Sociedad
Rambos en Bauta
Comandos policiales 'por cuenta propia' allanan viviendas y decomisan
equipos en busca del 'cable' para ver la televisión de Miami.
José Hugo Fernández, Ciudad de La Habana
jueves 23 de noviembre de 2006 6:00:00
Con mucha mecha pero con tan poca pólvora como de costumbre, la dinastía
totalitaria engrasa sus controles, dice que para eliminar la corrupción
administrativa, la malversación, el robo y el desbarajuste laboral. Pero
entre col y col, no pierde oportunidad de hacerse sentir en lo único que
verdaderamente ha demostrado competencia (como digna heredera del
trono): el empleo de la fuerza bruta, abusadora.
Bauta, un pueblo habanero que también se identifica por su antiguo
nombre, Hoyo Colorado, fue el escenario escogido en esta ocasión, tal
vez por sus características de lugar apartado, al mismo tiempo que
populoso y, sobre todo, poseedor de una ya vieja y reconocida
trayectoria de oposición al régimen.
Después que se suponían eliminados en Cuba (mediante una tremendista
amenaza oficial) los cables de servicio clandestino para ver la
televisión de Miami, los chivatos de este pueblo (que son escasos pero
son) informaron que la gente seguía atentando contra la moral socialista
con acciones tan graves como la de entretenerse mirando Sábado Gigante y
El Show de Cristina.
Tales fueron las circunstancias que provocaron el aterrizaje en Hoyo
Colorado de cierto tipo de comandos policiales que no hemos visto actuar
con frecuencia en la Isla, salvo en casos muy puntuales de represión por
motivos políticos.
Otro misterio mayor
Todos vestidos de civil, aunque muy bien armados, todos jóvenes,
atléticos y adiestrados en el uso de artes marciales, estos Rambos de
nuevo cuño cayeron sobre el pueblo sorpresiva y silenciosamente, sin
que, como suele ocurrir, se hubiese filtrado el más leve anuncio o la
menor señal de alerta previa.
Llegaron, se dirigieron directamente a las viviendas de los presuntos
suministradores del llamado cable, las allanaron (algunas veces lo
hicieron a través de los patios, saltando cercas, trepando techos,
violentando recintos privados, como Pedro por su casa), y una vez
revuelto todo y registrado hasta donde el jején puso el huevo, se
dedicaron a decomisar equipos u otros enseres que, según su particular
consideración, sirvieran como prueba del delito o merecieran ser
expropiados por constituir medios de tenencia ilegal.
A los infractores que sorprendieron con el cable instalado y brindando
servicio, no sólo les incautaron el equipamiento sino muchos otros
objetos que nada tienen que ver con el asunto, y además de imponerles la
astronómica multa de rigor, les dijeron que serían confiscadas (por ley)
sus propias viviendas.
Hay casos en los que no hallaron sino las antenas desactivadas y sin
soportes técnicos para reproducir señales de televisión. Pero al
parecer, los Rambos no necesitaban nada más para castigar al supuesto
transgresor, ya que también decomisaron a manos llenas, y no únicamente
las antenas, sino otras propiedades (computadoras, por ejemplo)
igualmente ajenas a la infracción.
Finalizada la operación comando y desaparecidos los Rambos dentro del
mismo halo de misterio que los trajo, otro misterio, quizás mayor,
esperaba a las víctimas del despojo.
Al ir a la estación de la PNR en Bauta para reclamar formalmente la
devolución de aquellos enseres decomisados que no guardaban ni la más
lejana familiaridad con el cable, los afectados se encontraron con que
la policía del pueblo decía no conocer a los Rambos, no saber quiénes
eran. Les afirmaron, además, que no habían sido notificados sobre la
realización del operativo y que no tenían la más remota idea acerca del
sitio al que habían ido a parar los decomisos.
Tal vez el próximo lugar al que acudan los despojados (el único que les
queda, por lo visto) en busca de noticias sobre el despojo de los
Rambos, sea algún que otro centro espiritual. Y tal vez los caracoles
revelen algo que ya ellos sospechan, o sea, que sus pertenencias
simplemente pasaron a ser botín de guerra.
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/rambos-en-bauta/(gnews)/1164258000
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