2007-04-05.
Eniel Bosch
Miguel Ángel Moratinos, el canciller español acaba de visitar Cuba. A
parte de las correspondientes fotos con el canciller cubano, Perez
Roque, también se lució con un Raúl Castro sonriente vestido de traje de
civil. Buen PR para el general que gobierna Cuba por sucesión de trono.
En notas de prensa se informa sobre la creación de un mecanismo de
diálogo político entre los dos países dentro del cual se podrán discutir
todo tipo de temas sin tabúes. Así es presentado este hecho, a bombo y
platillo, por ambas cancillerías. España quiere demostrarle a la EU que
con Cuba por las "buenas" se puede llegar bien lejos y Cuba quiere
mandarle el mismo mensaje a Europa, pero, también a sus castristas
intransigentes, que una posición guapetona da sus frutos.
Este acuerdo no creo que tenga grandes repercusiones simplemente porque
para los gobernantes cubanos y españoles, los derechos humanos son cosas
muy diferentes. Para España es toda una seria de códigos y reglas que
funcionan y se respetan en una democracia y para los cubanos es un "aquí
hacemos lo que nos venga en ganas con 11 millones de cubanitos y si se
meten con nosotros estos despistados europeos les llamamos racistas y
lamebotas del imperio".
Cabe destacar que el periódico Granma, el papagayo oficial de los Castro
nombra derechos humanos en la nota sobre el acuerdo entre Moratinos y el
canciller de la dictadura, pero, teniendo en cuenta el pobre historial
de respeto a acuerdos y declaraciones internacionales sobre los derechos
humanos que el gobierno cubano ha firmado y no cumplido, este será no
más que eso, otra hoja de papel sin importancia.
Hay otros factores dignos de mencionar que ponen aún más en duda este
mecanismo de diálogo. El acuerdo es bilateral. La Unión Europea (UE) se
queda afuera como si se le pusiera de penitencia por haberse portado mal
con la dictadura. Los gobernantes cubanos, malabaristas en salirse
muchas veces con las suyas, hacen ver que a la UE no se le da entrada en
el juego porque esta le aplicó sanciones a Cuba, olvidando que esto
sucedió precisamente por el encarcelamiento de los 75 demócratas
cubanos, la mayoría de los cuales ya llevan 4 años de encarcelamiento
tras juicios que se pueden denominar farsas. A diferencia de la, por
períodos, complacencia española, en la UE hay otros líderes con dignidad
que sí crítican sin tapujos los atropellos de los derechos humanos en
Cuba, como son los chechos y los suecos últimamente. Con la UE afuera se
pudiera hablar de un strike one para los derechos humanos en Cuba.
Me hubiera gustado ver a representantes de la oposición participando en
este diálogo. Líderes opositores serios con una postura digna para
discutir y dialogar en el tema de los derechos humanos sobran. Un
ejemplo es el mismo Oswaldo Payá que en las propias narices del régimen
recogió más de 10 000 firmas de cubanos que querían un cambio y al cual
la UE le entregó el Premio Sájarov por su lucha a favor de los derechos
humanos. Con la participación opositora si se hubiera podido hablar de
una verdadera disposición por la parte gubernamental de avanzar en el
tema de los derechos humanos. Pero no, uno de los grandes interlocutores
internos se queda fuera. Curva baja hacia el centro, strike two.
El no haberse reunido con la oposición es algo que se puede calificar de
inmoral, pero más que todo cobarde aunque en materia política es un paso
pragmático. Detrás de la política española hay grandes intereses. Un
punto para los españoles es que tienen la decencia de no esconder que
están loquitos de que Fidel Castro les suelte los 1.698 millones de
euros que según la directora general de Relaciones Económicas
Internacionales, María Jesús Figa, el gobierno cubano debe. A pactar con
el diablo.
La crítica de la oposición no se ha hecho esperar y han actuado con
dignidad en un momento que se pide solidaridad internacional frente a un
gobierno déspota y arrogante e ilegítimo como lo es el gobierno cubano.
Según la secretaria de Estado de España para Iberoamérica, Trinidad
Jimenez, no hay un mandato expreso de la UE para que los ministros de
los países miembros se reúnan con disidentes, pero, ¿tenía que pedir
permiso Moratinos para reunirse con los que de verdad sufren día a día
los atropellos de las Brigadas de Respuesta Rapida, la amenaza de
encarcelamientos perpetuos y a las que tienen sus esposos secuestrados
si de verdad estaba interesado en el tema de los derechos humanos? El
canciller no estaba obligado a encontrarse con la oposición, pero,
tampoco atado de pies y manos para no hacerlo. La política es cochina,
suele decir mi madre.
No sabemos a ciencia cierta de que hablaron Moratinos y la cúpula
castrista. Lo que sí parece es que Moratinos no quiso echarle leña al
fuego con una confrontación directa con el gobierno cubano, llamemos un
gesto de mala voluntad y prefirió, en su lugar, darle un buen
espaldarazo a la dictadura.
A corto plazo en Cuba parece que no va a suceder nada nuevo en cuanto a
los derechos humanos. Esto se nota en el lenguaje de los personeros del
régimen. Va y liberan a los presos políticos, pero, aunque es algo
positivo en sí no será del alcance necesario sino se derrumban las
estructuras y la mentalidad arrogante que injustamente les llevó a
prisión y además sino se crean las condiciones también necesarias y
urgentes para que se les den a todos los cubanos participación en la
vida política del país.
Bueno, esperemos con ansiedad la primera reunión del mecanismo de
diálogo entre Cuba y España y veremos si esta visita del canciller
Moratinos valió la pena. Derechos humanos al bate, suelta el pitcher la
pelota... ¿vivir para ver el ponchao?
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