Las revoluciones socialistas y su apego al poder
1 Marzo, 2017 3:12 am por Rogelio Travieso Pérez
Cerro, La Habana, Rogelio Travieso, (PD) En el siglo XX en América
Latina triunfaron la revolución castrista en Cuba y la sandinista en
Nicaragua.
En varios países, como Guatemala, Colombia, El Salvador y Uruguay hubo
guerrillas que intentaron apoderarse del poder. El caso más dramático y
extenso fue el colombiano.
En las últimas décadas, por las urnas, en varios países los
revolucionarios se hicieron del poder y se propusieron cambiarlo todo.
Ocurrió en Venezuela con el llamado Socialismo del Siglo XXI, en Bolivia
con el indigenismo forzado de Evo Morales, en Ecuador con la revolución
ciudadana. Solo señalo estos ejemplos, pues han sido los más
significativos. En todos los casos, han dado muestras, al igual que los
castristas y los sandinistas, de su gran apego por el poder, que
quisieran tener de por vida o el mayor tiempo posible.
Los socialistas demuestran un rechazo intransigente al capitalismo, pero
sus vidas las disfrutan, como si fueran capitalistas acaudalados.
Tras el derrocamiento del zarismo por la Revolución Rusa, en 1917, Lenin
implantó la llamada Dictadura del Proletariado.
Los que se formaron bajo el adoctrinamiento revolucionario vivieron
creídos de que Lenin primero y después Stalin, eran los salvadores de
una parte de la humanidad y que el socialismo debía ser el camino a seguir.
Para suerte de los que eran ciegos o les cerraban los ojos, hoy los
engañados, son pocos y los que lo están, es porque defienden algo que
demostró ser indefendible.
Tras la caída del Muro de Berlín, quienes se han interesado e indagado,
ya conocen que bajo el socialismo comunista practicado en la antigua
URSS y los países satélites de la Europa del Este y de otros
continentes, sus pueblos sufrieron masacres, encarcelamientos, éxodos,
destierros, hambrunas, violaciones de todo tipo de los derechos humanos.
Las víctimas del comunismo oscilan entre ochenta y cien millones de muertos.
Algunos gobernantes de países miembros del ALBA siguen ideas fracasadas
que datan del pasado siglo. Se aferran al llamado Socialismo del Siglo
XXI. ¡El mismo perro con diferente collar!
A partir de 1959, los cubanos fueron engañados tras un proceso de
engatusamiento, con las promesas de una revolución liberadora,
democrática, de los humildes y para los humildes, y que decía ser más
verde que las palmas.
Tras la Ofensiva Revolucionaria de 1968 se logró la concreción del
totalitarismo que hemos padecido desde entonces.
En 1976, tras la celebración de un referéndum, fue aprobada una
Constitución excluyente, que hace función de camisa de fuerza.
En Cuba, los ciudadanos se ven obligados a vivir como hipócritas
simuladores que aparentan ser revolucionarios, socialistas y comunistas.
Si malo resultó para el pueblo nicaragüense el somocismo, tampoco fue
buena la Revolución Sandinista. El ingerencismo cubano para el triunfo
revolucionario y la ayuda de todo tipo para la consolidación del régimen
sandinista no fue del agrado de muchos nicaragüenses. También hubo
represión, abusos contra los indios misquitos y la corrupción
protagonizada por la dirección sandinista, con la famosa y descarada piñata.
Hubo una componenda por conveniencias políticas entre Arnoldo Alemán,
del Partido Constitucionalista Liberal y Daniel Ortega, obligando a este
último a inclinarse hacia una izquierda menos carnívora y bastante
distinta a las practicas estatistas y represivas de Cuba y Venezuela.
En Nicaragua no es necesario obtener más del 4O % de los votos, para que
un candidato a la presidencia obtenga la victoria electoral. Todo esto
ha permitido a Daniel Ortega continuar en el poder. En las últimas
elecciones, Ortega y su esposa Rosario Murillo obtuvieron la victoria.
En Venezuela, como ocurrió en Cuba, con los atacantes del Cuartel
Moncada, los golpistas chavistas fueron amnistiados. Después de
adueñarse del poder, los chavistas, como los castristas, son implacables
con sus oponentes. Un ejemplo muy palpable es el caso del líder opositor
Leopoldo López.
Si la situación de Venezuela era mala antes de llegar los chavistas y
apoderarse de todos los poderes, ahora es la peor de todos los tiempos.
En las próximas elecciones bolivianas, es probable que los candidatos
del Movimiento Al Socialismo (MAS), con su supuesta revolución
indigenista, no obtengan los resultados deseados por Evo Morales y sus
partidarios. Una buena parte de los bolivianos no están conformes con la
penetración cubana y venezolana, y tampoco con el estatismo de Evo Morales.
Hay muchos problemas en Bolivia. En Santa Cruz, muchos desean la
secesión. Hay conflictos con Chile y otros países vecinos. Las
manipulaciones electorales son causa de descontentos. Por el oficialismo
hay gran rechazo contra Estados Unidos y la inversión extranjera. Todo
esto pudiera atentar contra el MÁS de Evo Morales en las próximas
elecciones.
Tampoco es halagüeño para la izquierda el panorama ecuatoriano de los
últimos tiempos. El germen de la corrupción no es ajeno a la revolución
ciudadana. El antiamericanismo ha sido parte de la política de la
revolución ciudadana. Y en algunas mentes, no han faltado deseos de
eliminar la dolarización.
Ya se sabe que los candidatos a la presidencia de Ecuador tendrán que ir
a una segunda vuelta. Si Lenin Moreno resulta el próximo presidente del
Ecuador no podrá gobernar voluntariosamente, como lo pudo hacer Rafael
Correa.
rogeliot@nauta.cu; Rogelio Travieso; Móvil 538 59142
*Partido Liberales de Cuba.
Source: Las revoluciones socialistas y su apego al poder | Primavera
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