SOCIEDAD
Cien por ciento cubano
Alejandro Tur Valladares, Jagua Press
CIENFUEGOS, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Varios meses han
transcurrido desde que en nuestras bodegas se vendió por primera vez,
después de mucho tiempo, café puro, bautizado por el gobierno como
"cafetín".
Los cubanos fuimos obligados por décadas a consumir el café adulterado,
ya que el estado lo mezclaba con granos y cereales, con el propósito de
sustraer de la cuota asignada al consumo de la población un 60 por
ciento de café puro para venderlo en el mercado mundial, lo que le
aseguraba una fuente extra de divisas.
La entrada al mercado de este nuevo producto levantó no pocas
expectativas. El propio gobernante cubano se encargó personalmente de
promocionarlo por televisión, asegurando la calidad suprema del
"cafetín". Sin embargo, aún antes de ser colocado en los estantes de las
bodegas ya llovían las críticas, que aseguraban que el café no era puro.
Esta opinión es sostenida todavía por muchos ciudadanos, quienes ven en
la pérdida del color y el sabor tradicional del polvo las pruebas que
sugieren que el café sigue siendo mezclado.
Estrella González Rodríguez, técnica de la industria alimenticia en la
provincia Cienfuegos aseguró, durante un programa de micrófono abierto
transmitido recientemente por una emisora local, que son otras las
causas que provocan que hasta el presente el café no sea aceptado
totalmente por la población.
Según González, las variaciones constantes en el color del polvo tienen
su origen en el deficiente tueste del grano. Para comprender este hecho
basta con señalar que la torrefactora local posee una tecnología que se
remonta a 1925, lo que supone un proceso prácticamente artesanal a la
hora de tostar el grano, con la consiguiente baja en la calidad del
producto.
La tecnóloga aseguró que la falta de amargor en el producto se debe al
poco tueste, pues los parámetros técnicos le exigen una coloración
específica que evita el sobre tueste necesario para lograr el sabor
exigido por los consumidores.
Muchas personas consideran que si no se completa el tueste del grano es
para evitar que pierda la humedad, y con ello el peso.
Tras ser presionada por los radioescuchas que participaron en el
programa, la invitada reveló que la materia prima con la que se elabora
el polvo no es la óptima, ya que si bien se han dejado de emplear las
mezclas con granos y cereales, el producto resulta una amalgama de
cafés, conformada por un 70 por ciento de granos vietnamitas, un 15 por
ciento mexicano, un 10 por ciento brasileño y solamente un cinco por
ciento de producción nacional.
Por ella conocimos que el vietnamita es un café de poca calidad, carente
de aroma y sabor, y que si se emplea en la mezcla es por lo barato que
resulta, permitiéndole al gobierno vender el grano nacional en el
mercado mundial mucho más caro.
Al final, la novedad no sólo nos ha resultado más costosa: cinco pesos
el paquete de cuatro onzas, un precio diez veces superior al anterior,
lo que repite el patrón del gobierno de negarnos los productos de
calidad para canjearlos por otros de índole inferior.
Por muchas explicaciones que le ofrezcan, ya el ciudadano está cansado
de las excusas. Lo único que espera es degustar algún día una humeante
taza del néctar negro, y que sea cien por ciento cubano.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/21a10.htm
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