Monday, April 18, 2016

La absoluta diferencia entre uno y dos

La absoluta diferencia entre uno y dos
ELIÉCER ÁVILA, La Habana | Abril 18, 2016

Durante la sesión inaugural del VII congreso del Partido Comunista de
Cuba, Raúl Castro expresó en tono de broma algo que suelen alegar de
toda la vida los dirigentes comunistas cuando de democracia se habla. Me
refiero a la existencia, según ellos, de dos partidos "idénticos" en EE
UU. Sobre eso tienen incluso cierto refrán: "nada más parecido a un
demócrata que un republicano".

Lo que quieren expresar con estas interpretaciones simplistas y
convenientes de la política de los EE UU es que al interior de ese país
no existe la pluralidad que se le "exige" a Cuba. Al escuchar estas
frases y seguidamente ver a casi mil delegados riendo a carcajadas
cuando Raúl afirma que ese sistema bipartidista es igual a que en Cuba:
"Fidel dirigiera un partido y yo otro", solo se puede presumir la
inmensa ignorancia o el profundo cinismo que en aquella sala se respira.

¿Será que allí nadie sabe que en Estados Unidos existen muchos más
partidos incluyendo el comunista? Otra cosa es que las posiciones, a
menudo limitadas o extremas de ciertas fuerzas no representen a las
mayorías, pero sí existen y realizan su desempeño político en el marco
de un Estado de derecho que les da la oportunidad de expresarse, sumar
adeptos, proponer y competir.

Pero regalándole esa sutileza omitida, me gustaría centrarme en analizar
la profunda y determinante diferencia entre uno y dos entes competitivos
de cualquier naturaleza. De hecho, casi todos los fenómenos tanto
naturales, como sociales y políticos, así como las contradicciones
antiguas, contemporáneas y modernas que han matizado el avance de
nuestra civilización se han expresado en una disyuntiva de dos
posiciones, o más.

La vida misma surge de la fusión de dos seres distintos, capaces de dar
a luz a una obra casi perfecta, sin que ninguno pierda su identidad
propia. Para completar la enseñanza implícita en el proceso, esa unión
de los opuestos se materializa en un acto, al menos en los seres
humanos, de amor, placer y compromiso.

Algo debiéramos aprender los amantes de la política de esta ley natural.
Uno no es suficiente, dos o más no significa el caos ni la guerra, sino
el necesario equilibrio.

Es absolutamente lógico que demócratas y republicanos compartan valores
e ideas. Ambos son ciudadanos estadounidenses, educados en una cultura
occidental, productos de una democracia con rasgos propios y
universales, patriotas y amantes fervientes de su nación. Por eso es
lógico que, sobre todo en momentos de crisis, piensen más como
estadounidenses que como representantes de una determinada visión
ideológica. En cualquier caso, eso no es frecuente ni significa la
ausencia de democracia que Raúl Castro y sus amigos "denuncian".

Para nadie medianamente informado en el mundo (dentro de los cuales no
estamos los cubanos), es secreto que el Congreso y el Senado
estadounidense son escenarios constantes de encarnizados debates que más
de una vez han paralizado incluso a las instancias administrativas del
Estado por falta de acuerdos en temas que van desde el presupuesto, el
aborto, el medio ambiente, la política exterior, la inmigración, el uso
de armas o el fracking.

Esas discusiones solo pueden ser posibles porque existen al menos dos, y
no un solo partido. Pues dos el el número mínimo para que pueda darse el
bendito fenómeno de la competencia, con todo lo que esta implica.

Si el más prestigioso cineasta del mundo intentara hacer una película
usando un solo color, su obra reflejaría la nada, el vacío. Se necesitan
al menos dos colores para reflejar, aunque sea parcialmente, la
realidad. Si los usas todos entonces logras un producto completo. Aunque
siempre predominarán algunos sobre otros, todos son absolutamente
necesarios para expresar los sentimientos y emociones que no surgen sino
del contraste.

Una sociedad es exactamente eso, un contraste de gustos, expectativas,
creencias, e intereses. Un ajiaco cultural, étnico, pero sobre todo
político. No me imagino que alguien acepte que en Cuba durante más de 50
años solo pueda escucharse a los Van Van. O solo pueda comerse yuca con
mojo. Ambas cosas son deliciosas, pero si no las pudiéramos alternar,
mezclar y contrastar, terminaríamos despreciándolas.

¿Por qué entonces, si estamos conscientes de la inmensa riqueza de
pensamiento que tenemos en Cuba, seguimos aceptando como normal una
visión única?

El Partido Comunista jamás podrá representar a todos los cubanos.
Tampoco puede hacerlo ningún otro partido único, sea liberal,
socialdemócrata o verde. Pues si pudiera existir un partido que
integrara en su seno de forma armónica y democrática a todas las voces y
tendencias de pensamiento, ese partido se llamaría, nación.

Source: La absoluta diferencia entre uno y dos -
http://www.14ymedio.com/opinion/absoluta-diferencia_0_1982801702.html

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