Chávez chaviando en La Habana
José Antonio Fornaris
LA HABANA, Cuba - Febrero (www.cubanet.org) - Cuando el diario El País,
de España, destapó la caja de Pandora con informaciones referentes a la
salud del ex gobernante de Cuba, Fidel Castro, el 16 de enero, aquello,
tal vez porque nunca ha dejado de ser de los de abajo en esta isla, me
pareció absurdo.
A los muertos hay que dejar que los entierren, y si son muertos malos
que los entierren por más de mil años. Ya eso ocurrió en otra época de
la creación. ¿Por qué tiene que ser diferente en estos tiempos?
Ahora el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, vino a La Habana, sacó
nuevamente a su amigo Castro a la luz pública, y dio el parte sobre la
salud del ex gobernante: "Buen humor, buen rostro, buen ánimo, una
claridad -como siempre- en las ideas. Ahí está Fidel de pie, completo, y
pido a Dios que se siga recuperando".
Chávez, en buena medida, rompió el secreto de estado que el gobierno
había declarado en relación con la salud de Castro. Si estas no fueran
cuestiones de la casta gobernante, pudiéramos decir que Chávez se está
inmiscuyendo en los asuntos internos de Cuba.
Aunque eso es mejor verlo dentro del contexto de lo que sabe hacer
Chávez: chaviar. Claro, también puede ser que él se haya creído lo que
dijo no hace tanto uno de los voceros de la casta, Carlos Lage, en
Caracas, quien festinadamente declaró que Chávez también es presidente
de Cuba.
De todas formas, las claverías de Chávez en La Habana no están entre las
cosas que tienen algún matiz de trascendencia en la Isla. Lo más
importante que ha ocurrido a nivel del país en estos días fue la
protesta de un grupo de intelectuales por la aparición en TV de tres
personas que ellos califican como máximos exponentes del "quinquenio
gris" dentro de la cultura, porque aunque no señalaron a los verdaderos
inquisidores, que se decidieran a protestar es algo encomiástico.
Lo otro de interés, esto a nivel de gobierno, es la poca participación
en actividades propias de su cargo que ha tenido Felipe Pérez Roque. No
estuvo en la toma de posesión de los presidentes de Ecuador y Nicaragua,
ni en la reunión del Caribbean Community and Common Market (CARICOM).
Sí estuvo Pérez Roque en el recibimiento a Hugo Chávez, pero en la foto
publicada en el periódico Granma, no aparece. En la que publicó el otro
diario nacional, Juventud Rebelde, el ministro aparece de espalda.
Todo indica que el "mejor intérprete del pensamiento de Fidel Castro" no
está pasando por una etapa de gloria. Creo que ese señor, en su momento,
no tuvo la visión ni siquiera para darse cuenta que el verdadero poder,
después de Castro, lo tenía la vieja guardia. Y no olvidemos que después
del discurso que hizo el ex gobernante en noviembre de 2005 en la
Universidad de La Habana llamando a poner coto a la corrupción, Pérez
Roque también emitió su regaño público.
No es por gusto que Ramiro Valdés haya sido nombrado nuevamente
ministro, y que hiciera un discurso el 30 de noviembre en Santiago de
Cuba, ni que Oscar Fernández Mell saliera en Juventud Rebelde diciendo
que Ché Guevara no había tomado la fortaleza de La Cabaña. Ni fue para
que los intelectuales se supusieran bravos porque Jorge Serguera y Luis
Pavón aparecieran en televisión. Ellos forman parte de la vieja historia
que era nueva en 1959.
Quien parece evidente que no forma parte ya del corto futuro, a pesar de
los buenos deseos de Chávez al respecto, es su amigo Castro. Su tiempo
se agotó. Penosamente siempre habrá que lamentar que destruyó el tiempo
de muchas otras personas, y como bien se sabe, el tiempo de cada cual es
la propia vida.
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