[09-12-2011]
Elías Amor Bravo
Economista, Unión Liberal Cubana
(www.miscelaneasdecuba.net).- En ese continuo goteo de noticias
procedentes del régimen castrista, sobre los "cambios" introducidos para
suavizar las graves tensiones que el modelo de planificación
centralizada y ausencia de propiedad privada está teniendo sobre amplios
sectores de la sociedad cubana, ahora nos llega la autorización para
publicar en el directorio de ETECSA, las "páginas amarillas" anuncios
por los cuenta propistas y los que prestan los servicios privados
autorizados por el régimen. Nada nuevo bajo el sol
Primero, que en Cuba se tenga que "autorizar" por el régimen algo tan
simple como publicar un anuncio en unas páginas amarillas de una guía
telefónica, nos da una idea bastante exacta de hasta dónde ha llegado el
sistema estalinista absurdo implantado por los hermanos Castro durante
más de medio siglo, y el tipo de situaciones aparentemente
incomprensibles que se derivan de esa apuesta fracasada.
Segundo que ETECSA es un monopolio estatal que, previsiblemente, para
ahorrar gastos, ha recibido la autorización del régimen para "recaudar"
fondos de las actividades privadas que son, hoy por hoy, las únicas que
generan recursos suficientes por la mayor eficiencia y productividad que
presentan con respecto a las aburridas empresas estatales.
Tercero, porque cualquiera que tenga conocimientos básicos de Economía y
marketing sabe que este tipo de anuncios sueltos, carece de utilidad
para aquellos que se informan. Mucha más eficacia tenían durante el
período especial aquellos ciudadanos que, contratados por los paladares
que se habían abierto en La Habana (y que posteriormente fueron cerrados
por el régimen) se colocaban a la puerta de los hoteles y se acercaban a
los turistas para informarles boca a oído de las ventajas de calidad y
precio de comer en los paladares. De paso, los gerentes de estos
establecimientos, les pagaban una especie de "comisión" por hacer este
trabajo.
Aquello, cuando empezó a funcionar realmente y a dar buenos resultados,
fue suprimido por el régimen con uno de esos zarpazos colectivistas a
los que los cubanos no se acostumbran, ya que cada vez que se aflojan
los mecanismos de control y represión económica, el carácter emprendedor
de los cubanos aflora y el sistema de empresa libre se abre camino
frente a la pétrea estupidez de los gobernantes estalinistas.
El que ahora el régimen castrista permita a los trabajadores privados,
por primera vez en medio siglo, insertar publicidad en un medio estatal
no deja de ser contraproducente. Para muchos cubanos nacidos después del
triunfo de la llamada "revolución" la publicidad es algo del vecino del
Norte, del capitalismo, un sistema "maligno" para el adoctrinamiento
estalinista, pero que la mayoría admira y adora.
Si alguien del gobierno castrista tuviera alguna idea de lo que
representa el marketing empresarial, como técnica fundamental para la
gestión de los negocios que se orientan al mercado, sabría que los
anuncios en el medio estatal de ETECSA lejos de ser beneficiosos, pueden
llegar a ser contra producente. Primero, porque la imagen de monopolio
es bastante negativa de por sí, de modo que los gestores de
establecimientos privados se verán "obligados" a pagar sus "anuncios"
con un escaso éxito comercial, como bien pronto se podrá ver.
Segundo, porque la publicidad tiene sus reglas. Tal vez habría que haber
estudiado las necesidades existentes en el mercado, después diseñar bien
el producto o servicio a prestar, fijar los precios en términos
competitivos, diseñar la distribución y finalmente, cuando todo lo
anterior esté claro, fijar la política de comunicación. Empezar la casa
por el tejado, en asuntos económicos, es desastroso. Como juego, no deja
de ser simpático. Cuentapropistas, paladares, peluquerías, cafeterías,
etc colocando anuncios en los directorios de ETECSA jugando a la
economía privada para cumplir el manual "del buen revolucionario" que
son los llamados "lineamientos". Cuánto tiempo perdido, cuanto
experimento sin razón, y cuanto desperdicio de talento, esfuerzo e
inteligencia.
Para tener una idea del escaso efecto que esta "comunicación"
publicitaria va a tener sobre la población basta con conocer el
mecanismo de inserción, que consta de dos etapas. En la primera se
publican dos secciones en las Páginas Amarillas: una con la información
de las entidades y otra con las categorías referentes a los productos y
servicios que ofertan los trabajadores por cuenta propia. A ver quién se
va a dedicar a ver esas secciones para localizar los servicios que desea
contratar o consumir. Y después, el precio, nada más y nada menos que
unos 10 dólares (unos 220 pesos cubanos) por inserción. ¿Se puede pensar
en algún mecanismo más atinado de recaudación? Al final ETECSA como buen
monopolio, actúa de acuerdo con las directrices de quién manda. ¿No es así?
Si el régimen cree que, con este tipo de decisiones puede adquirir una
cierta legitimidad reformista anda muy equivocado. Quienes pusieron fin
al sector publicitario en Cuba, provocando la estampida de brillantes
profesionales hacia un duro y difícil camino del exilio, que habían
construido uno de los sectores publicitarios más creativos, eficientes y
profesionales de América Latina, hace más de medio siglo, no nos van a
convencer autorizando a los cuentapropistas a contratar espacios
publicitarios en la guía de ETECSA.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34551
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