Seguimos con un "socialismo" sin democratización ni socialización
PEDRO CAMPOS, La Habana | Abril 18, 2016
El informe central del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC)
es concluyente: la élite burocrática que administra el PCC, el Gobierno
y el Estado pretende que el pueblo cubano siga viviendo bajo los cánones
del modelo económico-político y social de capitalismo monopolista de
Estado, cargado de populismo y paternalismo, instaurado en nombre de un
socialismo que todo el mundo sabe fracasado.
Sus esencias, la propiedad estatal sobre los medios de producción, el
control centralizado de los recursos y el partido único sin opciones
democráticas acaban de ser ratificadas por el general Raúl Castro.
La llamada "conceptualización, como la actualización y los lineamientos
no han sido más que adaptaciones a la ausencia de la figura que
encarnaba el modelo populista-paternalista, la falta de un claro soporte
económico internacional luego de la caída de la URSS y el campo
socialista, el desgaste natural del esquema y su pérdida de apoyo y el
acercamiento al enemigo histórico del que esperan el cabo salvador.
Para la dirección permanente hay que seguir abriendo espacio a la
propiedad privada, en pequeñas y medianas empresas, pero bien limitado y
controlado. En cambio hay que seguir experimentando con las cooperativas
no agropecuarias, semi-estatales, de manera que el cooperativismo
auténtico e independiente tiene que seguir esperando. Nadie fuera de la
burocracia estatal puede concentrar riquezas.
Aun cuando Raúl Castro reconoce que ni el cooperativismo ni el
cuentapropismo son contrarrevolucionarios ni antisocialistas, su visión
de que el apoyo externo a los emprendedores es actividad enemiga solo
evidencia la concepción estadocéntrica y antidemocrática sobre la
economía de la dirección del PCC y su oposición a esas formas de
producción. Interesante: no piensa igual de la amplia inversión
extranjera en los negocios de la burocracia.
Ni una palabra de la participación de los trabajadores en la dirección,
gestión y las ganancias en las empresas estatales: Tema tabú. Los
asalariados explotados por el Estado seguirán dependiendo de sueldos
decididos por la burocracia que seguirá apropiándose de todas las
ganancias y plusvalías para "garantizar salud y educación para todos".
Tampoco ni una palabra sobre la descentralización del presupuesto y las
autonomías municipales.
Igual, según el discurso, solo el actual Partido Comunista es el único
capaz de garantizar la independencia, la Revolución y el socialismo que
nunca ha sabido cómo hacer. Es la consecuencia de identificar
revolución, socialismo y país con el partido y su dirección. No importa
que haya convertido la palabra socialismo en un vocablo despreciable
para una gran parte de la población y que esté jugando con la anexión
virtual, al buscar la salvación de su economía en el turismo y las
inversiones provenientes de EE UU.
Tampoco importa que ese partido haya impedido el empoderamiento de los
trabajadores, que haya dejado al marabú la mitad de las tierras, haya
sido incapaz de garantizar la alimentación en un país agrícola, que haya
destruido la industria azucarera y desindustrializado el país, que haya
ejercido la exclusión o la represión del pensamiento diferente, incluso
de izquierda, a intelectuales de pensamiento libre, a homosexuales,
religiosos, negros y mestizos y no habaneros.
Según esos criterios no puede haber otros partidos ni demócratas, ni
socialistas tampoco, no puede haber libertad de asociación, ni por tanto
libertad para defender organizadamente un pensamiento diferente al de la
actual dirección. No puede haber en definitiva democracia para nadie que
no sea del PCC.
No podemos compartir esos criterios quienes creemos que el centralismo-
estatalista- asalariado, nada tiene que ver con la democracia y el
socialismo, quienes no admitimos la imposición de ningún pensamiento
único, quienes creemos que todos los cubanos ‒no importa su ideología,
religión, preferencia sexual, procedencia social o regional, color de la
piel‒ tienen todos los derechos reconocidos en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y sus Pactos.
El presidente Raúl Castro puede no haberse dado cuenta, pero este
discurso es un cubo de agua helada sobre las pocas expectativas de
apertura y cambio generadas con el acercamiento a EE UU y en lugar de
estimular a la juventud emprendedora a quedarse y desarrollar a Cuba
puede generar un mayor drenaje de jóvenes y profesionales; y en vez de
estimular la inversión extranjera, inhibirla y endurecer el embargo.
Los socialistas democráticos hemos explicado hasta la saciedad: no hay
socialismo sin democratización de la política ni socialización de la
economía. En este discurso se rechazan ambos conceptos.
Pero no hay que hacerle el juego a la intransigencia, ni caer en
provocaciones, enfrentamientos, ni en ningún tipo de violencia.
La lucha por la democracia y el socialismo, por vías afines, continúa.
Source: Seguimos con un "socialismo" sin democratización ni
socialización -
http://www.14ymedio.com/opinion/Seguimos-socialismo-democratizacion-socializacion_0_1982801703.html
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