SANTIAGO DE CUBA, 1 de octubre, 2007(Pedro Antonio Alonso, PDCR) Como ya
habíamos pronosticado en información anterior, la hambruna en la zona
oriental de Cuba era cuestión de tiempo. Las adversas condiciones
climatológicas y una apatía gubernamental ante la actual situación han
dejado a la población en un estado de hambruna generalizado.
Los mercados agropecuarios estatales están prácticamente vacíos. En los
mercados regidos por la libreta de racionamiento solo se está vendiendo
plátano burro (fongo) por dieta médica.
Sin embargo, aún bajo este estado de desastre la represión contra los
vendedores privados no da tregua, el sábado 27 de octubre se realizó un
operativo gigante a la entrada de la ciudad de Santiago de Cuba contra
los llamados boteros, camiones particulares que han diseñado
compartimiento especiales donde transportan productos agrícolas desde
las zonas rurales, para luego ser a revendidos en la ciudad.
Una red de intermediarios en combinación con estos camioneros compra los
productos a los campesinos y en hora de la madrugada los trasladados
subrepticiamente a las zonas urbanas. En caso de ser sorprendidos son
decomisados los productos y multados todos los involucrados. Así le
ocurrió en este operativo del sábado al campesino Raúl Martínez,
residente en el poblado de Jutinicú, quien fue multado en 1 500 pesos,
moneda nacional por la venta ilegal de productos agrícolas.
El mercado negro, principal proveedor de alimentos provenientes del
agro, se encuentra muy limitado, la fuerte represión de las autoridades,
la falta de productos debido a la gran perdida por las lluvias y la
incomunicación de barias comunidades rurales son las principales causas,
que se reflejan en un desabastecimiento generalizado de la población y
un incremento indiscriminado de los precios.
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