No se perfila una "primavera cubana"
Las Damas de Blanco durante una manifestación en La Habana
Un levantamiento popular como las rebeliones que barrieron con los
regímenes autoritarios de Túnez y Egipto no se perfila por ahora en
Cuba, donde el acceso a internet es un privilegio de los seguidores del
Gobierno.
Entre julio del 2010 y abril de este año, 115 opositores cubanos
recuperaron su libertad como fruto de un proceso de negociación entre el
régimen castrista y la Iglesia católica de la isla caribeña, apoyado por
el gobierno español. Si bien la condición para la excarcelación de los
disidentes fue su exilio forzado, en la mayoría de los casos en España,
la Unión Europea celebró este gesto del gobierno cubano animándolo a
"seguir haciendo progresos hacia el total respeto de los derechos
humanos", como dijo en su momento la jefa de la diplomacia europea,
Catherine Ashton.
Uno de los últimos presos políticos cubanos que recuperaron su libertad
a comienzos de abril es el fundador del Movimiento Cubano de Jóvenes por
la Democracia, Néstor Rodríguez Lobaina. "Para mí es muy difícil haber
abandonado la tierra en que nací. Fue una salida forzada. Me obligaron a
escoger entre cinco años más de prisión o el destierro. No me quedó otra
alternativa que salir del país", explicó Rodríguez Lobaina en
conversación con DW-WORLD.
La lucha continúa
Rodríguez Lobaina, que había sido adoptado como preso de conciencia por
Amnistía Internacional, pasó diez años de su vida en cárceles cubanas.
Actualmente vive con su mujer e hija en Málaga. Desde el sur de España
sigue apoyando a la disidencia en su país. "Estamos dispuestos a
continuar la lucha desde acá, para denunciar en los posibles foros
internacionales los atropellos, la represión, la tortura que sufren los
presos políticos en Cuba", explica el activista cubano.
Según informaciones proporcionadas recientemente por la Comisión Cubana
de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), en el primer
semestre de 2011 se practicaron más de mil setecientas detenciones
temporales. De la difusión internacional de estas informaciones se
encarga también la periodista cubana Lamasiel Gutiérrez. Ella se vio
forzada a abandonar Cuba hace siete meses, junto a su esposo, el ex
prisionero político Rolando Jiménez Posada. "Él estaba muy mal de salud
en prisión, con problemas al corazón y no iba a resistir los siete años
que le quedaban de condena. Si yo no salía del país, él no iba a ser
liberado", relata Lamasiel Gutierrez, que recibió asilo político en la
República Checa junto con su marido.
El papel de la Iglesia
La excarcelación de los 75 prisioneros políticos de la Primavera Negra
del 2003 fue el resultado de largas negociaciones entre el Gobierno de
Raúl Castro y la Iglesia católica cubana, representada por el Arzobispo
de La Habana, Cardenal Jaime Ortega, así como el Gobierno de España. La
ola de represión y las detenciones de periodistas, escritores y
disidentes cubanos hace ocho años había provocado el enfriamiento de las
relaciones entre Cuba y la UE. Analistas europeos y latinoamericanos
coinciden en interpretar las excarcelaciones como un gesto tanto hacia
Washington como hacia Bruselas, a fin de retomar el diálogo que ambas
partes condicionan al respeto de los derechos humanos.
Sin embargo, aun habiendo recuperado su libertad, Nestor Rodríguez
mantiene una postura crítica frente al papel de la Iglesia en Cuba que,
dice el disidente, no brinda el debido apoyo a los movimientos
disidentes en la isla. "La Iglesia católica actual tendrá que pagar un
precio con la historia de nuestro pueblo, porque se ha puesto del lado
de los opresores y no de los oprimidos", dice el fundador del Movimiento
Cubano de Jóvenes por la Democracia, y recuerda que fue expulsado "por
el propio Cardenal del obispado cuando le fui a llevar una iniciativa de
miles de jóvenes pidiendo la reapertura de una universidad católica que
la dictadura comunista había clausurado en 1961." La demanda de
reapertura de la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva
(UCSTV) había sido presentada por Néstor Rodríguez a nombre del
movimiento democrático que encabezaba a finales del 2007. Hasta el día
de hoy no hay decisión al respecto.
Censura masiva
Desde su exilio en Praga, la periodista cubana Lamasiel Gutiérrez hace
una diagnóstico poco alentador de la generación joven de su país: "La
juventud cubana está desencantada. Muchos no pueden optar por una
carrera universitaria, porque basta con que esos jóvenes tengan algún
pariente que esté vinculado a la oposición o a la disidencia y no le dan
la opción de estudiar." Otro sector de la población, dice Lamasiel
Gutiérrez, son jóvenes que saben lo que está pasando, gracias a que
tienen acceso a internet. "Pero esos jóvenes son aliados del régimen,
por conveniencia o por intereses. Por unas horas de conexión a internet
al día, hay jóvenes que se encargan de difamar a periodistas y a
opositores en la red."
Un movimiento masivo, una manifestación pública de ese descontento y
desencanto, sin embargo, no se perfila a corto plazo en Cuba, se lamenta
Lamasiel Gutiérrez: "El 95 por ciento de la población cubana no tiene
acceso a internet. La literatura y la información que reciben los
cubanos está totalmente censurada y tergiversada." Y Néstor Rodriguez
añade que el régimen cubano "manipula las explosiones sociales que están
pasando en el norte de África. En la televisión cubana se dice que esas
explosiones son un levantamienton contra el capitalismo, no contra una
dictadura."
Disidencia cubana lamenta falta de apoyo internacional
Disidentes cubanos entretanto lamentan la falta de apoyo por parte de la
UE. Si bien el Parlamento Europeo ha concedido el Premio Sajarov a la
libertad de conciencia en tres ocasiones a la oposición cubana, por
última vez en 2010 al disidente Guillermo Fariñas, los periodistas y
activistas democráticos en Cuba necesitan que el apoyo moral se traduzca
en acciones concretas, dice Néstor Rodríguez. "Cuando la UE adoptó su
'posición común' frente al régimen cubano, algunas embajadas europeas
abrieron su servicio de internet para el acceso a periodistas
independientes, a blogueros, a la sociedad civil independiente. Pero ese
servicio ya no se sigue ofreciendo", concluye Rodríguez, quien no
descarta que ello se deba a "presiones por intereses económicos en
materia de cooperación."
En los últimos años, el Gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero
ha sido el gran defensor de pasar página y sustituir esa postura
unilateral europea por un acuerdo bilateralque normalice las relaciones
con La Habana. Hasta ahora, un grupo de países, con Suecia y la
República Checa como los más visibles, sigue oponiéndose a cualquier
acercamiento, una postura que comparte la mayoría conservadora del
Parlamento Europeo.
"Es lamentable que haya una postura contradictoria de la comunidad
internacional. Hay algunos países que condenan la dictadura en los
discursos en los foros internacionales, y por otro lado cooperan con
ella al abrirse al comercio con ella." La crítica de Néstor Rodríguez
está dirigida "no tanto a los países del este de Europa, que sufrieron
el totalitarismo en carne propia, como a los de Europa Occidental, a las
potencias que siempre han estado señalando a Cuba por las violaciones de
los derechos humanos, pero cooperan económicamente con el régimen, como
Francia, Inglaterra, Italia y España." Este último recibió a 103
opositores cubanos excarcelados bajo la condicón de aceptar al exilio
forzado, que llegaron a Europa junto con 647 familiares. El Gobierno
español se comprometió a facilitarles ayuda económica, alojamiento,
asistencia para encontrar trabajo y homologación de títulos universitarios.
Para Néstor Rodríguez, la libertad recuperada tiene un resabio amargo:
"Este éxodo forzoso de muchos líderes de la disidencia lógicamente ha
sido un golpe duro al movimiento democrático, pero no quiere decir que
no exista la oposición en Cuba."
Autora: Mirjam Gehrke
Editor: Pablo Kummetz
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