POLITICA
La trinidad diabólica: a trote de corcel
Odelin Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) - Son tres los caballeros de
la triste y antidemocrática figura. Pretenciosos y medio alocados
intentan surcar el continente con apresurados programas de integración.
Programas auténticos de una revolución en declive, la Revolución Cubana,
tutora de militantes y espías a sueldo bajo el patronato de Fidel castro.
"De las miserias suele ser alivio una compañía", frase quijotesca de
Miguel de Cervantes Saavedra. Yo diría que en lugar de una, dos o más
compañías nos hundirían más en la miseria.
El binomio Hugo Chávez y Evo Morales, se autotitulan petroleros de
última hora, acreedores de la nacionalización. A trote de corcel
confunden los senderos de Venezuela y Bolivia a costa de la simpatía
popular. Ahora Chávez para satisfacer su ego lo acompaña con un nuevo
proyecto socialista, de partido único, inaceptado por los sectores
oligárquicos y de clase media en tierra bolivariana.
Morales y su MAS, más que nada ansioso por nacionalizar el petróleo que
explota Brasil y Argentina para seguir la rima acentuada de las
intervenciones bolivarianas. Podrá repetirse la historia de un
secuestro. Esta vez con Evo y orquestada por el cartel petrolero.
El diablo no es como lo pintan ni siempre huele a azufre. Suele aparecer
de diferentes formas. Aferrado al tridente o blandiendo un voluminoso
libro de Noam Chomsky. Desde el podio, pronunciando un conmovedor
discurso para desvirtuar y atribuir su titulo a otros. Como lo hizo Hugo
Chávez el pasado 20 de septiembre en Naciones Unidas, al descargar su
soberbia sobre el mandatario de la Casa Blanca.
Vociferando una y otra vez, el nuevo show man de los pueblos escala al
poder con aires unipartidistas. Ahora el presidente Hugo ordeña los
pozos de petróleo a conveniencia, bajo la delirante opción de que un
mundo mejor es posible.
Al otro caballero, Evo Morales, de procedencia indígena, se le prohíbe
el tridente como atuendo de sus discursos. En su lugar, la hoja de coca
simboliza el fin del hambre y la miseria. Por acá, en el verde caimán
quisiéramos probar el pastel de coca, debe de ser apetitoso el
estupefaciente merengue. Probablemente hasta el hambre se olvide. Falta
que nos haría a los cubanos.
Vaya diabluras la de ambos mandatarios bajo la manta protectora del
omnipotente que otorga el petróleo de su patria a otros. Al menos es lo
que vemos. Sólo nos concierne un intercambio desigual del cual se
consigue petróleo y más petróleo.
Caballeros enfrascados en un ALBA que no despierta. Nos quedamos
drogados de promesas ante la suculenta lista de productos venezolanos.
No es de extrañar que al primer cabezazo, despertemos soñolientos en
medio del atún o del jurel enlatado con rebanadas de coca. Pero todo
llega, no hay que apresurarse, concentrémonos en el bostezo.
A trote de corcel se destruirán los senderos y los programas agrarios.
Conocemos la historia de cerca, sólo es cuestión de tiempo. Aún así, los
jinetes mantendrán su ímpetu en espera del caballo de batalla. En este o
en el otro mundo, la trinidad, disfrazada de integración, pinta a diabólica.
odelinalfonso@yahoo.com
http://www.cubanet.org/CNews/y06/oct06/05a6.htm
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