El error de la izquierda en Cuba
Si la izquierda quiere salvarse en Cuba debería empezar a tender manos
hacia el pueblo y dejar de frecuentar los círculos del poder revolucionario.
Joan Antoni Guerrero Vall
febrero 13, 2014
La Posición Común está en camino de desmantelarse. Este inicio de 2014
ha supuesto un arranque fabuloso para el Gobierno cubano, porque ha
empezado el año con muy buen pie y con los mayores espaldarazos que
podía obtener: ya sea porque la CELAC fue un éxito, porque Ban Ki-moon,
representando a la ONU, se dejó caer por la isla, la Unión Europea, unos
días después, abre las puertas a establecer una buena relación y hasta
el Partido Popular en España, que en principio es el aliado político más
cercano a la oposición cubana y al exilio, dice que el giro europeo
supone un blindaje para los opositores en la isla.
Resulta, en cambio, un poco desconcertante para los oídos escuchar tanto
optimismo alrededor de Cuba con esta luna de miel internacional que
viven los dirigentes cubanos de siempre con los presidentes de turno de
los países con los que mantienen relaciones. En principio todo el mundo
está a favor de los derechos humanos, incluso al mismo Raúl Castro no se
le ensombrece el rostro cuando habla de paz y de respeto, mientras en el
patio trasero se escuchan las voces de los opositores arrastrados
regularmente por La Habana, Santiago de Cuba o cualquier otro rincón de
esa maltratada isla.
En algunas notas de prensa se alude a veces al "radicalismo" del exilio,
de la oposición, y es realmente curiosa, además de bochornosa, que se
establezca precisamente esa relación que, por otro lado, no parece que
se sostenga teniendo en cuenta la realidad. Es un tópico más, alimentado
por los que deciden contemplar el conflicto cubano desde un prisma
simple, el propuesto por el régimen desde 1959, reduciendo el debate a
una lucha entre derecha e izquierda, imperialismo o antiimperialismo,
cuando en realidad la discusión central, el problema principal es de
dignidad humana, de derechos humanos y de problemas sociales sin
resolver por culpa de guerras políticas en las que se entretienen los de
arriba.
La izquierda occidental, si en lugar de aferrarse al concepto fósil de
la Revolución cubana como sinónimo de progreso y lucha a favor de los
pobres, se dedicara a escuchar a las víctimas que este proceso ha
ocasionado, comprobaría cuán lejos está esa Revolución de haber
conseguido unos mínimos de justicia social en Cuba y cuál ha sido el
coste real de sus experimentos en relación con el merecido disfrute de
los derechos fundamentales por parte de todos y cada uno de los cubanos.
Si la izquierda quiere salvarse en Cuba debería empezar a tender manos
hacia el pueblo y dejar de frecuentar los círculos del poder revolucionario.
La Revolución cubana, que es una dictadura de los pies a la cabeza,
tiene que dejar de ser la chapa en la solapa con la que algunos
pretenden mostrar sus méritos progresistas. Cuando el progresismo deje
de ser una opción estética y pase a ser una vocación real de defensa del
progreso y de prestación de ayuda efectiva a los demás, a nadie le
importará meterse con esas vacas sagradas de la izquierda que, lo único
que hacen, es apropiarse de unos valores que están muy por encima de sus
intereses partidistas.
Confundir el totalitarismo cubano con progresismo es, sin lugar a dudas,
el peor de los errores de la izquierda actual. Pero además es un
atentando contra los principios de democracia real, justicia social y
solidaridad. Se antepone el criterio estético (aparecer en la foto con
una vaca sagrada del supuesto progresismo) a la cruda realidad de un
país hundido y en una delicada situación, que no avanza por el afán de
poder de unos cuantos quienes, con su actitud, causan infinidad de
perjuicios a la gran mayoría.
Source: El error de la izquierda en Cuba -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-izquierda-espaldarazo-derechos-humanos-/31994.html
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