Wednesday, September 02, 2015

Llamarse yayabero

Llamarse yayabero
No se puede culpar a quienes se percatan de lo enfermo que está su
Yayabo y sienten vergüenza
miércoles, septiembre 2, 2015 | José Luis León Pérez

SANCTI SPÍRITUS, Cuba – Para Ezequiel Pérez González, llamarlo yayabero
"es una ofensa". Ello responde a la situación que exhibe el río conocido
como Yayabo, que otorga el sobrenombre a los hijos nacidos en la central
provincia de Sancti Spíritus, cuarta villa fundada por Diego Velázquez,
en 1514, la única que mantiene su nombre en latín.

Sin embargo, no se puede culpar a quienes se percatan de lo enfermo que
está su Yayabo y sienten vergüenza, o incluso se cuestionan si realmente
son dignos de tomar el gentilicio de 'yayaberos', que por décadas fue un
sello de orgullo y remembranza. El afluente del río Zaza, con sus 36 km
de longitud constituye uno de los símbolos más distintivos de los
espirituanos, pero acciones en su contra han creado un su cuadro de
contaminación y decadencia.

Esta divisa natural, de donde viene la tradicional leyenda del Güije del
Yayabo, ha bendecido a los moradores de su ribera durante más de cinco
siglos. Los pobladores de Sancti Spíritus construyeron un puente a
principios del siglo XIX que les permitió conectarse con la tercera
villa fundada por la corona española en Cuba, a principios de 1514, y
que había tomado el nombre de Santísima Trinidad.

Después de haber resistido casi dos centurias, el Puente sobre el río
Yayabo posee toques mitológicos para algunos pobladores de la Villa,
quienes sostienen que "este fue construido con leche de vaca, traída
para humedecer la mezcla de cal y arena y la no utilización de cemento".
En 1995 el puente fue proclamado Monumento Nacional.

No se conoce a ciencia cierta cuándo los vecinos de la ciudad decidieron
conectar las líneas de aguas residuales al cauce del río. Pero la
contaminación, con menor o mayor gravedad, impera desde tiempos remotos
y aparentemente no se hace lo suficiente para revertir el estado reinante.

El río Yayabo nace en una zona llamada El Copeyal, a una altura de 520
metros sobre el nivel del mar. El lugar, hoy deforestado, pertenece al
municipio de Fomento.

Una de las razones que no permiten explotar correctamente este recurso
natural es la Planta Potabilizadora de Agua del municipio de Sancti
Spíritus, ubicada río abajo después de los vertimientos de residuales de
varias comunidades, según explica un especialista del Grupo de Gestión
Ambiental del Centro de Investigación de la Tecnología y el Medio
Ambiente del territorio, a quien se le reserva anonimato.

El experto propone como solución ubicar la toma de agua río arriba y
asegurar que no existan descargas contaminantes en el cauce del Yayabo;
pero "se necesitan cuantiosos recursos para esta operación", comentó la
fuente.

El río Yayabo se encuentra afectado desde su tercio medio y bajo por
vertimiento de albañales domésticos y de instalaciones sin tratamiento.

Esto es provocado por la zona de desarrollo de la comunidad conocida
como Camino de La Habana, sin alcantarillado, así como vaquerías y
asentamientos que evacúan sus residuales por letrinas sanitarias que
drenan hacia la cuenca del río, según reseña el máster en ciencias Félix
Pentón, del Centro de Estudios Pedagógicos de Sancti Spíritus y otros
autores, en una investigación titulada: "El río Yayabo, un escenario
para el desarrollo de la educación ambiental escolar"
[http://www.ilustrados.com/tema/13098/Yayabo-escenario-para-desarrollo-educacion-ambiental.html],
de 2010.

Varias bibliografías identifican también los incendios forestales en la
franja del cauce y la aparición de cárcavas en las márgenes del río,
como otros entes que han contribuido a su deterioro o dan fe de él. Otra
problemática es el uso de plaguicidas en la agricultura, que contamina
los suelos, o la pérdida de cobertura vegetal de la cuenca del Yayabo.

Por su parte Ricardo Sánchez, residente en la comunidad Camino de La
Habana, identifica a "la extracción de arena que hacen las personas del
río para la construcción" como uno de los motivos de su lamentable estado.

Especialistas espirituanos refirieron como principales causas de la
erosión en las márgenes del río Yayabo "las fuertes crecidas en épocas
de lluvias, la deforestación y los tres cierres en su curso medio, así
como otras acciones antrópicas que ha sufrido". Del mismo modo
explicaron que la cantidad de viviendas situadas en las cercanías
"vierten sus líquidos residuales directamente a él. Igualmente los
colectores pluviales de las calles envían su contenido a la corriente
del Yayabo".

Asimismo cuantiosas empresas y organismos vuelcan los desechos de su
producción directamente en aguas del símbolo espirituano. La mayoría por
no tener las condiciones adecuadas para establecer un sistema de
alcantarillado que provea un tratamiento a los residuales. En resumen,
cada año se vierten al río 1 434 toneladas de DBO (Demanda Bioquímica de
Oxígeno, que equivale a decir carga contaminante), cuya concentración
oscila por tramos.

Maribel Acosta es nativa de la zona y también sufre por el daño de que
es víctima el Yayabo. "A nadie le importa; si dices algo, te buscas un
problema o los inspectores no se aparecen por aquí. Nadie resuelve el
problema de que las fosas del Camino de La Habana y de Las Cañas (otra
comunidad de la zona) desemboquen en el río", describe irritada.

Cada provincia posee inspectores de la Dirección Integral de Supervisión
(DIS), que se encargan de enfrentar las acciones de particulares que
afecten al río mediante la aplicación de multas. Pero, en Sancti
Spíritus, a pesar de las múltiples violaciones ambientales, "no se ha
aplicado un número acorde de multas", aseguran muchos.

El DIS puede aplicar penalidades que oscilan entre 200 y mil pesos (de
ocho a cuarenta dólares) por recoger arena. En el caso del vertimiento
de basura, la penalidad es de 200 a 600 pesos.

"Muchas veces se niegan a entregarnos el carné de identidad y otras
huyen. Incluso hemos sido agredidos en reiteradas ocasiones, y hasta
hemos tenido que llamar a la policía", confesó uno de los inspectores
del DIS.

A sus 87 años, Ezequiel Pérez González, el espirituano que se ofende si
le llaman yayabero, se queja de que "muchos sentimos observar lo
contaminado que está el río. Recuerdo cuando era joven y podía bañarme y
hasta pescar en cualquier parte de él. Es penoso su nivel de
contaminación y ver que nadie intenta revertir la historia".

Source: Llamarse yayabero | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/llamarse-yayabero/

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