Wednesday, December 07, 2005

Poder absoluto: amoralidad total

POLITICA
Poder absoluto: amoralidad total

José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba - Diciembre (www.cubanet.org) - Cuarenta y siete años cumplirá en el poder Fidel Castro dentro de unos días. Cuando ya no esté todos tratarán de olvidar esta etapa lo más pronto posible porque no dejará nada positivo. La única lección, pagada a inconmensurable precio, es que nunca jamás se puede permitir algo similar.

Abraham Lincoln estuvo sólo cuatro años y cuarenta días en el poder. Su obra, por todo el bien que le hizo a su nación, parece que seguirá viva por siempre.

Los que ejercen el poder absoluto no tienen para nada en cuenta las cuestiones morales, porque el poder absoluto es amoral. Los esclavistas tenían muchas justificaciones para tener esclavos. Entre ellas, que los negros estaban mejor en América o en cualquier otro punto de la geografía a donde habían sido llevados a la fuerza, que en África.

Presuntamente en su tierra tenían que enfrentarse a muchas vicisitudes. Siendo esclavos tenían alimentación segura, estaban cuidados y su alma podía ser salvada para siempre. Además, ayudaban con su trabajo al bienestar de todos los habitantes del país en el que se encontraban. De esa forma, los esclavistas hacían a todo el mundo un poco cómplice de la esclavitud.

Desde luego, nunca se ha conocido que un esclavo hubiera dado su beneplácito a que lo cazaran como a una fiera en su tierra, lo encadenaran, lo introdujeran en la bodega de un barco, lo vendieran en una plaza pública y lo obligaran a trabajar para unos desconocidos que decían ser sus amos.

Castro también mantiene el poder absoluto, que ejerce con todo tipo de justificaciones, pero nunca se le ha preguntado a los cubanos si desean que continúe en el poder.

Son muchos, sin ningún tipo de equívoco, los que tienen el deseo, la capacidad y el derecho de ocupar los más altos cargos políticos del país. Y de acuerdo a lo que hemos padecido durante estos casi 47 años, no cabe la menor duda de que cualquiera ejercería el poder -sabiéndose de antemano que sería limitado en extensión y tiempo-, totalmente mejor que el actual gobernante.

Si en gran medida la esencia del esclavismo era la discriminación racial y étnica, también en gran medida la esencia de los gobiernos absolutistas es la discriminación política. Para el que no está en sintonía con ese tipo de gobierno, no sólo su indefensión se hace más acuciante, sino que, además, simplemente existir es una gran dificultad. Cientos de personas en Cuba están hoy en la cárcel debido a esa discriminación política.

La esclavitud clásica puede tener hoy en día la justificación de su época. El totalitarismo como gobierno, en la actualidad no tiene ninguna. A los que lo soportan pero lo combaten, aunque aún no puedan poner en práctica alternativas, la historia les dará alguna dispensa. Los que aún lo apoyan siempre cargarán un fardo donde la vergüenza no será lo menos pesado.

Pero en estos días tenemos también la suerte de recordar a Cristo en su natalicio. Eso, entre otras muchas cosas, nos dice que los teóricos son necesarios, pero que hay épocas que piden a gritos fundadores.

http://www.cubanet.org/CNews/y05/dec05/07a5.htm

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