Tuesday, November 27, 2007

Todo bajo control

27 de noviembre de 2007

Todo bajo control

Miguel Iturria Savón


LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Cuando supe que Jean
Ziegler visitaría a Cuba como Relator del Consejo de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas, imaginé los esfuerzos previos de los mandatarios
insulares para convertir la inspección internacional sobre alimentación
en una victoria del régimen, siempre listo para enroques estadísticos y
declaraciones mañosas.
El sociólogo suizo revalidó las expectativas de las autoridades. Sólo
unos días le bastaron para afirmar que "Cuba es un ejemplo para el mundo
en materia alimenticia", lo cual confirmó en sus visitas a dos cárceles
de La Habana, donde debió confundir el menú de los presos con los
manjares degustados en las mansiones de Carlos Lage Dávila, Felipe Pérez
Roque y otros obsequiosos anfitriones.


No podía ser de otra forma. Cuba no debe exponerse a nuevas sanciones
por la habitual violación de los derechos de las personas. Si no
admitimos a Christine Chanet desde 1999 fue por su culpa. La gran dama
no quiso contemporizar con nuestros dioses, quienes carecen de tiempo
para suscribir las convenciones sobre derechos sociales, económicos,
civiles, políticos, culturales y otros inventos de los humanos.


El compañero Jean Ziegler fue un Relator sensible y comprensivo. No tuvo
que visitar a los mendigos que manchan las aceras ni a los ancianos de
los deprimentes comedores populares para decir: "No hemos visto aquí una
sola persona subalimentada".


Tal vez el grosor de sus espejuelos y el giro de sus ojos hacia la
izquierda hicieron innecesaria la revisión de las cartillas de alimentos
racionados. ¿Qué es eso de carne de res, leche, pavo o mantequilla?
¿Acaso no es mejor el picadillo de soja, el cerdo a sobreprecio o la
malanga a tres pesos la libra? ¿Para qué consumir mariscos, jamón,
chorizos y otros productos nocivos a la salud? No es justo confundir la
mesa de hoteles y palacios con la de los hogares de un pueblo
revolucionario.


El camarada Jean Ziegler acaba de marcharse a New York o a otra ciudad
mal alimentada del primer mundo. En una de ellas rendirá su informe
sobre las maravillas nutritivas del Olimpo cubano. Sus elogiosas
declaraciones entre nosotros fueron un bocadillo. Tal vez un buen
ejemplo para futuros relatores del Consejo de Derechos Humanos. Ellos
sabrán qué decir si les abrimos las puertas de nuestras murallas.


Gracias, Jean, por tu relato culinario. Aquí todo sigue bajo control.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/nov07/27a6.htm

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