Gentrificación: otro rostro de la equidad socialista cubana
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 7 de Octubre de 2016 - 09:09 CEST.
Si una cuestión no ha superado el Gobierno cubano en más de 50 años es
sin dudas la referente al espacio habitacional. Los "problemas de
vivienda", como le llaman los funcionarios gubernamentales, atraviesan
todos los estratos socioculturales.
El hacinamiento, como apunta la psicóloga Yanet Cruz Hoyos, "además de
ser un factor asociado a la violencia intrafamiliar, es identificado por
la mayoría de las familias cubanas como uno de los principales problemas
que afectan su vida cotidiana", resultado de que "muchas personas se
vean forzadas a compartir un espacio físico reducido".
La retórica de la equidad social, patrocinada por el Partido único y
distribuida por sus filiales ideológicas, ha estado siempre reñida con
la realidad socioeconómica del cubano "de a pie". Y a través de los
"problemas de vivienda" se manifiesta con mayor claridad que las
reformas de leyes que permiten la compraventa de casas y apartamentos no
significan iguales oportunidades para la adquisición de un espacio
habitacional digno.
Según datos recogidos en el Anuario Estadístico de 2014, en su capítulo
sobre construcción e inversiones, las viviendas terminadas en La Habana
en ese período ascendieron a un total de 4.090, de las cuales 3.096
fueron construidas por el sector estatal. Pero los datos no puntualizan
para quiénes, con cuáles fines y dónde están distribuidas estas
"viviendas terminadas".
El escritor Arsenio Castillo Martiatu observa que La Habana se ha
convertido en "la capital de la gentrificación" (proceso transformación
de un barrio que implica la implantación de nuevos usos sociales y
económicos y el desplazamiento de la población tradicional, incapaz de
hacer frente a la subida de costes de la vivienda. Las zonas se vuelven
homogéneas en cuanto a su composición social, con habitantes de mayor
poder adquisitivo).
No es un secreto que, para la mayoría de los cubanos, "si antes era
imposible vender legalmente su casa ahora es improbable comprar
legalmente una propiedad. Con los precios actuales —decenas de miles de
CUC por un apartamento o casa— la posibilidad es igual a cero. No
existen mecanismo de ahorro, no existen préstamos de tal magnitud ni
salarios que los sustenten. Los barrios que sufren el proceso de
gentrificación suelen estar situados cerca del centro de la ciudad, como
el codiciado Vedado, donde una buena casa o apartamento implica la
oportunidad para regentar negocios como alquileres, restaurantes y
bares", dice Castillo Martiatu.
El ensayo de "nuevo modelo económico", dirigido más a priorizar el poder
político que a favorecer el espíritu emprendedor de los ciudadanos, ha
sido un fracaso en cuanto al empoderamiento de la sociedad civil. Tanto
los cubanos de la Isla como los de la diáspora contemplan bajos índices
de títulos de propiedades y utilidades.
"El florecimiento de construcciones de viviendas por esfuerzo propio es
proporcional al crecimiento de la desigualdad social", opina Eurípides
Barrientos, arquitecto y fundador del Contingente Blas Roca. Lo mismo
ocurre con la compraventa de inmuebles.
¿Gentrificación o recolonización?
"Nosotros no vendemos ideas, las hacemos realidad". Con este eslogan se
promueve una brigada de servicios constructivos del sector privado, a
cargo de la remodelación, entre otros, del local Bar 911 (en 27 esquina
4) y del Piano Bar de H y 23, ambos en el Vedado.
Uno de sus albañiles restauradores, Leonel G. Rodríguez, explica que la
brigada incluye en sus servicios el diseño de interiores. "Nos enfocamos
en llevar las actuales tendencias del minimalismo y del brutalismo a los
espacios habitacionales", dice.
"Es casi imposible que un cubano de a pie pueda contratar nuestros
servicios, por el alto costo de inversión en materiales de calidad y la
obra. Tanto las casas como locales de negocios que hemos diseñado o
remodelado son de personas con familiares solventes que viven en el
exterior, o de extranjeros que vienen a invertir a Cuba y adquieren
estas propiedades a través de titulares cubanos".
Aunque el Gobierno aún no ha implementado una ley que permita a los
extranjeros comprar directamente una propiedad, tanto residencial como
de negocios, sí hay inversión de capital extranjero a través de
titulares cubanos residentes en la Isla.
"La gentrificación en Cuba comenzó mucho antes de las actuales reformas
a los institutos nacionales de Planificación Física y Vivienda", dice
Iznaga, económico y exgerente de la cadena Caracol.
"Estas reformas también sirvieron para justificar lo evidente: un país
que se estaba vendiendo y comprando a pedazos por inversores privados
extranjeros y por la élite militar del Gobierno", señala.
"Un ejemplo de quiénes tendrán la oportunidad de empoderarse es el
'golpe de Estado' de GAESA contra la Oficina del Historiador de La
Habana. Los cubanos que gracias a su esfuerzo propio consiguen levantar
lujosas propiedades o negocios son pocos, y lo importante es preguntarse
de qué modo consiguen el capital, porque la gentrificación en Cuba
incluye a un tercer jugador: la corrupción interna".
Source: Gentrificación: otro rostro de la equidad socialista cubana |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1475775907_25833.html
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