¡Sí Podemos Ser Libres!
2005-12-31
Yo nací muchos años después del "triunfo revolucionario" de 1959. Jamás conocí la "Cuba que reía", la Cuba capitalista y próspera de la que un día me hablaron mis padres y mis abuelos. Sí nací oyendo a Pablo y a Silvio o, en su defecto, a Sara González. Crecí bajo la "inocencia" en un bunker hermético donde no se filtraba ni un solo rayo de "imperialismo".
Claro la "Revolución" en su constante mutación se ocupó ella sola de ponerme a pensar, no solo a mi, sino a miles de jovencitos iguales que yo. Todo empezó a finales del año de gracia de 1978, cuando la "gusanera de Miami", rompió sus crisálidas de 20 años de exilio y regresaron a la isla, convertidos en despampanantes mariposas, cargados de hojalata, ropitas de marcas baratas; pero que para nosotros, enclaustrados en la más absoluta ignorancia, eran oro puro.
Así era la cosa, los que para mí eran gusanos de la más baja ralea (al menos así me decía la maestra), llegaron de pronto, por miles y miles, diciéndonos que había un mundo mucho mejor y más próspero, al menos materialmente. Yo, como cualquier joven también me deslumbré, también me brillaron los ojos ante un electrodoméstico o un juguete raro.
Yo tenía 12 años; pero también con esa edad me asaltó la primera sospecha y se formó en mí la primera inquietud política. Fue el neandertal de mis dudas con respecto al tema de nuestra Patria. Yo me pregunté: Bueno, ¿y toda esta gente no se había ido de este país hace casi 20 años, en los 60s y principio de los 70s, alegando que el régimen de Castro los iba a matar, a torturar,a cambiar por latas de carne rusa?
¿Esta gente no se fue a Estados Unidos pidiendo asilo político? Bueno, ¿y qué caramba hace toda esta gente aquí otra vez? ¿Acaso ya se calló Fidel y yo no me enteré? o ¿es que Fidel les está tendiendo una trampa a ese exilio y los hará quedar frente al mundo como un montón de mentirosos histéricos y así descalificar ese exilio como fuerza opositora seria?
Esa fue mi primera duda. Entonces empecé a comprender a mi forma que estábamos pasando, y porque estábamos pasando muchas cosas. Me di cuenta que Fidel sólo es la cabeza visible de un gran Karma Nacional que aún no culmina, Karma que se alimenta de nuestros errores y nuestras imperfecciones.
En aquella época vi como ese señor o señora, visitante de "La Comunidad", no me decía: "Hijo, lucha por una Cuba libre, allá te apoyaremos". Me decía: "Mira qué clase de reloj tengo", "y ¿vistes mi manilla?". Me decía: "Mira la foto de mi carro"."Esta mansión es mi casa en Miami Beach", o -peor aun- me enseñaba como violar ciertas leyes en EUA y así, engañando, ganar dinero.
En aquella época donde todos los días viajaban a Cuba cerca de 300 cubanos de "La Comunidad", no conocí a uno solo que no se jactara de vivir como un magnate en Estados Unidos. Nosotros los cubanos, tenemos grandes virtudes, y por ella subimos muy alto una vez en la historia; pero por nuestros defectos hemos caído en un abismo insondable y si, podemos otra vez ser libres claro, seremos libres el día que:
seamos muy honestos con nosotros mismos;
2005-12-31
Yo nací muchos años después del "triunfo revolucionario" de 1959. Jamás conocí la "Cuba que reía", la Cuba capitalista y próspera de la que un día me hablaron mis padres y mis abuelos. Sí nací oyendo a Pablo y a Silvio o, en su defecto, a Sara González. Crecí bajo la "inocencia" en un bunker hermético donde no se filtraba ni un solo rayo de "imperialismo".
Claro la "Revolución" en su constante mutación se ocupó ella sola de ponerme a pensar, no solo a mi, sino a miles de jovencitos iguales que yo. Todo empezó a finales del año de gracia de 1978, cuando la "gusanera de Miami", rompió sus crisálidas de 20 años de exilio y regresaron a la isla, convertidos en despampanantes mariposas, cargados de hojalata, ropitas de marcas baratas; pero que para nosotros, enclaustrados en la más absoluta ignorancia, eran oro puro.
Así era la cosa, los que para mí eran gusanos de la más baja ralea (al menos así me decía la maestra), llegaron de pronto, por miles y miles, diciéndonos que había un mundo mucho mejor y más próspero, al menos materialmente. Yo, como cualquier joven también me deslumbré, también me brillaron los ojos ante un electrodoméstico o un juguete raro.
Yo tenía 12 años; pero también con esa edad me asaltó la primera sospecha y se formó en mí la primera inquietud política. Fue el neandertal de mis dudas con respecto al tema de nuestra Patria. Yo me pregunté: Bueno, ¿y toda esta gente no se había ido de este país hace casi 20 años, en los 60s y principio de los 70s, alegando que el régimen de Castro los iba a matar, a torturar,a cambiar por latas de carne rusa?
¿Esta gente no se fue a Estados Unidos pidiendo asilo político? Bueno, ¿y qué caramba hace toda esta gente aquí otra vez? ¿Acaso ya se calló Fidel y yo no me enteré? o ¿es que Fidel les está tendiendo una trampa a ese exilio y los hará quedar frente al mundo como un montón de mentirosos histéricos y así descalificar ese exilio como fuerza opositora seria?
Esa fue mi primera duda. Entonces empecé a comprender a mi forma que estábamos pasando, y porque estábamos pasando muchas cosas. Me di cuenta que Fidel sólo es la cabeza visible de un gran Karma Nacional que aún no culmina, Karma que se alimenta de nuestros errores y nuestras imperfecciones.
En aquella época vi como ese señor o señora, visitante de "La Comunidad", no me decía: "Hijo, lucha por una Cuba libre, allá te apoyaremos". Me decía: "Mira qué clase de reloj tengo", "y ¿vistes mi manilla?". Me decía: "Mira la foto de mi carro"."Esta mansión es mi casa en Miami Beach", o -peor aun- me enseñaba como violar ciertas leyes en EUA y así, engañando, ganar dinero.
En aquella época donde todos los días viajaban a Cuba cerca de 300 cubanos de "La Comunidad", no conocí a uno solo que no se jactara de vivir como un magnate en Estados Unidos. Nosotros los cubanos, tenemos grandes virtudes, y por ella subimos muy alto una vez en la historia; pero por nuestros defectos hemos caído en un abismo insondable y si, podemos otra vez ser libres claro, seremos libres el día que:
seamos muy honestos con nosotros mismos;
el día que no envidiemos al prójimo;
el día que erradiquemos la hipocresía;
el día que, absolutamente, abramos nuestro corazón al amor y al respeto por los demás;
cuando estemos muy orgullosos de ser cultos;
el día que pensemos antes de hablar, el día en que nuestra mano izquierda, verdaderamente, no sepa que hace la derecha y ayudemos a la causa sin el afán de que nos vean ayudando y nos "veneren" como héroes por esto;
seremos libres cuando, por muy grande que sean nuestras manchas, las vertamos hacia afuera y las mostremos en público y nos pidamos perdón y comencemos de nuevo.
Mientras nos estemos negando todo esto, mientras sigamos como hasta hace un minuto atrás, tendremos un Fidel eterno, dándonos cuje en la región glútea de nuestra historia.
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