"Soy un guajiro entrometido"
JUAN CARLOS FERNÁNDEZ, Entronque de Herradura | Enero 31, 2015
Entronque de Herradura es un pueblito en el pinareño municipio de
Consolación del Sur. Llego hasta allí en busca de Eduardo Díaz Fleitas,
un cubano de verbo rápido, destreza para la décima y una valentía
comprobada. Estuvo entre los 75 opositores condenados durante la
Primavera Negra de 2003, pero ni siquiera la larga prisión le hizo
perder la sonrisa y el ingenio.
Fleitas asegura que "solo [es] un guajiro entrometido". En esta
entrevista habla de su vida, de sus inicios en el activismo y de esa
otra pasión que es la tierra donde trabaja desde que tiene uso de razón.
Pregunta: En otras entrevistas siempre sale a relucir su labor como
opositor, pero me gustaría hablar de su historia personal. ¿Qué hacía
antes de ese fatídico marzo de 2003?
Respuesta: Desde niño trabajé en el campo. Tuve que crecer rápido y
estudié mecánica automotriz. Después me hice chofer y hasta manejé un
ómnibus. En 1989, comencé como taxista y, más tarde, inspector de
transporte. Sin embargo, en el año 1993 dejé de trabajar para el Estado
al exigir que me pagaran con dólares para poder comprar en las tiendas
en divisas, pues la moneda nacional no tenía ningún valor. A partir de
ese año y hasta el día de hoy trabajo en la vega con mi padre.
P: ¿De dónde le llegaron los valores éticos y morales que rigen su vida?
R: Mi padre me transmitió respeto, bondad, honestidad, amor por el
trabajo, espíritu de servicio y ayuda a los demás. De mi madre,
campesina y ama de casa, he aprendido el esfuerzo y la entereza, así
como la fidelidad y también el amor, que he visto en ellos mismos, pues
están casados desde el año 1950.
P: ¿Cómo fue el proceso que le llevó a decepcionarse de un proceso
político y social que desde sus inicios dijo defender al campesinado?
R: Al triunfo de la revolución pensamos, como muchos, que era algo
bueno. Pero a los tres o cuatro meses empezaron a pintar mal las cosas;
los fusilamientos, la tierra ya no era nuestra. El discurso andaba por
un lado y la realidad por otro. Todo eso me fue despertando.
P: Pero de la inconformidad al activismo hay un largo trecho. ¿Cuándo
empezó a ser públicamente un disidente?
R: En el año 1988. Desde entonces y hasta la fecha he militado en varias
organizaciones opositoras y ocupado diferentes responsabilidades.
P: Durante la Primavera Negra de 2003 fue detenido junto a otros
disidentes, periodistas, bibliotecarios y sindicalistas independientes.
Le condenaron a 21 años de privación de libertad y estuvo casi nueve
años tras las rejas. ¿Cuán dura fue la cárcel?
R: Lo que más me impactó del sistema penitenciario cubano es la inmensa
crueldad con la que se trata al reo, sea este político o no. Allí eres
una no persona, estás a merced de tus carceleros. Vi presos sumamente
enfermos pedir atención médica y los custodios se reían en sus caras.
¡Hay que humanizar las prisiones cubanas!
También tengo que decir que la prisión me brindó la posibilidad de ver,
para mi asombro, cuánta gente apoya de una manera u otra al movimiento
opositor pacífico en Cuba. Nunca me sentí solo ahí adentro. El presidio
me dio, además, la oportunidad de no albergar ni una gota de odio en
contra de mis victimarios. En mi corazón no existe el odio ni el rencor
hacia ellos.
P: Ha participado en varias iniciativas de unidad entre las fuerzas
opositoras, la última de ellas el Espacio Abierto de la Sociedad Civil
Cubana. ¿Cree que se pueda lograr el consenso a pesar de las diferencias?
R: Toda propuesta de ese tipo es algo excelente. Lo que sí considero
fuera de cualquier justificación es la descalificación y el ataque
personal entre nosotros mismos. Ese es el método que utiliza el Gobierno
cubano en contra nuestra, es antidemocrático y para nada ético. Ningún
activista debería caer en algo así. Debemos tener consenso en puntos
mínimos y eso es lo que ha logrado Espacio Abierto y lo que hemos
buscado durante años. Estoy contento de poder participar en esa iniciativa.
P: ¿Qué opina de la intención de los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos
de restablecer relaciones diplomáticas después de más de medio siglo de
confrontación?
R: A partir del 17 de diciembre pasado comenzó una nueva era para Cuba.
El Gobierno de Estados Unidos se ha dado cuenta de que la anterior
política era un callejón sin salida y ahora se abre un sinfín de
oportunidades para nuestro pueblo.
He preguntado a la gente sobre las medidas anunciadas por el Gobierno
norteamericano y las ven con buenos ojos, porque significan prosperidad
para el pueblo. Pero cuando les he preguntado sobre lo que piensan del
Gobierno cubano ante este reto, me responden que no confían en él. Sin
embargo, soy optimista. Tenemos que luchar pacíficamente por que este
momento no se aborte. Hay que crear conciencia de que el diálogo es lo
mejor. Creo que Estados Unidos está comprometido con nosotros y ha
enfrentado inteligentemente al régimen.
Tenemos que tener valor nosotros para reclamar la democracia y que se
respeten nuestros derechos. La era de cambios puede estar llegando para
todos los cubanos y corresponde a todos hacerlo en armonía. Cuba tiene
que volver a florecer ¡con todos y para el bien de todos!
La unanimidad no es buena. Debemos vivir en la diversidad. Pero es bueno
que todos seamos unánimes cuando de ser diferentes se trate. Vaya... que
mejor lo digo en verso:
Cubano,
¿por qué es que te da lo mismo
estropear tu dignidad?
Pues tanta calamidad
jamás te dará heroísmo.
Entierra ese pesimismo
que diariamente te agrede.
Levanta la voz, tú puedes
ser ejemplo de titán.
Despierta de los que están
presos en sus propias redes.
Source: "Soy un guajiro entrometido" -
http://www.14ymedio.com/entrevista/Solo-guajiro-entrometido_0_1716428348.html
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