27-10-2011.
Elías Amor Bravo
ULC, Economista
(www.miscelaneasdecuba.net).- ¿Quién lo iba a decir? La "revolución"
victoriosa que eligió a los niños como el objetivo principal de su
estrategia de transformación social, primero convirtiéndolos en pioneros
para ser iguales que el Che, luego integrándolos en las juventudes
comunistas para transformarlos en obedientes sirvientes de una ideología
trasnochada, ahora se encuentra con el reto de atender a la población de
mayor edad, al haber registrado uno de los niveles de envejecimiento y
disminución de la población más elevados del planeta, y la necesidad de
diseñar e implementar medidas para afrontar ese escenario.
Es como si el marxismo leninismo de Fidel y Raúl Castro les pasara
factura en este último tramo de sus vidas en el que su proyecto político
envejece tan rápido como la sociedad en la que viven, como si el futuro
preparase para los cubanos un nuevo escenario en el que el paso del
tiempo, naturalmente, se encargará de poner las cosas en su sitio adecuado.
Los datos son elocuentes. La CEPAL ya se ha venido haciendo eco de ello
desde hace tiempo, pero las autoridades del régimen ahora tratan de
afrontar que en los últimos 25 años el envejecimiento en la isla aumentó
en 6,5 puntos porcentuales y, todavía más, ya que en 2010 la población
de la tercera edad ha superado a la comprendida entre 0 y 14 años al
alcanzar el 17,8% del total de los 11,2 millones de habitantes.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) se ha encargado de analizar
las cifras demográficas, y un estudio reciente con referencia a las
cifras de CEPAL, prevé que hacia el año 2025 la población de la Isla
habrá disminuido en más de 203.000 personas, que su edad media aumentará
unos seis años, de 38 a 44 años y que la cifra de adultos mayores
crecerá hasta situarse en 3,3 millones en 2030.
El estudio, denominado Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional,
ha sido realizado entre diciembre de 2010 y marzo de 2011 combinando
diversos indicadores como salud, redes de apoyo y seguridad económica y
para el director de la ONE es "una herramienta imprescindible para la
toma de decisiones políticas".
En general, el estudio destaca que Cuba presenta un "crecimiento
poblacional muy bajo (nulo)", con índices de fecundidad por debajo del
nivel de reemplazo, baja mortalidad infantil, elevada esperanza de vida
(78 años) y un saldo negativo de la migración externa.
Problemas que se trasladan de forma directa sobre la situación de la
población de edad más avanzada que aparece como el sector más débil de
la sociedad.
Los resultados de la encuesta no ofrecen duda sobre la gravedad de la
situación en que se encuentran los mayores en Cuba. La mitad de los
adultos mayores cubanos "siente temor o incertidumbre" respecto a su
situación económica o de salud en el futuro, cuestionando así la
solvencia del sistema ideado por los hermanos Castro para atender las
necesidades de la población.
Mucho peor es la valoración del nivel de vida, de acuerdo con los
ingresos que reciben, el 60% de los entrevistados declaró tener
"privaciones y carencias" mientras que 4 de cada 10 personas respondió
que "puede vivir entre bien y un poco apretado".
No cabe duda que la cuestión de las pensiones que perciben los jubilados
cubanos, en pesos, y con escaso poder adquisitivo alejadas de los bienes
y servicios que se pueden obtener en el área de las divisas
convertibles, supone un grave empobrecimiento para este sector de la
población. La mayoría se queja de su entorno por la falta de
iluminación, higiene y el estado de las calles, en tanto ven la
televisión y la radio como sus principales fuentes de diversión.
Preguntados sobre "lo que más desean y no pueden permitirse por razones
económicas", un 42,5% mencionó que "adquirir o arreglar una vivienda", y
un 16,2% dijo que disfrutar de unas vacaciones, viajes o excursiones.
Desde luego, derechos básicos y fundamentales en cualquier sociedad.
No deja de ser significativo, que un régimen político que ha hecho de la
igualdad el objetivo de sus políticas, observe que un porcentaje muy
elevado de los mayores que mencionaron dificultades económicas eligió
una opción que especifica que con sus ingresos viven "mal" y "casi no
alcanza para vivir".
Sorprende el bajo porcentaje de población mayor que recibe ingresos del
exterior, solamente un 15% aunque detrás de este dato pueda existir un
cierto ocultamiento por temor a algún tipo de represalias.
El caso es que la opción mayoritaria, el 71,2% declaró que sus ingresos
proceden básicamente de la jubilación o pensión, dato que se ve agravado
por el hecho de que un 54% de los cubanos mayores de 60 años son
jubilados o pensionistas que no trabajan ni buscan ocupación, de acuerdo
con las leyes laborales existentes en el país.
Este es un segmento de población experimentado, cualificado, cuyo
potencial no está siendo debidamente aprovechado en beneficio de la
economía del país.
En cuanto a la estructura de gastos, los ancianos declaran que obtienen
gastos médicos y facturas de servicios (electricidad, gas, agua) a
precios gratuitos o subvencionados por el estado, pero tan solo un 44%
afirma que puede cubrir sus gastos de alimentación por la vía estatal,
viéndose obligados a recurrir a otros mecanismos de provisión, sin duda
más costosos.
Tal vez lo peor es que el régimen no posee una política integral para
afrontar este problema que se cierne sobre una sociedad cada vez más
envejecida y estancada a nivel demográfico. Tampoco parece importarle
demasiado, ya que la única decisión reconocida hasta la fecha fue la
aprobación en 2008 de una nueva ley de Seguridad Social que aumentó la
edad mínima de jubilación en cinco años (mujeres 60 y hombres 65) y
modificó el sistema de cálculo de pensiones a partir de los salarios más
altos percibidos. Ni una sola protesta sindical, ante una grave agresión
a los intereses de los trabajadores.
Y poco más, porque en los "lineamientos" se incluye alguna referencia
genérica a la "actualización" del socialismo con medidas que pretenden
seguir transformando las pensiones y los salarios generales a partir de
un pretendido aumento de la productividad, sin saber muy bien de dónde
puede proceder.
Indudablemente, esa referencia raulista a la eliminación gradual de
"gratuidades indebidas y subsidios excesivos", la reducción de las
plantillas estatales y la apertura del sector privado para concentrar
los recursos del Estado y dedicarlos a quienes más lo necesiten gravitan
como una pesada losa sobre las expectativas de la población mayor, que
está observando como el modelo en el que una vez creyeron, se viene
abajo por los designios de la historia.
La generación que creyó en el proyecto de Fidel se encuentra inmersa en
una grave crisis, sin que el régimen sea capaz de ofrecerle soluciones
adecuadas.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34063
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