[09-12-2011]
Arnaldo Ramos Lauzurique
Economita, Ex Preso de Conciencia del Grupo de los 75
(www.miscelaneasdecuba.net).- Más de medio siglo después de iniciado un
experimento fracasado, a Raúl Castro solo se le ocurrió dar un consuelo
macabro a los concurrentes a la Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Hay que conformarse, dijo, si los niños no tienen zapatos porque hay
niños que no tienen pies, y redondeó esa idea expresando: "…, por muy
difícil que sea la situación de un país, por muy compleja y grande que
sea nuestra pobreza, siempre hay alguien más pobre que nosotros…" y
añadió que a Cuba le falta de todo, pero mostrándose generoso indicó,
que estamos dispuestos a compartir nuestra pobreza. Un consejo malsano
acompañado de la confesión de que el régimen hundió a Cuba en la miseria.
Casi al final de su discurso, en una maniobra que parece haber
sorprendido a muchos mandatarios, hizo aprobar sin votación oficial la
sede de Cuba para la Cumbre de 2013, con lo cual mal empiezan las cosas
para esa organización.
Desde luego que la situación económica y social de Cuba es desastrosa,
de lo cual es un atisbo la información publicada en el diario Granma el
2 de diciembre sobre la reunión ampliada del Consejo de Ministros, que
se dio a conocer una semana después de su celebración con el fin no
logrado de dorar la píldora. Allí solo se habla de incumplimientos en
diversas producciones, y en especial de alimentos, así como en los
ingresos al presupuesto; se menciona la grave situación de la provincia
de Guantánamo, pero no se dice que ello ocurre a lo largo de todo el
país y se informa de un caso de corrupción, que envuelve a dirigentes,
como si se tratara de un hecho aislado.
Transcurrido un año de la sesión de la Asamblea Nacional donde se dieron
a conocer los lineamientos para el VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba (PCC) y a 8 meses de celebrado este último no hay resultados
tangibles, más bien retrocesos, y es que no se ha dado ningún paso para,
al menos aliviar, el principal obstáculo que enfrenta la economía del
país, el sector externo, que es su cuello de botella.
En espera de la próxima sesión de la Asamblea Nacional, convocada para
el próximo 23 de diciembre, donde tal vez se incluyan algunas cifras,
solo hay ciertos elementos que ilustran la gravedad de la situación.
Como parte de las medidas para ahorrar importaciones, se está tratando
de reducir drásticamente el consumo de combustible: Se alargó en más de
15 días el horario de verano, se ha reducido el alumbrado público
sustancialmente, se incrementan los apagones y se imponen otras medidas
de ahorro, incluyendo la insistencia de Raúl Castro de utilizar cada vez
más la tracción animal en las labores agrícolas. Pese a ello las
importaciones continúan elevándose debido, entre otros factores, a los
incumplimientos en la producción de alimentos.
Pese al anunciado incremento de los visitantes extranjeros, los ingresos
del turismo no se elevan proporcionalmente debido a la calidad de esos
visitantes, por lo general de bajos ingresos.
Lo que queda de la industria azucarera está en franca descapitalización
y ya, con los pocos centrales que quedan, casi no existen las
posibilidades de utilizar la maquinaria de los desmantelados
(canibalismo) en los que están en activo. Aunque se anunció una nueva
reestructuración -la tercera desde 2002- persiste el sistema del
tutelaje administrativo de los centrales.
Se ha planteado para la zafra recién iniciada que se pretende
incrementar la producción y la eficiencia, pero se mantiene en secreto
el volumen de la anterior y sus indicadores, lo cual no expresa ningún
compromiso público. Solo se ha dado a conocer que el actual rendimiento
agrícola es de 42 toneladas por hectárea, muy lejos de las 54 que se
previeron en 2002 y de lo habitual internacionalmente.
La industria del níquel cubana, gran consumidora de petróleo, con los
altos precios de ese combustible, no aporta ingresos netos considerables.
Las otras dos fuentes de ingresos importantes, las remesas familiares y
los servicios médicos en el exterior no van a expansionarse, sino más
bien se han reducido.
La estancada economía cubana sufre por la descapitalización y la falta
de insumos en la industria, la agricultura, el transporte y la
infraestructura productiva y social. Sacarla de esa situación requiere
cuantiosas inversiones y financiamiento extranjero.
Existe un problema económico pero el trasfondo es político, el régimen
se niega a hacer una apertura seria por miedo a ceder parte del poder.
Terminarán perdiéndolo todo, como Gaddafi
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34552
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