Friday, July 07, 2017

De ser como el Che a ser como el Chapo

De ser como el Che a ser como el Chapo
Los 'héroes' de los niños cubanos distan del dictado oficial y de ser
figuras positivas
Viernes, julio 7, 2017 | Ana León

LA HABANA, Cuba.- La intempestiva entrada de cuatro menores a un solar
de La Habana Vieja, armados con pistolas y metralletas de juguete,
habría sido un episodio cotidiano si uno de ellos no se hubiera plantado
en medio del pasillo y gritado: "¡Yo soy la cocaína!". Repitió la frase
varias veces mientras sus amiguitos reían, y se presentaban como "El
Chema", "El Capo" y "Casillas".

Al escucharlos un vecino se asomó, para encontrarse con la mirada
desafiante del niño líder, que parecía esperar el regaño sin una pizca
de incomodidad. "¿Tú sabes lo que estás diciendo?", le preguntó el
hombre, evidentemente pasmado. Sin dejar de sonreír, el chiquillo le
apuntó con la pistola. "Yo traigo la merca", dijo y disparó.

Es obvio que estos niños son seguidores de las "súper series" de la
cadena Telemundo, que llegan a los hogares cubanos a través del cable, o
el "Paquete Semanal", para glorificar a los jefes del crimen organizado
y venderlos como figuras dignas de admiración y respeto. Dichas
producciones se han apoderado de la preferencia ciudadana, gracias a la
pésima selección de programas de la televisión nacional, incluyendo las
telenovelas brasileñas que cada vez son más largas y aburridas.

Si bien las citadas series recomiendan discreción en lo concerniente a
su consumo por parte de menores de edad, en numerosos hogares esa
precaución queda invalidada. Los niños cubanos están habituados a ver
los programas para adultos con absoluta normalidad, y aunque en
principio ello podría parecer criticable, basta con echar un vistazo a
la programación infantil de verano para comprender por qué las series
les parecen tan atractivas.

Los padres no consideran que estos productos donde la violencia es
justificada y se habla todo el tiempo de "merca" y "narco", puedan
modificar el imaginario o las aspiraciones de sus hijos. No les
preocupa que en una sociedad fracasada, donde la noción de futuro se
torna cada vez más confusa, un preadolescente pueda sentirse
identificado con un individuo de baja extracción, pero con la habilidad
suficiente para ganar jerarquía, respeto y dinero en un mundo de asesinos.

En las series de Telemundo los chicos no perciben la realidad del
tráfico de drogas, ni su impacto en la familia, ni el número de muertes
que a diario genera. Solo ven un héroe no convencional, pero más cercano
a la vida real. El personaje de un capo de la droga se construye sobre
la base del antihéroe, con una moralidad torcida donde el fervor
religioso y el amor filial son utilizados para insertar alguna bondad en
la peor clase de delincuente.

No puede decirse —aún— que la actitud de los cuatro menores que dieron
motivo a este artículo sea algo frecuente; pero tampoco es superfluo
preguntarse cuánto falta para afirmar lo contrario. Una cosa es
autodenominarse "El Capo", y otra hablar de cocaína. Cuando un niño de
once años declara a voz en cuello "yo soy la cocaína", es inevitable
preguntarse cómo vive, si sabe qué es la cocaína, si sus padres saben
que él sabe y les preocupa que su hijo esté al tanto de un fenómeno
ajeno a los intereses cognitivos propios de su edad.

Considerar la anécdota narrada como "cosa de muchachos" sería ingenuo e
irresponsable, porque la actitud de esos niños semejaba, desde todo
punto de vista, la de cuatro pandilleros. Sus amagos de pistoleros no
eran un juego inocente, sino la respuesta insolente y agresiva de niños
marginales, influidos por un nuevo paradigma que legitima la violencia
y la venganza como algo necesario.

Si a ello se suman el creciente desinterés por los estudios y la
proliferación de pandillas, especialmente en la capital, lo que parece
un hecho aislado puede fácilmente convertirse en otro síntoma del
deterioro social que avanza en Cuba.

Source: De ser como el Che a ser como el Chapo CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/de-ser-como-el-che-ser-como-el-chapo/

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