Thursday, October 05, 2006

Basura en el Zocalo

Basura en el Zócalo
2006-10-04
José Prats Sariol*

LiberPress- 03-10-06- La Feria del Libro de la Ciudad de México —cuya
alcaldía ejerce el PRD— este año invita a La Habana y Los Ángeles. Del
viernes 6 al domingo 15 de octubre, la vasta explanada se llenará de
conferencias y presentaciones de novedades editoriales, de coloquios y
recitales, de quioscos y anaqueles. Al lector mexicano se le ofrece un
acontecimiento que si bien no alcanza a la Feria de Guadalajara o a la
del Palacio de Minería, no deja de ser una oportunidad, un pre-texto.

Una nutrida delegación oficial envía el gobierno cubano, entre
escritores, historiadores, profesores y editores; aunque algunos hayan
demostrado con persuasión elocuente ser más burócratas y delatores que
aficionados a la literatura; aunque casi todos desgranen la vergonzosa
complicidad del silencio.

La irrepresentativa representación suscitará, desde luego, enconadas
reacciones entre muchos compatriotas del exilio y la amplia mayoría de
mexicanos conocedores de la pesadilla represiva que vive el archipiélago
cubano... No es mi caso. Nunca me tomaré la Coca-Cola del olvido...

Aunque nunca realicé viaje alguno como miembro de una delegación
oficial, aunque no le debo a la UNEAC o al Ministerio de Cultura ni uno
solo de los viajes que hice, recuerdo muy bien cada vez que me llegaba
una invitación y empezaba el martirio. Las gestiones para que me
tramitaran, pasadas como la de todos por la Seguridad del Estado, aún
están en mis pesadillas sudorosas. A veces he pensado —y la idea es más
astuta que la cárcel— que me daban el permiso para que me acabara de ir.

No olvido. ¿Cómo repudiar entonces a los escritores que llegan, víctimas
también —aunque unos cuantos quizás merezcan una grata estancia en el
Noveno Círculo— de un sistema viciado de raíz, que fomenta lo peor del
ser humano, que favorece la hipocresía, que necesita del miedo y la
mentira? ¿Cómo no ser cristiano, es decir, comprensivo hasta de los que
sé cuán mal han hablado de mí, tras el precipitado exilio a que me
obligó la sádica, siniestra represión desatada a partir de abril del 2003?

Precisamente un año antes, en el 2002, la Feria de Guadalajara estuvo
dedicada a Cuba. La porquerías que entonces cometió el régimen
castro-caudillista —que desde La Habana denuncié en el artículo "Basura
en Guadalajara"— lejos de atenuarse han crecido. Lo lúgubre es observar
ahora que nuevas basuras han caído en el estercolero, tal vez las
últimas antes de que se limpie la casa.

Pero no olvido. Tampoco las caras, obras y acciones de los que vienen a
zambullirse en un poco de libertades y accesos independientes, de
invitaciones a comer y regalos, de olvidarse de hablar bajito y de
aplaudir en las asambleas., de tratar de ahorrar o arañar unos pesos
mexicanos para cuando regresen al horno de los chavitos... Tampoco el
cinismo y el choteo, mugrientas máscaras con las que muchos de ellos
apenas logran sobrevivir. Tampoco nada, la nada que allá dentro —como
dijera Heberto Padilla— nos volvía cómplices involuntarios del despiece
de la utopía.

Recuerdo que a algunos escritores de la delegación les presté El hombre
desplazado del búlgaro-francés Tzvetan Todorov. Allí en la Feria quizás
alguien —tal vez yo mismo— les regale un ejemplar, en conmemoración de
los 10 años de la primera edición. Allí el lúcido ensayista afirma: "La
pasión por la verdad no figura entre los desencadenantes principales de
la conducta humana; incluso los científicos, que la instituyen en regla
de oro de su vida profesional, no siempre piensan en observarla por lo
que al resto de su existencia se refiere".

¿La verdad? La cita se las regalo, desde ella pueden relativizar lo que
vienen a hacer en la Feria —no de los milagros— del Libro...
Lamentablemente ni así podrán ocultar lo obvio que se repite como en
Guadalajara, lo que entonces hasta el Ministro de Cultura — marrullero
avezado— tuvo que aceptar bajo el lugar común de "país sitiado", el más
generoso donativo otorgado a Castro, dispensado por las sucesivas
administraciones estadounidenses.

La basura que se reitera está en no haber invitado a los escritores
disidentes o autónomos, cuya obra artística les concede absoluto derecho
a representar las letras cubanas. Se halla en no haber incluido a
autores del insilio editados —o distribuidos— en México durante los
últimos años, aquí admirados y reconocidos en los más rigurosos círculos
de lectores. Vuelve a estar en un sectarismo totalitarista que teme
—quizás con razón— cualquier disonancia que haga estallar el tanque.

Y por supuesto que ni media palabra de los relevantes autores que han
muerto en el exilio, de Reinaldo Arenas o de Severo Sarduy, de Guillermo
Cabrera Infante o de Antonio Benítez Rojo, de Jesús Díaz o de tantos
otros narradores, para sólo referirme a un género. Ni un octavo de gesto
laudatorio sobre la fuerte comunidad de escritores transterrados que
ahora no podemos regresar, que allá no nos publican, que allá no
existimos ni en las bibliotecas.

Ningún paralelo que comprometa, que recuerde la cárcel donde Raúl Rivero
se pudría mientras ellos miraban las nubes, donde hoy pasan de
trescientos los presos de conciencia, cifra que incluye a más de una
decena de escritores y periodistas. Ningún paralelo que pueda demostrar
que entre exiliados, disidentes, autónomos y presos, formamos una
sustancia cubana más significativa —estéticamente hablando— que la
oficialista.

Y por supuesto que en la mesa redonda programada por el 40 aniversario
de Paradiso, ninguno se atreverá a referirse al ostracismo que Lezama
sufriera durante los últimos cinco años de su existencia, a la
argumentada evidencia de que había dejado de creer en la
revolución-esperanza del 59. Hasta alguno se dará el lustre de una
anécdota, temiendo a la vez que alguien del público le pregunte por qué
dejó de ir a Trocadero 162 durante ese quinquenio.

La basura ha crecido: ¿Por qué no viene ningún joven menor de 30 años?
¿Acaso temen que siga los pasos de Pablo de Cuba Soria o de Duanel Díaz?
¿Por qué no programaron un coloquio sobre libertad de opinión? ¿Dónde
aparecen las revistas cubanas que se editan fuera de la "china olla
celestial" ? ¿Por qué el por ciento de negros y mujeres sigue siendo
ridículo? ¿Hablará Retamar en su video-conferencia sobre las penas de
muerte que firma como miembro del Consejo de Estado? ¿Se referirán a la
enfermedad y ancianidad de Yo el Supremo como un seductor leiv-motiv
literario?

El domingo 15, tras la clausura de la Feria, cuando preparen las
maletas, tal vez varios de ellos metan debajo de la ropa su ejemplar de
El hombre desplazado, como hice yo hace años ante el temor de que me lo
decomisaran en el Aeropuerto José Martí.

Una reflexión de Todorov, sin embargo, quedará sobre El Zócalo el lunes
16, cuando empiecen a desmontar la Feria: "Tal elección no es inocente".
O quizás esta: "Muchos otros han decidido olvidarlo todo, pretendiendo
incluso no haberse enterado de nada, con vistas a poder continuar
viviendo sin torturarse inútilmente". Pero cada uno de ellos —a fin de
cuentas víctimas — podrá repetir un viejo chiste que Todorov inserta:
"El comunismo es una vía tortuosa conducente del capitalismo al
capitalismo".

A mí no me gusta la Coca-Cola, mucho menos la del olvido. Quizás me tome
un Cuba Libre... ¿Y por qué no con algunos de los que vienen, de los que
también piensan en una Cuba libre y aquí se pueden conceder el gusto de
soñarla, beberla sin miedo?

*N de la R: José Prats Sariol es uno de los más importantes críticos
literarios cubanos. Ensayista, novelista y poeta, ha publicado una
extensa obra entre la que se cuentan las novelas Mariel (1997, 1999),
Guanago Gay (2001) y los Estudios sobre poesía cubana (1988) y Criticar
al crítico (1983). Actualmente reside según sus propias palabras
"trasnsterrado", en México.

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Nota de Misceláneas de Cuba: El artículo anterior ha sido distribuido
por LiberPress - Contenidos & Noticias, liberpress@gmail.com.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=7174

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