del periódico reformista "El Siglo"― y el abogado Anacleto
Bermúdez. Éste último falleció durante el proceso y, otros conspiradores
condenados y enviados a prisión o desterrados. La etapa cerró en 1855
con otras dos penas de muerte: el español Ramón Pintó al descubrirse su
conspiración ―contaría con el apoyo de una expedición fletada por un
general norteamericano la cual nunca llegó―, y el matancero Francisco
Estrampes por introducir un alijo de armas en la oriental Baracoa".
En mi opinión, respetuosa, la corriente anexionista juntamente a los
eventos que señalamos no tuvo un carácter fusionado entre las diferentes
capas criollas y sus acciones tuvieron resultados exiguos, aunque si
estimulan múltiples divergencias entre los grupos de poder del Norte y
Sur de los Estados Unidos de América, porque "la Cuba esclavista podría
cambiar la correlación de fuerzas en ese país". Por otro lado, los
presidentes estadounidenses se entretenían políticamente con las
opiniones relacionadas con la anexión, la compra de la isla, o las más
de las veces esperar el momento de la "fruta madura".
Un activo y excelso antagonista de la corriente anexionista fue José
Antonio Saco, reformista que posiblemente es un adelantado en cuanto a
denunciar la amenaza de una anexión porque implicaría la pérdida de la
nacionalidad cubana; entre las muchas argumentaciones en este sentido
señaló: "...los norteamericanos dentro de poco tiempo nos superarían en
número, y la anexión, en último resultado, no sería anexión, sino
absorción de Cuba para los estados Unidos. Verdad es, que la Isla,
geográficamente considerada, no desaparecería del grupo de las Antillas;
pero yo quisiera que, si Cuba se separase, por cualquier evento, del
tronco a que pertenece, siempre quedase para los cubanos y no para una
raza extranjera".
Por todas estas razones, no sería decente ocultar que las ideas
anexionistas, en la gestación de la "Guerra de los Diez Años", en menor
o mayor grado, no incomodan a algunos patriotas. Empero, pronto
comprenden que Estados Unidos no es una garantía honesta para
independizar a Cuba del dominio español, ya que por estas fechas "no
convenían a los intereses de los gobiernos norteamericanos". ¡NAMASTE!
[Continúa en Cuba: Una transición razonable (9)]
©Pablo Felipe Pérez Goyry.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13019
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