Wednesday, August 26, 2015

El cisma de la oposición - un buen rédito para la dictadura

El cisma de la oposición: un buen rédito para la dictadura
agosto 26, 2015 3:01 am·

Capdevila, La Habana, Osmar Laffita Rojas, (PD) La oposición, en estos
últimos 25 años de lucha pacífica contra el régimen militar dictatorial
corporativo cubano, ha estado atrapada por divisiones y conflictos
intestinos que han hecho abortar los proyectos en los que
infructuosamente se han enfrascado.

Desde que en 1996 naufragó el proyecto de unidad opositora Concilio
Cubano ha habido otros de vida efímera.

A finales de los años 90, la concertación política conocida como Mesa de
Reflexión de la Oposición Moderada dio a conocer el documento político
más avanzado del momento, la Plataforma Común.

Poco después, se formó otra agrupación de partidos opositores y
movimiento de derechos humanos, conocida como Todos Unidos, cuya
principal tarea fue impulsar el Proyecto Varela.

Tanto una como otra concertación, por su denuncia de los atropellos y
las violaciones de las libertades y las campañas por la liberación de
los presos políticos tuvieron gran repercusión tanto dentro como fuera
de Cuba.

Estas concertaciones cobraban cada día más protagonismo: se sumaban
personas que disentían del actuar del régimen, organizaciones del exilio
y los gobiernos de los Estados Unidos y la Unión Europea le prestaban ayuda.

Pero un profundo abismo existía entre los movimientos opositores y el
pueblo, resultado de total silenciamiento de sus actividades por parte
de los medios oficiales, que en las pocas ocasiones en que se referían a
ellos, los tildaban de apátridas, mercenarios, contrarrevolucionarios,
enemigos de la nación.

El miedo ha penetrado con fuerza en la psiquis de la mayoría de los
cubanos. Cuando alguien se entera de que una persona es un opositor o un
periodista independiente, es como si estuviera presencia del diablo: le
huye, para no buscarse problema.

En marzo de 2003, Fidel Castro, asustado por el auge que había
experimentado el periodismo independiente, con numerosas agencias de
prensa que funcionaban en diferentes provincias del país, ordenó la ola
represiva conocida como la Primavera Negra. 75 luchadores pacíficos por
la democracia fueron apresados y en juicios sumarísimos condenados a
largas penas de prisión.

Tales hechos concitaron el rechazo y la condena a nivel internacional.
La Unión Europea rompió sus vínculos políticos con el gobierno cubano.
Destacadas figuras de la intelectualidad, que por años mantuvieron
excelentes relaciones con el gobierno de Fidel Castro optaron por
distanciarse o romper definitivamente con él.

Ante la acción punitiva del gobierno, cundió el miedo y algunos optaron
por no continuar en la oposición. Parecía que la dictadura había
resultado victoriosa y que la lucha opositora y el periodismo
independiente hubiesen llegado a su fin, que no se podría reorganizar
nuevamente.

Pero no fue así, a las pocas semanas de la Primavera Negra comenzaron
los desfiles por la Quinta Avenida de Miramar, luego de la Iglesia de
Santa Rita, de las recién surgidas Damas de Blanco, movimiento integrado
por las madres, esposas, hermanas e hijas de los encarcelados que pedían
su liberación.

Como era de esperarse, tanto las marchas de las Damas de Blanco como las
actividades de los partidos y movimientos opositores, provocaron una
desproporcionada reacción de la policía política, que no vaciló en
emprender despiadadas acciones represivas: golpiza, detenciones, juicios
amañados, condenas de cárcel. Pero no fue impedimenta para los
determinados a seguir la lucha.

Ese fue el caso de los escritores y periodistas que en 2007 crearon el
primer periódico digital cubano, al que bautizaron como Primavera de
Cuba, el cual desde esa fecha y hasta el presente, no ha dejado de
colgarse en Internet todos los jueves.

Los represores pensaban que el periodismo independiente había muerto,
pero se equivocaron: con Primavera Digital resurgió con más fuerza el
periodismo independiente.

En los últimos la cartografía opositora en Cuba ha sufrido sensible
cambio. La desconfiguración del discurso político opositor, contrario a
lo que todos esperaban, fue cuando el gobierno cubano reformó las leyes
migratorias.

Antes de entrar en vigencia, la policía política y la Dirección de
Inmigración y Extranjería imponían a los opositores mil trabas para
dejarlos salir del país. De repente, los luchadores pro-democracia, con
su pasaporte y el visado del país que visitarían, pudieron salir y
regresar, a pesar de que en el aeropuerto son recibidos por la policía
política, que cachea de manera minuciosa sus equipajes y se apropia de
lo que ellos califican como materiales subversivos que ponen en peligro
la seguridad nacional.

El primer gran rédito logrado por la dictadura con la reforma migratoria
fue que cuando los opositores comenzaron a viajar al exterior, las
actividades de muchos de esos partidos y movimientos, con honrosas
excepciones, disminuyeron.

Muchos dirigentes opositores que salen y entran de Cuba continuamente,
se desconoce a qué fueron, cuáles han sido los resultados de sus viajes
y como esto se ha articulado estos resultados en la lucha para poner fin
a la dictadura. Pero lamentablemente todavía se está a la espera de que
algunos respondan estas interrogantes.
La situación de la oposición cubana se ha agravado luego del
restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Ante tal hecho, la oposición ha sido incapaz de reaccionar como un solo
cuerpo, lo que ha constituido un lamentable error, precisamente cuando
más se precisaba una concertación de todas las fuerzas políticas, al
margen de sus naturales diferencias coyunturales tácticas e ideológicas.
De haberse consumado esa unidad, pese a las diferencias, se hubiese
podido elaborar un equilibrado programa político de denuncias y
propuestas dirigidas al régimen.

La oposición, de haber estado unida, hubiese enviado un claro mensaje de
que las fuerzas opositoras rechazaban la farsa de la distensión y el
relajamiento, que han tirado un manto oscuro sobre los graves problemas
que desde hace más de 50 años están todavía pendientes de solucionar en
Cuba.

Ni Washington ni La Habana tuvieron en cuenta los puntos de vista de los
luchadores pro-democracia: el gran beneficiado de este arreglo, sin dar
nada a cambio, fue la dictadura.

Los integrantes de Espacio Abierto de la Sociedad Civil, donde
sobresalen figuras como Elizardo Sánchez Santa Cruz y Manuel Cuesta
Morúa apoyaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas,
mientras que los integrantes del Foro por los Derechos y Libertades,
entre los que aparecen Antonio Rodiles y Berta Soler, desde el primer
momento se desmarcaron y dejaron claro su total rechazo a dichos
compromisos.

La división de la oposición ante el arreglo entre la Casa Blanca y La
Habana era precisamente lo que la dictadura buscaba.

El más perjudicado por el cisma de la oposición es el pueblo cubano, que
no tiene a quien acudir para que lo ayude a salir de las penurias y
calamidades en las que los tiene sumido el régimen desde hace más de
medio siglo.

El asunto no es cuantas agrupaciones o concertaciones existan. Esa no es
la solución para poner fin de una vez por todas a más de 50 años de
dictadura.

Después de tantos años no se acaba de materializar la unidad entre las
fuerzas opositoras cubanas. Mientras no ocurra, no se podrá hablar a la
dictadura militar con una sola voz, ni trabajar unidos por el
restablecimiento de la democracia, la libertad y los derechos humanos
que la dictadura conculca diariamente a todos los cubanos, sean
opositores o no.

Para Cuba actualidad: origenesmadba@gmail.com; Osmar Laffita Rojas

Source: El cisma de la oposición: un buen rédito para la dictadura |
Primavera Digital -
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