Miércoles, Diciembre 28, 2011 | Por Alberto Méndez Castelló
PUERTO PADRE, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) – "Hay que borrarse de
la mente eso de los siete años. Llevamos cincuenta años diciendo que
hasta los siete años; hay que producir leche para todo el que quiera
tomarse un vaso y hay tierra para producirla aquí" –dijo el entonces
Presidente en funciones, Raúl Castro, en la plaza Agramonte, de
Camagüey, en el lejano 26 de julio 2007, en alusión a que los niños en
Cuba sólo tienen derecho a tomar leche hasta los siete años.
A unas cuantas cuadras de aquí, al igual que en toda Cuba, hay tierras
para producir leche para todo el que quiera tomarla, si no estuviera el
monopolio del Estado de por medio. También es cierto que desde que el
General habló en Camagüey, y el Estado mejoró la paga a los vaqueros, la
producción de leche aumentó en Cuba.
Como el precio estatal subió, en la misma medida aumentó el precio de la
leche en el mercado negro. Con todo, todavía era posible a una pareja de
ancianos, o a un padre de familia con hijos mayores de siete años, sin
acceso al racionamiento, llevar a la casa un poco de leche para el
desayuno; pero ya no. Ahora el vaso de leche está más distante de "todo
el que quiera tomarse un vaso", como dijo el General.
Resulta que con los monopolios, y más cuando son monopolios de
capitalismo de Estado, no hay ventas al por menor, y menos consumidor
que resista ¿Es cierto eso de que toda la leche que monopoliza el Estado
es para los niños de hasta siete años y los hospitales? ¿Acaso es verdad
que la leche racionada para los enfermos y los niños es subvencionada
por el Estado?
Para fabricar una tonelada de leche en polvo se necesitan 10 mil litros
de leche; supongamos que el Estado la paga a 2 pesos 30 centavos el
litro; esto es, 23 mil pesos. Pero el kilogramo de leche en polvo lo
venden en las tiendas recaudadoras de divisas a 5 pesos 25 centavos en
moneda convertible. Esto significa que los 10 mil litros de leche
pagados a 23 mil pesos devaluados, se transformaron en mil kilogramos de
leche en polvo que, vendidos a 5.25 cada paquete, importan la bonita
suma de 5 mil 250 pesos convertibles.
Nada menos que 131 mil 250 pesos obtenidos de esos 23 mil que pagaban al
vaquero. Nada, que rinde plata la leche, luego de cubrir los gastos de
producción.
Como en el mercado mundial una tonelada de leche en polvo se cotiza a
unos 4 mil 200 dólares, mucho más que lo que costaría producirla aquí,
ahora el Estado incrementará el precio de acopio, pagando al vaquero lo
que cobraba en el mercado negro: 5 pesos devaluados (0.2 centavos de
peso convertible por litro).
¿Esto significa que habrá leche para todo el que quiera tomarse un vaso?
Nada de eso. Habrá más leche en polvo en las tiendas recaudadoras de
divisas y, por supuesto, más helados.
No se debe olvidar que a nivel mundial el helado es el producto más
rentable de la industria láctea. Según fuentes oficiales, en 2010 se
produjeron en Cuba más de quince millones de galones, y este año la
cifra debe mantenerse en el orden de los 36 millones de pesos
convertibles, 900 millones de pesos devaluados, si tenemos en cuenta que
cada galón cuesta 60 pesos en el mercado paralelo, y mucho más en la red
de turismo y tiendas recaudadoras de divisas.
Eso de que en Cuba hay tierras para producir leche para todo quiera
tomarse un vaso es un sofisma. Al menos, mientras el capitalismo de
Estado, llamado acá revolución, ejerza el monopolio sobre los medios de
producción. Luego, ¿por qué hablan de cambios en Cuba?
http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfun-vaso-de-leche-dijo-el-general/
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