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José F. Sánchez
Jefe de Buró
E.U.
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Diciembre 22, 2005
Alrededor de 400 ciudadanos cubanos de religión judía llegaron, durante el 2004, secretamente a Israel, según han confirmado ahora organizaciones judías. La operación pudo llevarse a término gracias a la mediación de diversas personalidades internacionales, entre ellas el ex presidente del Gobierno español Felipe González y a Margarita Zapata, hija del revolucionario mexicano, ambos amigos personales de Fidel Castro.
En los próximos meses se espera la llegada de otro grupo de 200 judíos cubanos. Los 400 miembros de la comunidad judía en Cuba llegaron a Israel a través de Canadá, gracias a una meticulosa operación que empezó a ser diseñada hace cinco años y que los servicios de seguridad israelíes mantuvieron en el más estricto de los secretos.
La mayoría de los recién llegados son estudiantes y parejas jóvenes que encontraron su primer refugio en un kibutz en la localidad de Askhelón, cerca de Tel Aviv.
La presencia de este contingente de cubanos se vio precedido por la aparición -en Israel- de otros grupos similares, aunque menos numerosos, que también consiguieron pasar inadvertidos, contando para ello con la protección de las autoridades israelíes y de una estricta censura que prohibió a los medios de comunicación difundir cualquier dato por miedo de hacer fracasar todo el operativo.
La Agencia Judía, responsable de las operaciones de retorno de la comunidad judía a Israel, contó con la ayuda del ex presidente español Felipe González y de Margarita Zapata, la hija judía del revolucionario mexicano Emiliano Zapata, ambos amigos personales de Fidel Castro.
Zapata, actualmente residente en París, dijo que haber hablado con las autoridades cubanas con respecto al tema. Pero, de todas maneras, el comandante Fidel Castro había ya tomado una decisión al respecto, y es que todo ciudadano cubano que quisiera emigrar hacia cualquier país podía hacerlo si tenía sus documentos en regla. La intervención de Felipe González fue confirmada por uno de los protagonistas del operativo, Mónica Pollack, secretaria de Asuntos Sociales del partido de izquierda Meretz, quien aseguró haberse dirigido al líder socialista español para tratar de acelerar la salida de La Habana de una familia judía; la familia de Moisés Asís, quien se encuentra ya en Israel.
La determinación de Castro de permitir el viaje a Israel fue interpretada en medios políticos como un intento de reconciliarse con la poderosísima comunidad judía de Estados Unidos tratando -así de conseguir poner fin al bloqueo decretado por la Casa Blanca.
Castro mantuvo -a principios de la revolución- excelentes relaciones con Israel, contando para ello con la mediación de un asesor, Ricardo Wolf, de religión judía, que puso su fortuna personal al servicio de los revolucionarios y que se convirtió en el primer embajador de Cuba en Tel Aviv. La luna de miel entre la Cuba revolucionaria e Israel se rompió abruptamente en 1973, cuando el Gobierno israelí apoyó la decisión de bloqueo a la isla. A pesar de la ruptura de relaciones diplomáticas, Cuba e Israel han ido tejiendo en los últimos cinco años una tupida red de intereses y vínculos comerciales, culturales y sociales.
Este entramado hizo posible, hace tres años, que el ministro de Agricultura y Pesca cubano visitara Israel, aunque se apresuró a asegurar que se trataba de una visita personal. La visita del emisario de Castro a Israel coincidió también con el desembarco de un grupo de empresarios israelíes en Cuba.
La amistad entre estos dos países está representada por una asociación de Amigos de Israel y Cuba, que preside Ioram Goyansky, esposo de una diputada del partido comunista israelí. Hadas, promotor de esa manifestación que cada 26 de julio -aniversario del asalto al Cuartel de la Moncada- se celebra en Tel Aviv, frente a la Embajada de Estados Unidos para pedir el cese del bloqueo. En la actualidad, la comunidad judía en Cuba es aproximadamente de unas 1.500 personas. [NuevaSión.com.ar]
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