La sinceridad de Bruno

La sinceridad de Bruno
agosto 26, 2015 3:00 am

Marianao, La Habana, Rogelio Fabio Hurtado, (PD) Otra vez el ministro de
Exteriores Bruno Rodríguez Parrilla se roba el show en las conferencias
de prensa con su homólogo estadounidense. Esta vez aseguró que se siente
"muy cómodo con nuestra democracia".

Kerry tampoco esta vez pareció sorprendido. Parece que ha mejorado su
español viendo películas de Cantinflas.

Asombra un tanto que Bruno Rodríguez, hijo de un consumado
marxista-leninista cubano, tome su propio ejemplo personal como criterio
de valor político general. Quizás el buen muchacho salió a su señora
madre. Después de todo, no hizo sino decir la purísima verdad, con una
sinceridad inusual en las lides diplomáticas.

El hecho de que ninguno de los periodistas autorizados a participar en
la rueda de prensa le pidiese que explicase su concepto de democracia,
ya evidencia lo holgado que puede sentirse el Canciller. Además, no
tiene que andar preocupado con ninguna contienda electoral. Su
maravilloso Partido Único está machihembrado al poder a perpetuidad: lo
suyo es obedecer, y punto.

Hay que reconocerle que lo hace con toda facilidad. No cuenta con la
verborrea volcánica de Roa. Tampoco la necesita en estos tiempos. Parece
políticamente menos ambicioso que el galán pinareño Roberto Robaina
González y mucho mejor educado que su muy pronto olvidado predecesor, el
grosero como pocos Felipe Pérez Roque, a quien tan caro le costó haberse
abalanzado hacia la Máxima Tribuna aquel soleado mediodía en el Cotorro.

Desconocemos los méritos silenciosamente acumulados por Bruno Rodríguez
para ocupar su alto cargo, ni siquiera sabemos en que Universidad
alcanzó sus títulos, ni dónde y cuándo hizo el servicio militar
obligatorio, pero esas son otras tantas ventajas de su democracia no
competitiva, que los numerosos malagradecidos preferimos llamar
totalitarismo.

Lo cierto es que, en definitiva, el canciller, con su aire de aplicado
Abelardito, ya le ha impartido un par de lecciones a Mister Kerry de lo
fácil y cómodo que es gobernar a la cubana.

No me extrañaría que el presidente Obama se percate y emprenda algunas
reformas antidemocráticas para facilitar más las cosas. La suerte de los
norteños es que ya es un poco tarde para que Obama pueda designar a
Hillary Clinton para que se instale de a pepe en la Casa Blanca.

Para Cuba actualidad: rhur46@yahoo.com; Rogelio Fabio Hurtado

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