"Tomé la decisión de desertar para ser más libre de lo que era", dice
nadador cubano
El medallista Rafael Castillo, quien ahora se encuentra en Miami,
abandonó a finales de noviembre la delegación cubana en los Juegos
Parapanamericanos de Guadalajara 2011
EFE, Miami | 08/12/2011
El nadador cubano discapacitado Rafael Castillo, medalla de oro en los
Juegos Parapanamericanos de Guadalajara 2011, cruzó la frontera entre
México y Estados Unidos en busca de asilo con apenas una muda de ropa y
la presea que había ganado el día anterior.
Castillo, a quien por negligencia médica le amputaron el brazo y la
pierna izquierda cuando era un bebé, desertó del equipo cubano en
noviembre pasado y emprendió su viaje hacia Miami donde presentará su
solicitud de asilo político.
"Nunca planifiqué desertar. Se me ocurrió un día después de batir el
récord, al mediodía. Estaba almorzando solo, sentí tanta rabia de todas
las cosas que me habían hecho en Cuba, que no quería volver", relató
Castillo en una entrevista.
El deportista, de 25 años, obtuvo en los Parapanamericanos de
Guadalajara la medalla de oro en los 50 metros estilo mariposa y fijó
nueva marca continental con un tiempo de 33 segundos, además de una
presa de plata en los 100 metros libres.
"Tomé esta decisión porque pensé que para mí el deporte iba a ser mucho
mejor aquí que allá, y para ser más libre de lo que era", dijo el
deportista, que llegó a Miami hace 15 días.
Detalló que en Cuba se sentía limitado al no poder asistir a más eventos
deportivos internacionales, y que le impidieron participar en unas
cuatro competencias, incluyendo una en Holanda después de que había
esperado "tanto por ir a un mundial".
"Me lo prohibían, no me dejaban salir (…) no sé por qué. Estaba muy
preparado para todas esas competencias", explicó al quejarse de la
situación que, según él, experimentan muchos deportistas cubanos.
"Por eso creo que desertan tanto", subrayó.
Otro problema que confrontó, al igual que otros deportistas
discapacitados de la Isla, era que sólo le suministraban la adecuada
alimentación cuando competía.
"Es lo que llaman allá el refuerzo priorizado, que está reservado para
los atletas convencionales, no para los discapacitados", dijo.
Castillo quedó discapacitado después de que en un hospital de su país le
suministraron un "suero vencido porque estaba deshidratado".
"Eso condujo a amputarme la pierna y el brazo porque me creo casi una
gangrena", precisó.
Para emprender su arriesgada travesía hacia EEUU, Castillo recurrió a
una joven mexicana, voluntaria en la sede los juegos, quien lo trasladó
en un vehículo fuera de la villa panamericana.
"Saqué la mochila con varias cositas de ropa que me sirvieran, y sin
papeles porque una vez que llegas al país donde vas (las autoridades
cubanas) te los quitan. Las medallas las traigo conmigo", narró el
cubano, nacido en la ciudad oriental de Las Tunas.
Castillo viajó solo en autobús desde Guadalajara hasta Matamoros y allí
cruzó la frontera a través de Brownsville (Texas).
Para comprobar su nacionalidad, mostró a las autoridades de Inmigración
la credencial que portaba dentro de la villa panamericana y sus medallas.
En territorio estadounidense, contactó a un amigo periodista que a su
vez comunicó el caso a un canal de televisión de Miami, que le pagó el
boleto por avión.
El abogado, Wilfredo Allen, dijo que presentará en las próximas semanas
el asilo político del deportista, a quien puso en contacto con un
entrenador cubano que fue el pionero del programa de natación para
discapacitados en Cuba, en 1985.
"Al presentarse en la frontera como cubano y pedir asilo político le
dieron un 'parole', que es un documento de identificación de EEUU que le
permite vivir y trabajar legalmente aquí", explicó.
Puntualizó que al desertar de un equipo deportivo cubano, el
Departamento de Estado estadounidense lo considera como una persona que
posiblemente sea perseguida si regresa a Cuba.
"Eso ayuda en la preparación del asilo político, que espero sea
presentada la solicitud en las próximas semanas. Espero que la decisión
sea positiva", añadió.
El entrenador Yand Martínez dijo que las perspectivas que tienen con
Castillo "es tratar de llevarlo a la elite de natación de Estados Unidos".
Martínez, creador del programa deportivo para discapacitados en Cuba,
desertó en 1992 en Venezuela durante una misión y en el 2002 emigró a
Estados Unidos.
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