Posted on Thu, Jun. 15, 2006
El país de los suicidios
Muy interesante el artículo de Wilfredo Cancio Isla Cuba, una isla de
suicidas, publicado el domingo 11 de junio en la sección Séptimo Día.
Cubre un importante y macabro tema al que sólo en los últimos años se le
ha prestado alguna atención, pero que ha estado presente en el acontecer
cubano, como describe el autor, a lo largo de toda la historia, desde
los inicios de la época colonial.
En nuestra historia reciente ha habido casos célebres de suicidio: en el
exilio, los del ex presidente Carlos Prío Socarrás, en Miami; del
escritor Reinaldo Arenas, enfermo de sida y marginado por la élite
literaria de Nueva York; y del veterano periodista y ex director de
Bohemia Miguel Angel Quevedo, que antes de suicidarse en su exilio
venezolano dejó una memorable y durísima carta, cargada de reproches, un
mea culpa lleno de recriminaciones hacia sí mismo y hacia los cubanos en
general, a los que hacía a todos responsables de la entrega de la nación
a las huestes de Castro.
En Cuba, fueron muy comentados los suicidios del ex presidente nombrado
por Castro, Osvaldo Dorticós Torrado; la ex combatiente del Moncada y de
la Sierra Maestra, Haydeé Santamaría, que se disparó un tiro en su
despacho de la Casa de las Américas en La Habana durante el éxodo del
Mariel; y el de la hermana de Vilma Espín, Nilsa Espín, bajo
circunstancias no aclaradas.
Quizás el suicidio que más impactó la psiquis de los cubanos fue el del
líder ortodoxo Eduardo Chibás en 1951, cuando se pegó un tiro en el
vientre durante una alocución, a lo que Guillermo Cabrera Infante llamó
un ''harakiri radial'', al no poder probar sus denuncias de que su
adversario Aureliano Sánchez Arango había malversado fondos. Su sepelio,
doce días más tarde, fue la manifestación de duelo popular más
extraordinaria que haya visto jamás La Habana.
¿Somos los cubanos un pueblo suicida? ¿Cómo es posible que bajo nuestra
superficie jaranera y sandunguera, vital y amante del choteo, musical y
hedonista, se esconda una predisposición hacia esa tremenda decisión
existencial que es quitarse la propia vida, como denotan las altísimas
tasas de suicidio en la isla? Al establecer su alta incidencia en el
contexto de la identidad y el comportamiento colectivo histórico de los
cubanos, el excelente artículo de Cancio Isla ha abierto una interesante
caja de Pandora que bien merece ser comentada e investigada.
Maritza Beato, PhD
maritbea@aol.com
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/14819162.htm
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