Retórica Contradictoria y Desfasada
2006-10-03
Lic. Oscar Espinosa Chepe, Periodista y Economista Independiente
3 de octubre de 2006. La Habana – www.PayoLibre.com – El XIX Congreso de
la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), efectuado a fines de
septiembre, en sus debates representó una muestra de las incoherencias y
contradicciones presentes en la sociedad cubana actual.
En el plano político, pudo apreciarse la repetición de los manidos
argumentos y desfasadas consignas, que en algunos momentos llevaban a
pensar en actividades semejantes realizadas muchos años atrás; tal como
si el tiempo se detuvo y el Muro de Berlín hubiera permanecido incólume.
Sin embargo, en el aspecto económico al lado de viejas concepciones se
apreciaron tímidos atisbos de que en los próximos tiempos, por lo menos
en esta esfera, algo pudiera cambiar.
Según se pronunciaron algunos dirigentes sindicales y partidistas, los
sindicatos deben continuar siendo dóciles instrumentos del
totalitarismo; la conocida correa de transmisión leninista, siempre al
margen de los intereses reales de los trabajadores. Repitieron el
ridículo argumento de que la clase obrera es dueña de los centros de
producción y servicios; algo muy poco serio a estas alturas y que dice
mucho de la pobre opinión que tienen algunos dirigentes sobre la
inteligencia de los trabajadores cubanos y la población en general.
En este congreso se volvió a hacer un llamado a la lucha contra las
indisciplinas, las ilegalidades, el delito y la corrupción, sin analizar
las raíces promotoras de estos problemas, que cada día enferman más la
sociedad cubana. En ningún momento se habló de que el salario promedio
mensual asciende a un equivalente de 16.45 US dólares, cuando un litro
de aceite comestible es vendido por el estado a 2.69 US dólares o un
kilogramo de leche en polvo a 6.56.
Resulta contradictorio que se hable de indisciplina cuando en el mismo
congreso, algunos delegados plantearon que sus salarios demoran hasta
semanas en abonarse. Esto se reproduce en otros centros de trabajo y en
el pago a los pensionados.
Es lamentable que se hable de ilegalidades, cuando se sabe que en
ocasiones falta la ropa y el calzado para los trabajadores y que, en
muchos lugares, instrumentos elementales como machetes y limas para las
labores agrícolas.
Se llama a los trabajadores a rendir más en sus trabajos, pero no se le
brindan las condiciones mínimas para desarrollar sus actividades. Es una
odisea para muchos la mera llegada a sus puestos de labor debido a la
ausencia de transporte. A todo eso se agrega, en los últimos tiempos,
una continuada erosión del salario por la elevación de los precios en
productos y servicios básicos. Así, en enero, las tarifas eléctricas
fueron elevadas en una magnitud que para una familia que consuma 360
Kilowatts representa un incremento del 186% sobre lo pagado anteriormente.
En el transporte interprovincial, el costo de las tarifas se multiplicó
por 3.3 veces. Un viaje de La Habana a Santiago de Cuba hoy tiene un
valor de 169 pesos, frente a 51 hasta el 14 de agosto. De esta subida de
precios no han escapado algunos productos vendidos por el racionamiento,
como una parte del arroz que hay que pagar ahora a 90 centavos la libra,
4.5 veces más caro. Además, en el mercado libre los precios se han
disparado a niveles estratosféricos. De la pérdida de valor real del
salario y las miserables pensiones no se habló en el Congreso. Tampoco
de la erosión constante de los ahorros de los trabajadores, debido a que
los intereses devengados por el dinero depositado en los bancos son
inferiores a la tasa de inflación existente.
Debe reconocerse que en las exposiciones de algunos ministros y altos
funcionarios del gobierno hubo informaciones realistas. Es el caso de el
Sr. Alfredo Morales Cartaya, ministro del Trabajo y Seguridad Social,
quien señaló que "…terminado el semestre, en el sistema empresarial la
productividad del trabajo se incrementó en un 7,5% y el salario medio
creció en un 27,9%...Hay una verdad: lo que le estamos entregando a la
sociedad como resultado de nuestro trabajo está por debajo de lo que
ella entrega..."
De estas palabras puede deducirse que el salario medio creció 3,7 veces
más que la productividad, lo cual por supuesto debió afectar
negativamente los costos de producción. Por ello, no sorprende que la
Sra. Lina Pedraza, miembro del Secretariado del Comité Central del
Partido, reconociera que de las 3 039 empresas con que cuenta el país,
1002, o sea el 33%, reportaran pérdidas en el primer semestre. Esto es
algo impactante, cuando debería existir una mejoría en el aseguramiento
de los insumos y otros recursos debido a las enormes subvenciones que
actualmente provienen de Venezuela, lo cual indica a las claras el nivel
de desorganización y descontrol existente en la economía cubana.
En el Congreso fue informado que de las 3 039 empresas sólo 744, o sea
el 24,5% están incluidas en el Sistema de Perfeccionamiento Empresarial
en proceso de implantación desde hace más de 8 años. Esto hace pensar
que a este paso en el 2030 podrán estar todas las empresas bajo ese
sistema. El Secretario Ejecutivo del Grupo Gubernamental para esta
tarea, Armando Pérez Betancourt, en conversación con el diario
Trabajadores señaló que "…algo menos de la mitad de las empresas
existentes (1244) poseen el aval de tener una contabilidad confiable…",
lo cual también brinda una idea de la situación de descontrol
prevaleciente; un verdadero paraíso para el delito y la corrupción en un
ambiente donde el salario no alcanza para vivir.
Como noticia positiva podría mencionarse el señalamiento del Sr. Pérez
Betancourt sobre la nueva tendencia a acelerar el Perfeccionamiento
Empresarial, con el incremento del número de empresas. Como se conoce,
en los últimos tiempos ha estado vigente la recentralización en la
economía cubana y la remonopolización del comercio exterior, con medidas
que van desde despojar a las empresas de los recursos financieros en
divisas, que deben entregar a una caja central, hasta la obligación de
los dirigentes a pedir permiso a niveles superiores para firmar contratos.
Habrá que ver en el futuro que hay de realidad en las palabras
optimistas del Sr. Pérez Betancourt; aunque es cierto que desde hacía
años no se hablaba tanto del programa de Perfeccionamiento Empresarial
como en este Congreso. Este Sistema tuvo su génesis en las Fuerzas
Armadas con resultados positivos, según se ha dicho.
Adicionalmente a estos temas, se hicieron críticas al funcionamiento de
los Sindicatos en el discurso final pronunciado por el General Raúl
Castro, así como referencias a priorizar "las tareas centrales" y la
necesidad de una comunicación estrecha con las bases en los centros de
trabajo.
La dirección de la CTC fue removida radicalmente, lo que indica la
posibilidad de cambios en el estilo de trabajo de esa organización. Por
desgracia, en la Declaración Final del Congreso se vuelve a las andadas
con llamamientos divisionistas y al odio en la sociedad cubana, cuando
se requiere la unidad de todos los cubanos por encima de ideologías
frente a una crisis que amenaza hasta los propios cimientos de la nación.
El planteamiento de que "…las calles y los centros de trabajo de Cuba
son y serán de los revolucionarios…"; es una pretensión que olvida que
Cuba es de todos los cubanos y no de una parte de ellos; una pretensión
que también trata de hacer exclusivo el concepto de revolucionario para
quienes en definitiva han provocado una involución de la sociedad y
convertido la histórica CTC y los sindicatos en algo muy alejado de lo
que deberían ser: defensores intransigentes de los derechos y los
intereses de los trabajadores cubanos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=7155
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