2007-07-04.
Dr. Darsi Ferrer, dir. Centro de Salud y Derechos Humanos "Juan Bruno Zayas"
La Habana, 30 de Junio de 2007. Los logros del sistema de salud cubano
corresponden a la realidad de los servicios que se brindan en los
centros e instalaciones destinadas a la atención médica de extranjeros y
de los miembros de la cúpula del poder. Contrario a la pésima calidad,
insuficiencias y franco deterioro de los servicios con que cuenta la
población en general.
Aunque no se reconoce oficialmente, el programa del médico y la
enfermera de la familia en la práctica desaparece. Hasta ahora, las
autoridades no implementan ninguna alternativa para compensar la
sustitución de ese plan, otrora piedra angular del sistema de atención
primaria de salud.
En los últimos años, el despojo de médicos al pueblo alcanza una cifra
superior a los veinte mil, con la suma de toneladas de recursos, entre
equipos, medicamentos, insumos y quimicales, desviados para cubrir
misiones de interés político por países de Latinoamérica y África.
En el territorio nacional la mayoría de los consultorios médicos están
cerrados por falta de personal. A los galenos los obligan a trabajar con
3 o 4 poblaciones de más de ciento veinte familias cada una, por un
salario de unos 22 dólares mensuales que no satisface siquiera las
necesidades básicas. Muchas consultas se mantienen abiertas por la labor
que prestan estudiantes de medicina que cursan el tercer año de la
carrera en adelante, carentes de calificación y responsabilidad profesional.
Los hospitales y policlínicas donde se atienden los cubanos de a pie
están en mal estado, con problemas constructivos, faltos de higiene y de
condiciones mínimas para brindar servicios médicos adecuados. Los
pacientes cuando ingresan deben proveerse su alimentación, enseres como
ropas de cama, toallas, piyamas, ventiladores, cubeta, vasos, cubiertos,
bombillas, incluso medicinas, reactivos, entre otras dificultades.
A diferencia de las orientaciones de los organismos multilaterales (OMS,
OPS), el sistema de salud cubano responde a una política de
centralización, todo el funcionamiento se planifica por las altas
instancias del estado y prohíbe la participación independiente de la
sociedad civil en la toma de decisiones y la utilización de los
recursos. Ello provoca un alto nivel de burocratismo, deficiencias,
inoperancia, divorcio de la realidad y corrupción a todos los niveles.
Además, engendra la implementación de la mentira como mecanismo oficial
de cumplir con las metas establecidas desde "arriba".
Aunque el país cuenta con centros de tecnología de avanzada donde se
producen y hasta exportan medicamentos, en las farmacias se carece de
todo tipo de productos, el díficit alcanza medicinas esenciales, entre
ellas, analgésicos, antiácidos, vitaminas, minerales, jeringuillas,
termómetros, etc.
La anciana conocida por Fina ingresa en el Hospital Julio Trigo de la
Capital por sospecha de presentar Cáncer de Pulmón, no fue posible a los
médicos realizarle la broncoscopía para confirmar el diagnóstico por
estar roto el equipo. Casualmente a los días de su admisión en la sala
sufre un infarto cerebral que complicó su situación de salud.
Octavio Armenteros tuvo fiebre elevada varios días que se le asoció
pérdida del apetito, dificultades con la deglución, falta de aire,
síntomas catarrales y pérdida de peso progresiva. Lo ingresaron en el
Hospital 10 de Octubre. Las deplorables condiciones de la instalación lo
llevaron a irse enfermo para su casa. Un padrino de la familia
(dirigente de alto rango) le resolvió ingreso en el Hospital
Almeijeiras, allí le diagnosticaron un enfisema pulmonar, bronquiectasia
y tumor de laringe. Lleva meses en su casa desesperado por no tener
acceso a un simple botellón de oxigeno que le ayude a paliar su
limitación respiratoria. Tampoco consigue seguimiento para el
tratamiento de su tumoración, en lo que se le deteriora el cuadro clínico.
Pasó cerca de un año para que a Lidia le hicieran, al fin, una
gastroscopía, el diagnóstico dio por resultado duodenitis crónica y
ulcera péptica. El especialista le indicó tratamiento y por no haber
médicos en los consultorios de su barriada, hace meses que no encuentra
solución a la necesidad de tener un certificado de los medicamentos para
que se los vendan en la farmacia del área de salud a la que pertenece.
El incremento de las enfermedades transmisibles es motivo de creciente
preocupación. Todo el año azotan epidemias de dengue, hepatitis,
leptospirosis, meningoencefalitis, brotes de enfermedades respiratorias
y diarreicas. La mayoría de la población padece de parasitismo, anemia,
desnutrición. Patologías como la tuberculosis tienen una incidencia y
prevalencia alarmantes.
Hace años se abandonaron programas que lograron algún funcionamiento
dentro del sistema. Las mamografías masivas son cosa del pasado, en lo
que se ha hecho frecuente que el diagnóstico de cáncer de mama, muy
elevado y con tendencia a aumentar, generalmente se haga en estados
tardíos de la enfermedad, cuando son mínimas las posibilidades de
intervenciones quirúrgicas curativas. También en detrimento de la salud
de las mujeres hay grandes dificultades para la realización masiva de
pruebas citoleogicas, lo que incide en el incremento de las muertes por
cáncer cervicouterino.
Como no se realizan pesquisas activas para la detección de casos con
hipertensión arterial y diabetes mellitus, entre otras enfermedades,
muchas veces los pacientes asisten al médico solo cuando aparecen las
complicaciones graves, factor que incide en el aumento de los accidentes
vasculares encefálicos, los trastornos cardiovasculares, la
insuficiencia renal y otros padecimientos crónicos derivados.
Similar comportamiento ocurre con los infectados por el VIH, últimamente
el número de casos diagnosticados en fase de SIDA, o sea, en estadio de
plena enfermedad con presencia de signos y síntomas, demuestra el
subregistro en las estadísticas con un alto porciento de enfermos sin
diagnosticar y el descontrol en el programa nacional que se lleva en el
país.
La taza de mortalidad infantil (muerte de niños menores de un año) es
uno de los pocos programas que mantiene su vigencia, por constituir un
indicador estratégico que reporta beneficios políticos en el plano
internacional, al relacionarse con marcadores de desarrollo humano,
calidad de vida, entre otros aspectos. Claro, no se explica públicamente
que en Cuba esta baja mortalidad se asocia a cifras astronómicas de
interrupción de embarazos. Los médicos tienen la indicación de sugerir
el aborto ante la presencia de embarazos con riesgos y, en determinadas
ocasiones, están obligados a practicar la interrupción aún sin el
consentimiento de las parejas.
Es probable que mientras continúe el apartheid en los servicios médicos
y, por ende, la población tenga negado el acceso a la asistencia médica
en hospitales diferenciados como el Ciro García, CIMEQ, Frank País, La
Pradera, Almeijeiras, Koly y otros, exclusivos para la atención de
personas foráneas e integrantes de la nomenclatura, los cubanos se
resistan todo lo posible a utilizar el sistema de salud, opten por la
santería y la medicina verde para curarse y prevalezca la inconformidad
generalizada por la mala calidad de esos servicios.
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Nota de Misceláneas de Cuba: El artículo anterior ha sido enviado a
nuestra redacción por:
Mayda Cardin
Junta Patriótica Cubana
Comisión de Derechos Humanos.
Ph.: (305) 448-9898
Fax: (305) 567-9548
Email: jpcubana@bellsouth.net
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10692
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