POLITICA
Revolución Inc.
Juan González Febles
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Más que una idea o una
entelequia, la Revolución a nivel global es otra transnacional. Como
todas las de su tipo, sostiene intereses creados y tiene sus ejecutivos.
Los ejecutivos de la empresa funcionan como lo hacen todos los
ejecutivos de este mundo. Al igual que sus homólogos mueven recursos y
apuestan: ganan o pierden.
La Revolución es la hija bastarda de las injusticias y las
desigualdades. No puede prosperar sin ellas y nunca logra divorciarse
definitivamente de sus orígenes. Sólo cambia el sentido y dirección de
las injusticias.
Con el tiempo y en el poder, impondrán una versión más "adecuada" de las
viejas injusticias y desigualdades: la suya.
Al igual que sus homólogos del mundo empresarial, los ejecutivos de la
empresa suelen colocarse a buen recaudo. Se pierden soldados, gente de
fila y se aceptan hasta pérdidas colaterales. ¿Hace falta algo más?
Como todo negocio que se respeta, la Revolución tiene sus profesionales
a tiempo completo. Vamos a referirnos a ellos: los llamados
revolucionarios profesionales. Resulta extremadamente difícil encontrar
un revolucionario profesional que haya trabajado en algún momento de su
vida.
Son, en líneas generales, individuos que nunca intentaron encauzar una
familia. Tipos trashumantes, de conductas sociopáticas y con cierta
tendencia a la violencia. En relación al último punto, en la mayoría de
los casos la alientan. La participación directa está siempre
condicionada a la protección priorizada de sus valiosas personas.
Los revolucionarios profesionales tienen la mirada perdida en el
horizonte. Allí donde nadie puede verlo, está todo. Esta singular visión
aporta múltiples ventajas.
Se requiere un avance permanente hacia el horizonte. No se puede perder
tiempo en tonterías. La Revolución se parece, en su definición, a la
Felicidad: No es un fin, es un camino.
La revolución y la izquierda se mueven en espacios paralelos. Todos los
izquierdistas apoyan a alguna revolución en mayor o menor medida. Este
apoyo es directamente proporcional a la distancia a que el izquierdista
esté de la revolución de que se trate.
Para un izquierdista europeo es de muy buen gusto apoyar a cualquier
revolución que se desarrolle fuera del viejo mundo. Mientras más lejos,
mejor.
El negocio revolucionario está en alza en América Latina. Como siempre,
al frente de la empresa, los revolucionarios profesionales. Flexibles
-todo en función de la supervivencia- han dejado de lado a Lenin y al
inconveniente Stalin.
Nace Dietrich y resucitan a toda velocidad Gramsci, Trostky y si fuera
necesario el indio Hatuey y Tupac Amaru. Desde beatos marciales como
Cintio Vitier hasta muchachos con modales como Miguel Barnet. Revolución
Inc. se renueva. ¡Renovarse es vivir!
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/22a10.htm
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