Cuba: la guerra interna y silenciosa
Ariel Hidalgo
El régimen cubano, que por más de cincuenta años ha mantenido el control
absoluto del país, no teme tanto a la disidencia u oposición declarada.
Después de todo ésta ha podido ser mantenida en una franja marginal de
la sociedad, no sólo por la intimidación y estricto control para
contener sus manifestaciones bajo techo e impedir su desplazamiento
hacia las calles, sino además por el predominio en ese movimiento de un
discurso excesivamente politizado para una población cuyas
preocupaciones son por ahora la satisfacción de las necesidades más
inmediatas.
Ese régimen teme mucho más a las fuerzas de la izquierda democrática
nacidas en los propios marcos institucionales del Partido-Estado, teme a
las iniciativas independientes comunitarias, a la autoorganización
ciudadana y a todos aquellos proyectos que se dirigen a dar voz y
espacio a las manifestaciones de la gran diversidad de la población
cubana, principalmente porque éstas se producen en las propias bases en
las cuales ese régimen se ha estado nutriendo y en segundo lugar porque
enarbolan consignas y proyectos que mejor se avienen a los más urgentes
requerimientos populares. Entre esas manifestaciones ha ido cobrando
vida, sobre todo, un gran movimiento socialista libertario como reacción
al excesivo control estatal partidocrático, paralelo a otra corriente,
también independiente, del socialismo democrático participativo. Ambas
tendencias, que pueden discrepar en cuanto a si deben existir –o en qué
medida–, las normativas y regulaciones estatales, tienen más
coincidencias que diferencias: en primer lugar el rechazo al control
absoluto del Partido-Estado, y segundo, la necesidad de sustituir la
propiedad estatal por el sistema autogestionario de los trabajadores.
Ese régimen viene contrarrestando esas manifestaciones desde su misma
cuna a fines de los 60 en la Facultad de Filosofía cuando ordenó el
cierre de la revista Pensamiento Crítico y luego mediante la purga del
Centro de Estudios de América (CEA), departamento nacido en el mismo
seno del Partido Comunista, acciones represivas que implican el riesgo
de un posible costo político: el descontento dentro de sus propias
filas. Por eso semejantes medidas sólo se realizan en un clima de plaza
sitiada que el supuesto enemigo externo contribuye a fomentar impulsando
proyectos-leyes en una nación poderosa tradicionalmente considerada por
muchos cubanos como una amenaza permanente a la soberanía desde los
tiempos de la Enmienda Platt. Ahora, con una administración demócrata
contraria a favorecer ese clima, la alta dirigencia cubana se limita a
censurar y bloquear silenciosamente muchos de esos proyectos sin
actitudes dramáticas como clausuras o purgas. En diciembre de 2009 el
grupo Observatorio Crítico denunció desde Cuba, con amplio respaldo de
figuras e instituciones de la cultura, actos de censura contra el
activismo, la información y el debate socioculturales.
Hoy es el propio Observatorio Crítico el que ha sido víctima de la
censura. "Los mensajes enviados a direcciones del servidor nacional
Infomed no son recibidos y son rebotados de vuelta, y han impedido la
recepción a direcciones de correo de algunas facultades de la
Universidad de La Habana", denuncia un documento firmado por más de
treinta intelectuales y destacadas personalidades, tanto cubanos como de
otros países, que van desde prominentes académicos como el autor y
profesor emérito de Ciencias Políticas Samuel Farber hasta destacadas
figuras políticas como la comandante sandinista Dora María Téllez.
El documento también denuncia el sabotaje al Primer Festival Cultural
ArtEco Arte, Ecología y Comunidad ¡Por Amor a la Tierra! Organizado por
el Colectivo La Rueda –grupo autodenominado socialista libertario–, en
San Antonio de Los Baños, junto al río Ariguanabo, con los recursos
personales de los miembros de esa comunidad, y que había sido incluido
en el plan de actividades de la Dirección Municipal de Cultura, fue
suspendido horas antes por el Director de Cultura. Algunos artistas e
instructores de arte, así como dos miembros del Colectivo, "fueron
citados para intimidarlos e interrogarlos, haciendo hincapié en el
significado de las consignas: ¡Apoya a tu Comunidad! ¡Únete al Cambio!".
Se denuncia, igualmente, "advertencias, amenazas e intimidaciones contra
participantes, público y amigos de Estado de Sats, proyecto de
divulgación audiovisual por internet que en los últimos tiempos había
dado amplio espacio informativo sobre todas estas manifestaciones
independientes.
Tras el dramático escenario de la represión contra la disidencia se
libran otras batallas, internas y silenciosas.
Infoburo@AOL.com
http://www.elnuevoherald.com/2012/03/02/1141617/ariel-hidalgo-cuba-la-guerra-interna.html
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