Política
¿Quién gobierna en Cuba?
Raúl Castro tiene por primera vez las manos sueltas, pero enfrenta la
ausencia-presencia del Comandante.
Miriam Leiva, Ciudad de La Habana
jueves 5 de octubre de 2006 6:00:00
Mucho se especula sobre el verdadero poder de Raúl Castro y hasta dónde
determinan las supuestas llamadas telefónicas de Fidel Castro.
Cada día está más claro que la Proclama del pasado 31 de julio fue una
farsa. La secreta especulación sobre la operación el día 27 de julio y
no el 31, como se sugirió, fue develada final y vergonzosamente no por
un cubano, sino por otro de los "grandes amigos extranjeros", el
diputado argentino Miguel Bonasso. Evidentemente, la sucesión se estaba
preparando desde hacía tiempo. Quizás se precipitó un poco, pero fue un
aterrizaje suave y con extraordinario control de las circunstancias.
Desde el exterior se ha mirado, con bastante menosprecio, a la
disidencia y la población cubana en general, porque no tuvieron el valor
de alzarse para impedir la dinastía. Pero quien vivió esos días en el
archipiélago sabe que "todo estaba atado y muy bien atado". No por gusto
llevan 47 años ensayando cómo utilizar las tropas antimotines y
especiales, así como enfrentar una invasión de un enemigo tan poderoso
como Estados Unidos.
La represión ha sido y es personalizada. Aquí, hasta quienes están en el
poder, tienen miedo. No olvidan las grabaciones realizadas al general
Arnaldo Ochoa, Diocles Torralba y otros; los fusilamientos y las
defenestraciones. La suspicacia con el agente de la Seguridad del Estado
o el informante que tenemos al lado y no lo sabemos, lleva a la
parálisis hasta de esos mismos oficiales, que saben que la Inteligencia
Militar o la Contrainteligencia del MININT los supervisa permanentemente.
También es cierto que más del 70% de la población cubana nació después
de 1959, por lo que no conoce los debates políticos ni las luchas
obreras. Sólo le ha llegado la propaganda de que vivíamos en una
"seudorrepública", bajo el intervencionismo yanqui, con todos los
políticos corruptos. No saben cómo se eliminó la Enmienda Platt, se
recuperó Isla de Pinos y se alcanzó la Constitución de 1940.
Indudablemente, había problemas sociales y el golpe de Estado de
Fulgencio Batista con su dictadura propició que llegáramos hasta la
destrucción política, económica y social actual. Las neuronas de los
cubanos están adormecidas. Aquí hay que esperar y si no te gusta, te
vas, te suicidas o llegas a la cárcel.
El porvenir del pueblo cubano
Los dos meses transcurridos desde el traspaso "provisional" del poder a
Raúl Castro hasta después de la XIV Cumbre del NOAL podrían definirse
como etapa de acondicionamiento mental de la población y preparación
para los cambios de estilo de trabajo, personas y, quizás, de métodos de
conducción de la economía.
Fidel Castro, sin duda, es irrepetible; incluso, si fuera clonado, nadie
podría garantizar que saliera psíquicamente igual. Su sagacidad política
y el manejo de multitudes posiblemente serán objeto de estudio aun mucho
después de su desaparición física. Esas características y la apertura de
tantos secretos en el manejo de la trama nacional y los hilos
internacionales, ocuparán años para poder escribir la verdadera historia
de esta larga etapa.
Se habla de que Raúl Castro no posee su carisma, que es pragmático y
buen organizador. No pueden compararse por el mero hecho de ser
hermanos, y mucho menos porque uno es heredero de la gran finca del
otro. Este Castro sencillamente es él, y tiene en sus manos el porvenir
del pueblo cubano. Está rodeado de militares muy leales que han forjado
durante estos 47 años, casi 48, el verdadero sustento del poder que no
han podido ejercer, pero se han preparado en las esferas política,
económica y social cual maestros orfebres.
También Raúl Castro ha demostrado gran paciencia. En otros momentos de
crisis ha salvado al régimen. Pero una vez que se logró salir del
atolladero, sus medidas fueron echadas atrás por el Líder Máximo. Eso ha
estado pasando en los últimos dos años —recentralización de la economía,
entre otros pasos—. Ahora, por primera vez, tiene las manos más sueltas,
pero aún enfrenta la presencia-ausencia del Comandante y, sobre todo, su
séquito de cavernícolas, que muestran a menudo los mensajes para poder
preservarse en la élite de poder.
La impronta de Raúl Castro
No obstante, ya no se puede dudar de la impronta de Raúl Castro. Envió a
Esteban Lazo al frente de la delegación cubana que participó en el
Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, donde un negro,
bien negro, debía ser la imagen del Movimiento de Países No Alineados,
al tiempo que trató de evidenciar el papel de los negros en la sociedad
cubana. En eso el Segundo Secretario siempre ha insistido, o sea, negros
y mujeres. Sólo que no se pueden imponer, porque los negros en Cuba
siguen siendo los más pobres, los menos cultos, los más necesitados, los
más perseguidos y los más prisioneros. Ellos son exponentes sufridos de
la catástrofe social imperante.
Otra señal inobjetable de quién está al mando fue el Congreso de la
Central de Trabajadores de Cuba (CTC), donde se habló de deficiencias y
problemas, pero, sobre todo, se sustituyó a Pedro Ross, "representante"
de los trabajadores durante 17 años y miembro del Buró Político del
Partido Comunista de Cuba, y a casi todo el secretariado, en el que
ahora más de la mitad tiene tintes negros de distintos tonos. No
obstante, parece que serán más antitrabajadores —que ya antes lo era—,
porque están llamados a corregir los problemas existentes, entre ellos
la corrupción.
No representarán los intereses de sus afiliados, los reprimirán,
posiblemente sin brindar opciones para una solución real. En Cuba, los
valores morales se han perdido y el concepto de "robo" no existe, porque
los salarios son muy bajos, no hay opciones para ganarse la vida
decentemente fuera del empleo estatal y las personas han crecido
"luchando" para "sobrevivir". El pueblo va a la cárcel, pero aquellos
que originan los males sólo son removidos, en el mejor de los casos.
Parece que al de la CTC seguirá el Congreso de los Pioneros y así se
supone que llegará hasta el del Partido. Evidentemente, se desbroza el
camino. Los movimientos en el gobierno y la administración pública en
general deberán seguirlos.
Se necesita con urgencia un cambio real en el sistema. Los dirigentes
políticos saben que este pueblo no puede sufrir más por mucho tiempo.
Hasta las mansas ovejas se cansan. Tienen que posibilitar la libre
iniciativa, la creatividad y la prosperidad económica. El pueblo no
merece tanta miseria y represión. Es tiempo de salir del Medioevo y
alcanzar el Renacimiento.
URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/quien-gobierna-en-cuba/(gnews)/1160020800
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