Tuesday, April 19, 2016

Bahía de Cochinos: la invasión que pudo evitar más de cinco décadas de dictadura en Cuba

Bahía de Cochinos: la invasión que pudo evitar más de cinco décadas de
dictadura en Cuba
Veteranos de la operación de 1961 cuentan a ABC cómo fracasó por la
falta de convicción de Kennedy en la batalla
MANUEL TRILLO - @manueltrilloCorresponsal En Miami - 17/04/2016 a las
08:41:01h. - Act. a las 19:05:17h.

El 17 de abril de 1961 pudo haber cambiado la historia de Cuba. Ese día
se produjo el desembarco en la bahía de Cochinos, en la costa sur de la
isla, de la Brigada de Asalto 2506, integrada por 1.500 cubanos
entrenados y financiados por Estados Unidos, que pretendía poner fin al
régimen comunista que había implantado Fidel Castro poco más de dos años
antes.

Pero la falta de convicción del demócrata John F. Kennedy en una
operación que había sido impulsada por su antecesor republicano, Dwight
D. Eisenhower, le privó del respaldo necesario y frustró sus
posibilidades de éxito.

De haber triunfado, «nos habríamos ahorrado 55 años de dictadura
oprobiosa, tiranía, muerte, sangre y destrucción», asegura Luis González
Lalondry, hoy de 82 años y que con 27 fue jefe de Comunicaciones de uno
de los batallones que combatió aquel día.

Lalondry y otros veteranos de lo que él llama un «desembarco patriótico»
recuerdan para ABC desde su largo exilio en Miami lo que vivieron aquel
episodio en el que trataron de frenar la dictadura comunista en la isla.

El respaldo de Estados Unidos
Desde principios de 1960, las autoridades norteamericanas habían dado
luz verde al adiestramiento de hombres con vistas a futuras operaciones
contra el régimen de Fidel Castro. El origen de la Brigada 2506 que
finalmente se encargaría del intento de invasión fue un grupo de jóvenes
estudiantes y ex militares rebeldes de Cuba que se empezaron a
concentrar de la mano de la CIA en una isla frente a la costa occidental
de Florida, en el golfo de México, desde donde se les envió a formarse
en países centroamericanos como Panamá y Guatemala, donde se fueron
incorporando otros nuevos reclutas.

Uno de aquellos primeros jóvenes era Jorge Gutiérrez Izaguirre, alias
«El Sheriff», un alumno de Derecho en la Universidad de La Habana que se
instruyó como radiotelegrafista y que fue designado como segundo jefe de
un grupo de infiltración que debía tomar contacto con los guerrilleros
anticastristas que estaban operando en la isla.

A sus 80 años, Izaguirre recuerda como si fuera hoy que a las siete de
la mañana del 19 de marzo de 1961, unas semanas antes del desembarco en
Bahía de Cochinos y habiendo contactado ya con la resistencia
anticastrista, el pequeño grupo con el que se encontraba amaneció
rodeado por unos 1.500 soldados del régimen en la provincia de Matanzas.

Tras formarse una «balacera», trató de cruzar una explanada y una bala
de un fusil belga Fal le atravesó desde la paleta hasta el esternón,
perforándole el pulmón derecho, mientras otros compañeros caían
fulminados a su lado, rememora mostrando el agujero que el balazo le ha
dejado de por vida en el pecho. Cuando intentaba reincorporarse con una
granada en la mano, un oficial se dispuso a terminar con su vida. «Hijo
de puta, te voy a rematar», le anunció. Sin embargo, cuando apretó el
gatillo el arma se le había encasquillado y pudo sobrevivir, explica
este antiguo combatiente en las instalaciones de la llamada Casa de la
Brigada 2506 en Miami.

Izaguirre estuvo después a punto de ser fusilado, pero volvió a esquivar
la muerte al suspender Fidel Castro la ejecución de prisioneros. En
cambio, acabó cumpliendo 18 años de prisión con trabajos forzados.

La aviación castrista, intacta
Una de las claves del fracaso de la operación de Bahía de Cochinos fue
que no se pudo acabar con la aviación castrista. Esteban Bovo Carás
pilotaba una de las ocho naves que volaron desde Nicaragua el 15 de
abril para bombardear la fuerza aérea del régimen.

Por una parte, se habían retirado las torretas de ametralladoras
traseras para reducir el peso de las naves y aumentar la autonomía de
vuelo, lo que les impidió defenderse como habrían podido hacerlo con
todas sus armas cuando un enemigo se situaba a su cola. «El primer día,
perdimos la mitad del escuadrón», se lamenta Bovo.

Por otro lado, tras las primeras protestas de Cuba ante Naciones Unidas,
Kennedy ordenó suspender los vuelos de los días siguientes, con lo que
buena parte de los aviones castristas quedaron intactos para hacer
frente al desembarco. «Eso fue suficiente para acabar con nosotros»,
recuerda el antiguo piloto de un B-26.

El día del desembarco, el 17 de abril, Luis González Lalondry se
encontraba a bordo del «Houston» con el Batallón 5, listo para
desembarcar con explosivos y las armas para distribuir entre los cubanos
que se sumaran a la invasión. Pero a las 9.15 de la mañana, el buque
recibió el impacto de un cohete lanzado por un T-33 y el capitán del
barco lo lanzó contra la costa para encallarlo y evitar que se hundiera
del todo, aunque no pudo impedir que parte de los hombres murieran
ahogados o alcanzados por la artillería en la cubierta. Los que llegaron
a la orilla, trataron de alcanzar Playa Larga, que fue donde «se
combatió más duro», señala. A su juicio, la de la Brigada 2506 fue «una
misión heroica».

Otro de los barcos, el Río Escondido fue alcanzado de lleno por los
bombardeos enemigos, provocando una explosión «gigantesca», rememora
Aurelio Pérez Lugones, que ejerció como segundo en el Servicio de
Inteligencia.

«La idea era que, una vez asegurada la cabeza de playa, aterrizaran los
aviones y se surtieran con lo que llevábamos en los barcos y comenzaran
a operar desde este aeropuerto», explica señalando sobre un mapa unas
pistas próximas a la bahía.

Para Pedro Corzo, presidente del Instituto para la Memoria Histórica
Cubana contra el Totalitarismo, «la política primó sobre las
consideraciones militares de los encargados de planificar la operación».
«Indudablemente el presidente no estaba convencido del todo de la
necesidad de ese tipo de acción militar.», señala Corzo, ya que «Kennedy
había heredado el plan de su predecesor y lo enmendó, convirtiendo lo
que en principio iba a ser una guerra irregular en una de tipo
convencional, sin facilitar los recursos que tal tipo de contienda demanda».

Source: Bahía de Cochinos: la invasión que pudo evitar más de cinco
décadas de dictadura en Cuba -
http://www.abc.es/internacional/abci-bahia-cochinos-invasion-pudo-evitar-mas-cinco-decadas-dictadura-cuba-201604170841_noticia.html

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