Prohibida la depresión en el Servicio Militar
CARLOS TRUJILLO HERRERA | La Habana | 10 de Julio de 2017 - 14:02 CEST.
Un joven se corta las venas en su casa y riega la sangre por las
paredes. Ya no soporta seguir en el Ejército. Los médicos militares le
diagnostican trastorno bipolar. La Comisión Médica de Peritaje decide
solucionar el problema: lo manda un mes a su casa para descansar y
después lo envía a una "unidad de cuadros" para que termine los nueve
meses de "servicio a la Patria".
Para los soldados cubanos estar deprimido no es motivo para salir del
Ejército. Aquellos que intentan suicidarse pueden ser encarcelados por
intentar evadir "el más alto honor de todo cubano".
El joven tiene ahora 22 años y está cursando el segundo año en
Geografía. Sobre los motivos que lo llevaron a intentar suicidarse y el
trato que recibió de parte del sistema médico militar recuerda: "Yo
había tenido mis depresiones antes de entrar al Servicio Militar, pero
nunca me habían llevado al psiquiatra, así que no estaba diagnosticado.
Cuando entré a la previa (Preparación Previa del soldado, que dura un
mes) empecé a venirme abajo".
"Hay gente que puede soportar levantarse todos los días a las 5:00 de la
mañana y pasarse el día marchando para luego acostarse a las 12:00 de la
noche. Yo no podía", añade. "En algunas ocasiones no aguantaba y me
ponía a llorar. Eso es peor porque entonces te humillan delante de todo
el pelotón. Se ponen a decirte que eres maricón y que mejor te aguantas
porque de allí no sales hasta que termines tu tiempo de Servicio".
"Traté de hablar con el médico de la unidad, pero era por gusto",
asegura. "El hombre me decía que me aguantara. Llegó un punto que no
podía más y entonces fue cuando me corté las venas en un día de pase y
me ingresaron en el Hospital Naval, en la sala de Psiquiatría".
Oficialmente, una Comisión Médica evalúa caso por caso a todos los
jóvenes que están en edad de iniciar el Servicio Militar Activo (SMA).
Incluye especialistas de todas las ramas de la salud, entre ellos
psicólogos. Esos expertos deben definir las limitaciones de cada recluta
y, de ser necesario, declararlo no apto para ingresar a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR).
Detectar algún tipo de problema emocional es una tarea que requiere
tiempo, pero los psicológicos de la Comisión Médica no suelen dedicar
más de cinco minutos a cada caso.
Pedro, de 23 años, recuerda su paso por el psicólogo en la Comisión
Médica: "Fue muy sencillo. Estaba en calzoncillos porque tienes que
desnudarte en algunas especialidades. La doctora me preguntó mi nombre,
sin mirarme a la cara, y me preguntó si tenía algún estrés aparte de las
pruebas finales. Le dije que no estaba estresado por las pruebas y me
respondió que se alegraba de eso y que llamara al siguiente en la cola".
Una vez dentro del SMA se advierte a los reclutas que intentar
suicidarse es una violación del reglamento militar, ya que ellos son
ahora propiedad de las FAR y no se admitirá que las dañen.
El suicidio es considerado por la Fiscalía Militar como un intento de
deserción y puede ser castigado en consecuencia con más de 10 años de
prisión. Los instructores políticos insisten en que el SMA es
obligatorio, por tanto, lo mejor es "hacerse hombres de una vez". Cuando
algún recluta sufre una crisis nerviosa se decide en la mayoría de los
casos "tranquilizarlo y acostarlo".
Manuel Alejandro, de 20 años, recuerda: "El primer día en el Servicio
sufrí un ataque de pánico. Era por la noche y estábamos a punto de
acostarnos. Sentía como si el zambrán me estuviera rompiendo las caderas
y me agarroté en el suelo, casi no podía respirar. Me cargaron y me
llevaron a la enfermería. Allí me pusieron un calmante y después
empezaron a empujarme para que me fuera a formar antes de dormir".
El episodio de Pedro fue algo más violento.
"Yo estaba depresivo desde el principio. Exploté el día que teníamos que
ir para el campo de tiro. Me tiré en el piso y me puse a llorar", relata.
"La verdad no recuerdo mucho, estaba fuera de mí. Cuando reaccioné me
estaban metiendo bofetadas en la enfermería y el médico estaba
poniéndome una inyección. Entonces me quedé dormido. Cuando me desperté
estaba solo, los doctores estaban fuera conversando. Uno me miró y me
preguntó si se me había pasado el ataque, porque tenía que entrar de
guardia. Afortunadamente la guardia era en el cuartel, así que no tenía
armas, solo una bayoneta. Los oficiales pasaban y me decían cosas. Lo
menos que me dijo mi jefe fue que esperara salir de pase y me tirara
delante de una guagua para que dejara de sufrir".
Los casos de reclutas con problemas depresivos son tratados al interior
de las unidades. Los médicos internos por lo general diagnostican que el
soldado simplemente quiere evadir el Servicio Militar. La única opción
para que un caso sea elevado a instancias superiores es la autolesión o
que los familiares intervengan.
Cuando los reclutas han superado la maraña institucional y consiguen ser
ingresados en alguna sala psiquiátrica se topan con la renuencia de los
médicos militares a reconocerles algún tipo de enfermedad, entre otras
razones porque con ello admitirían la deficiencia de la Comisión Médica.
"Intenté ahorcarme tres veces porque llega un punto en que tú dices
'basta'", cuenta Eduardo, de 20 años. "En la casa no te quieren escuchar
porque para ellos lo mejor es que pases tu SMA tranquilo. En la unidad
te 'hijeputean' peor que a un perro. Tú miras para los lados y el tiempo
no pasa. Cuando te ingresan, los psiquiatras militares tratan de
reinsertarte cuanto antes. Que el Ejército te ponga depresivo no es
motivo para que te den la baja. Los médicos dicen que simplemente te
tienes que acostumbrar".
Source: Prohibida la depresión en el Servicio Militar | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1499688152_32412.html
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