Publicado el 2 de April, 2007 en Internacional
Arq. Salvador E. SubiráLos demócratas cubanos en exilio somos una
obsesión para el régimen comunista cubano. A lo largo de 42 años hemos
sido la diana favorita para sus dardos envenenados. Posiblemente porque
nuestro vacío en la patria restaba mérito a su poder.
La extensa colección de epítetos (gusanos, delincuentes, bandidos,
mercenarios, agentes de la CIA, lacayos del imperialismo yanqui ….) no
se conforma con la riqueza del castellano, y ahora ha tomado prestado de
otros idiomas. El último que repite en estos días es el de "mafia". Pero
lejos de desfallecer por el veneno, el exilio sigue ganando en salud.
La saga del exilio cubano es una historia de dolor, pero sobre todo de
un coraje que lo dignifica. En primer lugar, salir al exilio fue optar
por la libertad, aunque implicara renunciar al resultado de toda una
vida y llegar en estado de indigencia con todas sus incertidumbres.
La Florida es un camino histórico para los cubanos que comenzó en el
siglo XVI. Desde territorio cubano se procedió a la conquista de la
península que entonces recibió su nombre actual en nuestro idioma. En la
organización colonial española la Florida estuvo bajo la autoridad de la
Capitanía General basada en Cuba. El obispo de la isla tambien regía en
la península norteña, y religiosos nacidos en la isla fueron de los
primeros en misionar a los aborígenes en territorio floridano. La toma
de La Habana por los ingleses en el siglo XVIII tuvo como consecuencia
la separación política definitiva de la Florida que fue cedida a cambio
de La Habana.
A territorio floridano fue a parar el primer delegado cubano que se
envió a España cuando una convocatoria a Cortes que más tarde fue
perseguida por la Corona. A la Florida se dirigieron los exilados
cubanos durante todo el siglo XIX en que el activismo político en pro de
la independencia de la isla era reprimido. Ciudades como Tampa y Cayo
Hueso guardan profundas huellas de la influencia cubana. Y tambien desde
la Florida nuestro prócer Jose Martí organizó diversas expediciones
durante la guerra de independencia. No puede extrañar pues que los
cubanos en la crisis política actual tambien emigraran hacia la Florida,
y lo han seguido haciendo por años en frágiles balsas que son toda una
temeridad en la Corriente del Golfo, en busca de tierras de libertad que
demasiadas veces no logran su objetivo y terminan en un cruel misterio.
Los cubanos tenemos que dar gracias a la Unión Americana por haber sido
el único puerto abierto para recibir a nuestros nacionales, aunque eso
les significara sentirse desorientados en medio del "american standard
english". Pudimos sobrevivir gracias a los servicios sociales de este
país y a la ayuda de muchos norteamericanos compasivos.
Los políticos de E.E.U.U. siempre fueron otra historia. Desde John
Quincy Adams que nos veía como una manzana destinada a madurar y caer
por su propio peso en manos de la Unión. La invasión de la isla por los
rough riders de Teddy Roosevelt al final de nuestra guerra de
independencia, y cuando ya era evidente el agotamiento español y la
cercanía de la victoria del ejército mambí, fue de un oportunismo
evidente rematado por el descaro de excluír a los cubanos en la firma
del Tratado de París que puso fin a nuestra guerra de independencia. La
Enmienda Platt fue la siguiente impertinencia. Y ya en el proceso contra
la implantación del comunismo en Cuba fue manifiesta la intención
norteamericana de manipular a los luchadores democráticos con la
intención de convertirlos en instrumentos de "sus" planes para Cuba, sin
tener en cuenta los mejores intereses del pueblo cubano.
Mientras los países socialistas, y especialmente la Unión Soviética,
ayudaban con largueza al régimen comunista cubano para consolidar su
permanencia, el gobierno norteamericano condicionaba su ayuda a los
luchadores democráticos a que obedecieran sus planes. Como el tiempo
obraba en favor del régimen tiránico, los cubanos tuvimos que optar que
combinar las discrepancias (no publicadas nunca) con la mayor ayuda
posible que se pudiera lograr. Girón fue una derrota de la estrategia y
la logística norteamericanas, pero tuvo la virtud de demostrar que su
brigada invasora sólo estuvo compuesta por demócratas cubanos que
buscaban el rescate de su país para la libertad y la democracia. Por ese
camino ineficiente y tortuoso del gobierno estadounidense, Cuba quedó
convertida en una complicada pieza de la Guerra Fría. Para abreviar
añadamos sólo la indiferencia de la administración Clinton ante el
derribo en espacio internacional de dos aviones de Hermanos al Rescate
que realizaban labor humanitaria con los balseros cubanos en el estrecho
de la Florida. Pero entiéndase bien que no le pedimos a nadie que
pusiese los muertos, los pusimos nosotros. Ni le pedimos a nadie que
arriesgara o sufriera la cárcel comunista, la sufrimos nosotros.
En otro orden de cosas, los que durante cuarenta años llegaron pobres,
por su esfuerzo y capacidad fueron progresando día a día, con
dedicación, trabajo honrado y enfrentando la discriminación. Ellos
fueron creando una plaza bilingüe, y ofertando su capacidad, fueron
transformando, sin proponérselo, a una pequeña estación de turismo
invernal en la pujante ciudad que hoy conocemos. Así fueron ganando
terreno y derechos en una sociedad que afortunadamente respeta los
derechos, ascendiendo en sus instituciones que están abiertas a la
participación de todos, y constatando el creciente peso social que iban
representando.
Si algo debe servir de legítimo orgullo a los cubanos, no son los
resultados actuales ni los niveles alcanzados, sino la reciedumbre y el
coraje que los asistió al inicio de todo. Profesionales de todos los
ramos y operarios de todos los oficios no tuvieron a menos trabajar como
ascensoristas, despachando gasolina, como vendedores ambulantes y
camareros de hotel. Desempeñaron trabajo de braceros en las recogidas de
hortalizas en Homestead. Fueron maleteros, jardineros, pintores, y
cuanto oficio improvisado daba una oportunidad honrada para sostener una
familia.
Y llegó tambien el tiempo de querer influír en los asuntos públicos. Con
timidez primero, y luego con seguridad creciente se escaló la política:
Comisionados y Alcaldes de ciudades y condado, representantes y
senadores estatales, representantes y senadores federales, y hasta
miembros del Gabinete. Y últimamente como comunidad, y por los caprichos
de la vida, siendo factor de importancia para la elección del presidente
de E.E.U.U.
La prosperidad material de los cubanos es conocida. Se reconoce que
somos el grupo de inmigrantes con más rápido desarrollo y mayores logros
económicos. Aunque puedo decir en nombre de todos que hubieran preferido
generar esta riqueza en su patria, y que les duele que Cuba se haya
convertido en un mendigo internacional. Los capitales que dejaron en la
isla se malversaron en pólvora, represión y subversión. No obstante
envían ochocientos millones de dólares anuales a sus familiares en la
isla para ayudarlos a sobrevivir, porque el régimen desaparece muchos
artículos de primera necesidad del escaso sistema de racionamiento
nacional que ya dura 45 años, y sólo los ofrece para su adquisición con
dólares en tiendas (shoppings) estatales, increíblemente surtidas de
todo, y que cubren todo el territorio nacional. Lo curioso de este
sistema es que ningún cubano de la isla puede recibir su salario en dólares.
Algunos critican que se esté ayudando al régimen con una inyección de
dólares que en última instancia siempre llegan a manos del gobierno.
Pero más bien creemos que es una demostración de la madurez emocional
del exilio, porque los afectos y la preocupación por los familiares
deben ser de un orden superior a lo político.
La prosperidad del exilio tambien está sirviendo para ayudar en su nueva
vida a nuestros nacionales que han venido y siguen escapando de Cuba a
lo largo de 48 años. Tanto los que lo han hecho en pequeños grupos como
en grandes migraciones. En los años 60 fueron 3000 los que vinieron en
el transcurso de sólo unos días y en más de mil embarcaciones salidas
por la costa de Camarioca en la provincia de Matanzas. Los vuelos de la
Libertad que siguieron a Camarioca, y que duraron hasta 1973, trajeron
260,000 refugiados cubanos. En los años 80 fueron 125,000 los que
salieron por el puerto del Mariel en la provincia de Pinar del Río. En
los años 90 el gobierno norteamericano decidió interceptar una salida
masiva en balsas improvisadas y que fue estimulada por el régimen desde
numerosos lugares en la costa norte de la isla. Los interceptados
llegaron a la cifra de 35,000 que fueron llevados a la base naval de
Guantánamo para desalentar a quienes querían salir de la isla, mas luego
lograron su entrada escalonada en E.E.U.U.
Siendo de la patria de Jose Martí nos formamos en el amor de "nuestra
América" y de nuestros pueblos hermanos. Y esto lo demostramos ayudando
a todos los pueblos latinoamericanos que sufren catástrofes naturales.
Aunque los gobiernos de América Latina evaden el tema de la
democratización de Cuba, los cubanos nos sentimos compelidos a ayudar a
sus nacionales que emigran a E.E.U.U. Representantes federales cubanos
luchan en el Congreso de Washington para legalizar la permanencia de
estos en territorio de la Unión, así como tambien para su reunificación
familiar.
Esto es el exilio cubano de Miami, una comunidad que valora la libertad,
y que en medio de mucha indiferencia, representa mas de 40 años de lucha
continua por la democratización de su país. Un grupo humano que salió de
un país pequeño y ha probado exitosamente sus capacidades en un mundo
que es ancho y ajeno. Un conjunto integrado por individuos con la misma
herencia histórica, pero llegados en tiempos distintos y por oleadas
sucesivas que se originaron en diferentes niveles del trauma comunista
cubano. No es tarea fácil amasar toda esta diversidad. De hecho hay
opiniones distintas y actitudes diferentes como corresponde en una
democracia. Pero cuando se trata de asuntos que atañen a la libertad de
Cuba hay una convergencia multitudinaria que asombra, merece respeto y
es toda una esperanza para el futuro democrático de Cuba.
Quizás valga la pena regresar al tema de los insultos que nos prodiga el
régimen comunista de Cuba y con el que iniciamos este escrito. "Mafia"
es una organización criminal que siempre actúa en la sombra, bajo la
autoridad de un jefe omnipotente que la dirige para su propio beneficio,
y que no vacila ante ningún tipo de atropello o asesinato. Y este tipo
de estructura gangsteril no es identificable con la comunidad cubana de
Miami. Mas sí concuerda con la situación impuesta por Fidel Castro en
toda la isla de Cuba, y que tambien se ha extendido a todos los países
latinoamericanos.
Autor: Arq. Salvador E. Subirá
http://www.lahistoriaparalela.com.ar/2007/04/02/la-verdadera-mafia-cubana/#more-2608
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