Wednesday, July 12, 2006

Los soplones que molestan

REPRESION
Los soplones que molestan

Luis Cino

LA HABANA, Cuba - Julio (www.cubanet.org) - Ya lo he escuchado varias
veces. Soplones del imperialismo. Es el nuevo epíteto que la dictadura
endilga a los periodistas independientes, amén de atribuirnos la
metamorfosis milagrosa de boniatos en periodistas.

Les duelen nuestras denuncias. Los mandamases pretenden actuar a su
antojo. Con total impunidad. Sin pagar los costos políticos de sus
acciones represivas. Sin que nadie perturbe su orgía de odio.

Que ningún aguafiestas desluzca la fachada de su paraíso virtual. Que
Felipe Pérez Roque pueda seguir pontificando sobre derechos humanos
donde y cuando se le antoje.

Durante otro medio siglo más o por toda la eternidad, los cubanos
debemos seguir, callados y obedientes, ejercitando nuestra vocación por
el martirologio. Sin chistar y siempre aplaudiendo. La causa del
Comandante bien vale la pena.

El mundo debe ignorar, por ejemplo, que ahora mismo los coreógrafos de
la Seguridad del Estado organizan otro mitin de repudio.

Jamás debe conocer los testimonios sobre las palizas en las cárceles
cubanas. Que los presos políticos Arturo Magín Colomar Puig y Leoncio
Rodríguez Ponce fueron apaleados en Canaleta y Kilo 8.

Sería de mal gusto que supieran que Juan Carlos Herrera, durante una
huelga de hambre en reclamo de sus derechos, se cosió los labios en su
celda de castigo.

Qué ganan con saber que las autoridades carcelarias le impiden pasar a
Yaray Reyes los medicamentos para su esposo enfermo, el periodista
Normando Hernández.

¿Acaso creerán que el condenado a cadena perpetua Manuel Antonio Ulloa,
como no tiene manos, para comer tiene que tenderse en el piso de su
celda en Kilo 8 para lamer la bandeja, como un perro?

Frente a tanto horror, los acosos y abusos cotidianos ya no son noticia.
Parece que el gobierno cubano lo contempla así. Las denuncias de las
violaciones de derechos humanos "menores", constantes y sistemáticas,
son cosas de soplones. Bastante de ellos hay en Cuba. Los que sirven al
régimen y los que lo molestan. Los que desnudan al mundo la verdad.

Una vez más, voy a hacer uso de mi derecho como periodista a ejercer
como soplón. Es decir, a denunciar otro de los atropellos de la dictadura.

A Yugalis Rodríguez Delgado, de 34 años de edad, residente en el
municipio capitalino de Arroyo Naranjo, la expulsaron el 5 de julio de
su centro laboral, la EPMC (Empresa de Producciones Metal Mecánicas),
una empresa civil de las FAR.

La declararon "políticamente no confiable por ser la esposa del
periodista independiente Luis Cino". La dirección del centro y el
partido fueron advertidos por la contra inteligencia militar.
Argumentaron la existencia de no sé qué resolución del ministro de las
FAR, el Hermano en Jefe, que lo dictamina así.

A Yugalis la castigaron por no escoger adecuadamente, según los
criterios del régimen, el hombre con quien compartir la cama y la vida.
Ella pensaba que él era él, que no tenía nada que ver con sus
actividades. Que bastaba el respeto de sus individualidades. Pensaba que
yo exageraba. Que esas cosas no podían pasar en su país. Ahora sabe que
pasan, ésas y más.

Está deprimida e indignada. Confía en que cuando halle otro centro que
no sea militar, le permitan trabajar sin que haya represalias a causa de
su marido.

Ella no andaba con armamentos ni tenía acceso a secretos estratégicos.
Como responsable de almacén, sólo manejaba herramientas y números de
inventarios. Muchos de sus compañeros de trabajo la apreciaban. Algunos
de ellos, a hurtadillas y mirando a todos lados, le susurraron su
solidaridad con lo que le habían hecho. Sólo que no se atreven a visitar
su casa.

Temen que haya micrófonos instalados y cámaras ocultas espiando quién
entra. Los soplones les inspiran pánico. No los del imperialismo, sino
los de los CDR y las Brigadas de Respuesta Rápida.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jul06/12a5.htm

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