Visa Cuba
FRANCISCO ALMAGRO DOMÍNGUEZ | Miami | 9 de Julio de 2017 - 13:30 CEST.
Tras el anuncio del presidente Trump de limitar la visita de ciudadanos
norteamericanos a Cuba, una ola de protestas se ha levantado en EEUU y
en otros países. Reclaman el derecho humano básico y legal de recorrer
el mundo sin otra restricción que la seguridad de los ciudadanos. Es
curioso que sea el régimen cubano uno de los que más claman porque los
"yanquis" puedan viajar libremente.
Sintomático porque quienes se quejan de coartar el libre tránsito, el
régimen cubano, solo recibe entrada libre, sin visas, a unas 30
naciones, si se viaja entre uno y tres meses. La mayoría son islas
desconocidas y remotas como Palau, Samoa y Seychelles. En Europa, solo
Bielorrusia, Rusia, Montenegro y Serbia no requieren visado para los
cubanos.
El único país latinoamericano que no requería permiso de entrada era
Ecuador, y ya sabemos cómo fue la historia. Pero es aún más sorprendente
saber que los cubanos necesitan visa —ahora llamada habilitación— para
visitar Cuba.
Incluso el trámite dentro de la Isla es una verdadera tragedia. Después
de pagar el pasaporte más caro del mundo y en moneda del "enemigo", toca
enfrentar a los oficiales consulares. No bastan propiedades, hijos, fama
profesional: todo cubano es un posible emigrante aunque demuestre lo
contrario. Las preguntas suelen ser vergonzosas; la posibilidad de
negativa flota encima del entrevistado cual noria inevitable. Y los
cubanos, por una visa, suelen hacer de todo: ofrendas a los santos,
"limpieza" con el padrino, "confesión exprés" con el sacerdote de la
parroquia.
Pero lo más absurdo sigue siendo tener pasaporte de la Isla para entrar
al propio país. No sabría decir si es una práctica común en otros sitios
del mundo. Pero de alguna manera justifica que a nuestros compatriotas
no les den permisos de entrada en tantos lugares de este planeta. Si es
el mismísimo Gobierno cubano es quién exige visa de entrada a los
cubanos, ¿por qué otros no pueden hacer lo mismo?
Una nota irracional al margen: llegados con pasaporte cubano y todo, la
humillación de las autoridades migratorias a sus compatriotas es de
alquilar balcones: son los únicos aeropuertos del mundo que pesan el
equipaje para salir a la calle.
No son pocos los conciudadanos a quienes se les niega la "habilitación".
Uno nunca sabe el "delito" que le espera. Como si fuera un juego de
fútbol, unos pueden ser "habilitados" con el balón-apostilla, y otros
quedar outside, fuera del juego. Y para estar "fuera del juego" basta
con escribir en estas páginas, o salir en un programa de televisión de
Miami. Hay fuera del juego para cualquiera que piense, no ya que actúe
diferente.
La justificación para la bajeza de negar la entrada a la Patria de
todos, deshonrar la máxima martiana, es preservar la seguridad del país.
O sea, que el trabajo de los policías lo deben hacer los viajeros y no a
quienes pagan para eso. Los cubanos deben tener el "balón-visa" para
estar en juego mientras los "yanquis" pueden colocarse, ventajosamente,
en cualquier parte del terreno. Los cubanos podrían ser multados con
tarjetas rojas y amarillas, mientras los jugadores del "Imperio"
cometerían cualquier falta y el juego continuaría.
Estos detalles, nimios para algunos, bastan para que muchos cubanos, con
más derechos naturales y dignidad que cualquier extranjero, hayan
prometido jamás pisar suelo patrio mientras existan tan humillantes
condiciones.
Source: Visa Cuba | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1499599808_32237.html
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